El Reina Sof¨ªa presenta a Manolo Millares como "cl¨¢sico de un tiempo sombr¨ªo"
El museo nacional re¨²ne las arpilleras del artista canario desconocidas en Espa?a
Andr¨¦ Breton deja a Manolo Millares las salas del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa para instalar la exposici¨®n m¨¢s completa del pintor canario a los 20 a?os de su muerte. Millares (Las Palmas, 1926-Madrid, 1972), figura clave de la generaci¨®n d¨¦ los cincuenta y miembro del grupo El Paso, es un "cl¨¢sico de un tiempo sombr¨ªo", seg¨²n el comisario de la muestra, Juan Manuel Bonet, que "sigue reflejando . el drama del hombre", seg¨²n su viuda, Elvireta Escobio. Un tercio de las obras expuestas son desconocidas en Espa?a, al pertenecer a museos y coleccionistas extranjeros.
Las mismas salas que se llenaron con Andr¨¦ Breton y el surrealismo contendr¨¢n desde ma?ana, d¨ªa 9, las 81 pinturas y 13 dibujos que forman la exposici¨®n de Manolo Millares organizada por el Museo Nacional Reina Sof¨ªa, que tambi¨¦n prepara el cat¨¢logo razonado del pintor (ya se han descubierto 15 millares falsos), junto con los de Bores y Equipo Cr¨®nica. La muestra viajar¨¢ en abril a la Kunsthalle de Bielefeld (Alemania).Breton visit¨® Tenerife en 1935, cuando Millares ten¨ªa nueve a?os. Seis a?os m¨¢s tarde comienza a pintar unas acuarelas naturalistas y figurativas de temas canarios. La siguiente etapa ser¨¢ surrealista, de un surrealismo daliniano y on¨ªrico, en sinton¨ªa con las b¨²squedas de T¨¤pies y Cuixart en Dau al Set o de Saura en Huesca. En otras tentativas art¨ªsticas se nota la influencia de Torres-Garc¨ªa en unas visiones portuarias o de Guinovart en una figuraci¨®n po¨¦tica y lorquiana.
El comisario de la exposici¨®n, el escritor y cr¨ªtico Juan Manuel Bonet, ha rechazado estas etapas poco conocidas de Millares para ofrecer una visi¨®n sint¨¦tica de su ¨¦poca central, que abarca de 1951 a 1972. El montaje se inicia con tres pictograf¨ªas canarias. "Millares se alimenta de una iconograf¨ªa que viene de la prehistoria, en su caso de la prehistoria guanche, cuando el inter¨¦s por este tema se centra tambi¨¦n en la Escuela de Altamira. Elabora cuadros con motivos de los dibujos de las cer¨¢micas (llamados pintaderas) y observa los cosidos de las momias. En estas pictograf¨ªas recibe la influencia del primitivismo de Klee y Mir¨® y abomina de Dal¨ª".
En 1955 llega a Madrid en compa?¨ªa de su mujer, Elvireta, y de Mart¨ªn Chirino, Alejandro Reino y Manuel Padorno, lo que signific¨® una p¨¦rdida importante para la vanguardia canaria, seg¨²n Juan Manuel Bonet. En Canarias, educado en un ambiente familiar muy culto, hab¨ªa participado en la fundaci¨®n de la revista Planas de Poes¨ªa y del grupo Los Arqueros del Arte Contempor¨¢neo (LADAC).
La exposici¨®n recoge las primeras obras, de 1956, en las que utiliza como material la arpillera y una gama de colores reducida (negro, blanco y rojo), con lo que inicia una etapa que ser¨¢ su "aportaci¨®n central en el arte moderno espa?ol", seg¨²n Bonet. En 1957, a?o de la fundaci¨®n de El Paso, expone en el Ateneo de Madrid y participa en las bien ales de S¨¢o Paulo (1957) y Venecia (1958), que consolidan su prestigio internacional con la muestra del Moma en 1960.
"En este periodo", dice Juan Manuel Bonet, "hay que destacar la extrema radicalidad de planteamientos y la pobreza de sus materiales, a los que da un sentido dram¨¢tico y torturado, expresionista y pat¨¦tico, unido a la tradici¨®n espa?ola. Las dos grandes figuras de El Paso son Saura y Millares, Millares y Saura, que llevan a sus ¨²ltimas consecuencias los criterios de un lenguaje universal, el expresionismo abstracto, y unas se?as de identidad espa?olas, con una visi¨®n negra de fa historia espa?ola".
En la serie de Hum¨²nculos, en los que aparecen elementos figurativos, Millares muestra lo que piensa del destino del hombre en el siglo XX: mutilaci¨®n y tortura. Bonet a?ade que en los comienzos de los sesenta, con sus artefactos para la paz, una visi¨®n ir¨®nica de la conmemoraci¨®n franquista de los 25 a?os de paz, se radicaliza su postura pol¨ªtica y se une a la oposici¨®n organizada. "Al desaparecer El Paso, conecta con artistas que propugnan alternativas al informalismo, como Eduardo Arroyo, Juan Hidalgo y Alberto Greco".
Las ¨²ltimas salas del montaje -realizado por Juan Ari?o con la intenci¨®n de "destacar el empleo del color y un espacio central de mayor soledad"- est¨¢n dedicadas a visualizar lo que Juan Manuel Bonet llama "Ia victoria de lo blanco". "Es una visi¨®n menos vehemente, es la victoria final de la esperanza".
En cambio, Elvireta Escobio, viuda del artista, cree que no existe un cambio radical. "Los ¨²ltimos a?os son igualmente dram¨¢ticos; en lugar del pegro es el blanco". A?ade que "hay muchos j¨®venes que les encanta la pintura de Manolo y en eso se nota que su mensaje sigue vigente". Para Bonet, es un artista fundamental, que alcanza "el clasicismo y la universalidad", a descubrir por el p¨²blico joven.
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