"El PSOE no se ha atrevido a enarbolar los valores del socialismo"
Pregunta. Usted defiende una reforma de la vida pol¨ªtica y de los partidos. ?En qu¨¦ fundamenta esa necesidad?Respuesta. Han pasado 15 a?os desde el inicio de la transici¨®n y seguimos viviendo sobre las convenciones o juicios que hicimos entonces cuando los supuestos actuales son muy distintos. El elemento prevalente cuando empez¨® la transici¨®n fue el miedo a la inestabilidad pol¨ªtica. No hab¨ªa tradici¨®n de partidos ni pr¨¢ctica parlamentaria. La econom¨ªa estaba muy protegida y, por tanto, se crearon instituciones para evitar la inestabilidad. Se pretendi¨® que los partidos fueran operativos y se reforzaron sus estados mayores con el sistema de listas cerradas y bloqueadas, con un reglamento del Congreso y Senado que otorga una enorme importancia a los portavoces, con Un reglar los debates parlamentarios con tiempo proporcional a la representaci¨®n parlamentaria. Todo ello estaba destinado a reforzar los partidos, y se logr¨® una experiencia positiva. Pero ha tra¨ªdo como consecuencia el debilitamiento de la. vida pol¨ªtica y parlamentaria, y su separaci¨®n de la sociedad. Ese es el principal peligro de la situaci¨®n actual.
P. ?No cree que este fen¨®meno est¨¢ generalizado en las democracias?
R. Es un fen¨®meno extendido en otros pa¨ªses europeos. Menos en Gran Breta?a y m¨¢s en Francia, donde se aprecian el cansancio y el descr¨¦dito. Es un fen¨®meno general, que en Espa?a se une a una cr¨ªtica a lo p¨²blico. Por razones hist¨®ricas hemos tenido una mala relaci¨®n entre sociedad y Estado por muchos a?os de absolutismo y dictadura, porque no hemos tenido un proceso de laicizaci¨®n suficiente para crear una moral c¨ªvica distinta. Hay tambi¨¦n razones actuales como la moda del ¨¦xito de lo privado unido a los dogmas neoliberales en econom¨ªa por una mala administraci¨®n, con el consiguiente desprestigio de la cosa p¨²blica, que deteriora la desconfianza del ciudadano en las instituciones.
P. ?Por d¨®nde empezar¨ªa usted la reforma pol¨ªtica? ?Cu¨¢les deben ser las prioridades?
R. Habr¨ªa que empezar por las instituciones y los partidos. Y entre ellos por el PSOE, por la responsabilidad hist¨®rica que tiene y por la ausencia por el momento de una alternativa desde la derecha. El PSOE, corto en militantes y amplio en representantes, necesita mayor di¨¢logo y dinamismo. Y a continuaci¨®n hay que vitalizar la vida parlamentaria.
P. ?Y qu¨¦ cambios introducir¨ªa?
R. El comit¨¦ federal tiene que ser m¨¢s representativo. La ejecutiva puede ser muy homog¨¦nea porque es ejecutiva, pero el comit¨¦ federal deb¨ªa tener m¨¢s competencias e iniciativa de convocatoria. Debe haber un mayor di¨¢logo en las agrupaciones, pero eso depende del clima que se cree. La disciplina de los partidos y los aparatos es important¨ªsima, pero tiene que estar acompa?ada de mayor dinamismo.
P. ?Es partidario de un sistema de listas abiertas para el Parlamento?
R. Es dudoso que el sistema adecuado sean las listas abiertas o no bloqueadas, pero hay que discutirlo. Es verdad que las listas cerradas han conducido a una gran dependencia del representante de los aparatos de los partidos, que son los que deciden la inclusi¨®n en las listas. Habr¨ªa tambi¨¦n que ensayar el principio de las elecciones primarias en algunos puestos auton¨®micos y municipales, que el elector tenga algo que decir sobre los candidatos. A veces se presentan personas que no tienen el apoyo del ciudadano para cargos importantes. Hay que corregirlo.
P. ?El Centro de Estudios Pol¨ªticos, Econ¨®micos y Sociales (CEPES) es un instrumento para la reforma?
R. Las jornadas del CEPES fueron una ocasi¨®n para hacer una llamada a la renovaci¨®n de la vida pol¨ªtica. Ahora tenemos que mantener una actividad. Nadie puede atribuirse el privilegio de renovador. La iniciativa del CEPES tendr¨¢ inter¨¦s si participan numerosas personas y las direcciones de los partidos no se cierran a estos intentos.
P. ?Hay una derecha y una izquierda en el PSOE?
R. Se puede hablar de quienes son m¨¢s proclives a considerar que las lecturas neoliberales son las ¨²nicas necesarias en este momento, y quienes consideran que aceptando la econom¨ªa de mercado es necesario el Estado y un elemento corrector del mercado. Lo que es menos correcto es identificar posici¨®n neoliberal con apertura del partido, y posici¨®n socialdem¨®crata, con posici¨®n tradicional de partido muy trabado, muy normado. La identificacion de estas dos posturas con dos personas (Alfonso Guerra y Carlos Solchaga) no creo que corresponda a lo que est¨¢ ocurriendo.
