Un problema de plazos y ritmos

La intensidad de la reducci¨®n de empleo y el plazo y ritmo con que se acometa el recorte del tama?o de Hunosa es el elemento que ha incapacitado hasta ahora la negociaci¨®n del plan propuesto por el INI. El Ministerio de Industria y el INI han modificado dos aspectos del plan (la vida de la empresa, ampliada hasta el a?o 2003, y la aportaci¨®n de terrenos para reindustrializar las cuencas) y uno del convenio colectivo (la mejora de la oferta salarial), pero ninguna de tales modificaciones ha conseguido que se avance en las negociaciones.Ah¨ª radica el quid de la cuesti¨®n. El Gobierno ha reiterado que los 6.000 empleados afectados no ir¨¢n al paro. La reducci¨®n es similar a la pactada en la empresa en los ¨²ltimos 10 a?os, merced a los anteriores planes estrat¨¦gicos, todos ellos suscritos por el SOMA-UGT. Comisiones Obreras s¨®lo firm¨® uno de ellos. Ahora, sin embargo, ambos sindicatos coinciden en que una reducci¨®n tal, y en tan breve periodo de tiempo, supondr¨¢ una desprofesionalizaci¨®n galopante de la empresa que la abocar¨¢ a su liquidaci¨®n.

INI e Industria han reiterado sucesivas veces que la cifra de 6.000 empleos es el punto de partida de la oferta empresarial y que, por lo tanto, tambi¨¦n es negociable con los sindicatos. Sin embargo, el plan ha sido redactado con tal concreci¨®n (se precisan las condiciones exactas de los 6.000 trabajadores que podr¨¢n acogerse a la oferta de prejubilaci¨®n, lo que es tanto como haberle puesto nombres y apellidos a los beneficiarios de tan ventajosa propuesta) que los sindicatos se ven incapacitados para solicitar una negociaci¨®n del aspecto capital del plan y, por tanto, una dulcificaci¨®n del recorte de empleo sin asumir, al mismo tiempo, la grave responsabilidad de impedir a una parte de esos 6.000 trabajadores la posibilidad de acceder a la prejubilaci¨®n con el sueldo ¨ªntegro. Precisamente, fuentes del Ministerio de Industria han criticado esta actitud de los sindicatos subrayando que no se atreven a plantearlo sobre la mesa de negociaci¨®n "porque se les echar¨ªan encima todos los mineros".

En medios gubernamentales, por otra parte, no se evita reconocer que la situaci¨®n ha alcanzado tintes que responden m¨¢s a planteamientos pol¨ªticos que empresariales y que salpican directamente al partido socialista y a sus relaciones con el Gobierno.

As¨ª las cosas, los sindicatos se ven acorralados entre asumir sin m¨¢s lo que se les ofrece -circunstancia in¨¦dita en la historia de la empresa-, con riesgo de una contestaci¨®n de las bases, que ayer ya se produjo en las asambleas de pozos, y de asistir inermes a lo que consideran el inicio del desmantelamiento de la empresa o, en su defecto, arriesgarse a un enfrentamiento con aquellos trabajadores que, pudiendo percibir su sueldo ¨ªntegro en casa, no llegaran a acceder a ello por impedimento sindical. En uno u otro caso, los sindicatos saldr¨ªan da?ados de la negociaci¨®n.