P. ?Est¨¢ promoviendo usted acaso una tercera v¨ªa?
R. Estoy analizando lo que existe en el partido. Se han producido falsos debates y correctos debates. Unos debates correctos porque la izquierda tiene que plantearse cu¨¢l es su papel, cu¨¢l es su modelo econ¨®mico. Pero hay falsos debates que son pugnas de poder que se revisten como discusiones ideol¨®gicas. La crisis de la miner¨ªa asturiana muestra lo mucho que hay que hacer a¨²n en materia auton¨®mica para determinar el papel del Estado, el papel de la empresa p¨²blica. Hunosa no puede seguir como est¨¢. Su magnitud tiene que disminuir. Pero bajo el impulso de las modas neoliberales se ha olvidado que era empresa p¨²blica.
La especulaci¨®n corrompe
P. ?Cree que hay diferencias entre Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra?
R. No estoy en los secretos de ese n¨²cleo de la pol¨ªtica. Siempre he tenido una buena relaci¨®n con los dos, pero no he tenido una relaci¨®n ¨ªntima. Hab¨ªa una relaci¨®n pol¨ªtica y personal entre ellos que result¨® muy positiva para gobernar. Hab¨ªa un sistema de relaci¨®n entre Gobierno y partido que pasaba por la dedicaci¨®n de Guerra al partido y serv¨ªa de puente y plataforma electoral. Con la salida de Guerra se ha alterado, y no s¨¦ hasta qu¨¦ punto se est¨¢ montando un sistema complementario, alternativo o reconstruyendo el mismo.
P. ?C¨®mo lo est¨¢ haciendo el vicepresidente Narc¨ªs Serra?
R. Tengo la mejor idea de Serra. El papel de coordinador administrativo le va muy bien. Es un hombre muy prudente y eficaz, pero no s¨¦ si el esquema anterior ha sido sustituido por otro.
P. ?Qu¨¦ grado de responsabilidad atribuye al PSOE en el grado de corrupci¨®n pol¨ªtica existente?
R. No vivimos en la corrupci¨®n pol¨ªtica, pero s¨ª en un ambiente en el que los valores esenciales son el triunfo individual y econ¨®mico y en el que prima la especulaci¨®n sobre la creaci¨®n de riqueza. Eso corrompe. La responsabilidad del PSOE es no haberse atrevido a enarbolar los valores tradicionales del socialismo. Ha sido bueno que se diga que no es inmoral enriquecerse, pero ha habido un exceso de ¨¦nfasis sobre el papel creador del mercado y su capacidad de enriquecer. Me escandaliza que se diga que hay que nacionalizar las plusval¨ªas con procesos que se acercan a la especulaci¨®n. Es desconocer lo que es el Estado. El Estado tiene tales ventajas de conocimiento y poder que debe tener una moral m¨¢s estricta y normada que las empresas privadas. Tiene que haber una enorme disciplina del Estado.
"Vamos saliendo de la moda del neoliberalismo"
Pregunta. ?Aprecia usted una derechizaci¨®n en el Gobierno socialista?Respuesta. Estamos terminando ese periodo. Es evidente que hubo una tendencia a la neoliberalizaci¨®n en toda Europa en los a?os ochenta, de la que no hemos estado exentos los espa?oles. Ahora estamos saliendo de la moda del neoliberalismo.
P. Hace unas semanas dijo que a los l¨ªderes de la derecha hay que encontrarlos en el PSOE.
R. Hice la broma de que los mejores l¨ªderes de la derecha est¨¢n en el PSOE. Con ello quise decir que la derecha no ten¨ªa el monopolio de las lecturas neoliberales.
P. ?Se siente c¨®modo como parlamentario europeo?
R. Tengo una preparaci¨®n internacional y los temas del Parlamento Europeo me interesan. Pero hay un elemento frustrante, y es que el Parlamento Europeo tiene un peso en las decisiones menor del que debiera.
P. ?Quiere volver a la vida pol¨ªtica espa?ola?
R. No tengo una planificaci¨®n de vida. Pero me siento con vitalidad para entrar en la vida p¨²blica. Siento una cierta demanda de ciertos sectores de opini¨®n p¨²blica de que haga algo. Quiz¨¢ mi funci¨®n sea explicar lo que pienso.
P. ?Siente resquemor por no haber sido candidato socialista a la alcald¨ªa de Madrid?
R. Pens¨¦ que pod¨ªa ser una funci¨®n interesante y me ofrec¨ª al partido. Me pareci¨® muy mal que los debates de la Federaci¨®n Socialista Madrile?a condujesen al juicio salom¨®nico de los puestos institucionales para unos y el partido para otros, y llevara al mal resultado de Madrid. No es resquemor, pero es una lecci¨®n que hay que aprender.
P. Qu¨¦ diferencias existen entre este Gobierno y el que usted comparti¨® de 1982 a 1985?
R. La diferencia esencial es que ¨¦ramos el primer Gobierno socialista, lo que ten¨ªa sus ventajas e inconvenientes. El inconveniente de la inexperiencia administrativa y pol¨ªtica. La ventaja de que estaba impulsado por un triunfo electoral muy grande, por el entusiasmo de la transici¨®n y, adem¨¢s, de que la cosa p¨²blica no hab¨ªa ca¨ªdo en el desprestigio de ahora. Estoy de acuerdo en que hay que politizar el Gobierno. A diferencia del 82, ya existen personalidades con caracter¨ªsticas propias. El PSOE tiene un espectro pol¨ªtico muy amplio, y futuros Gobiernos deben incluir personalidades pol¨ªticas identificables.
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