Antojo de subsecretario

El pasado 27 de diciembre quise asistir al teatro, de la Zarzuela (ballet de Nacho Duato), y despu¨¦s de pasar por los necesarios tr¨¢mites de taquilla (anticipaci¨®n, cola, pago, etc¨¦tera) s¨®lo consegu¨ª el palco 10 del primer piso, y tuve la mala suerte de que a usted tambi¨¦n se le antojara ese palco. Y como usted es subsecretario y manda en ese teatro, me prepar¨® un comit¨¦ de recepci¨®n para comunicarme que o me cambiaba de sitio o me iba a la calle a disfrutar de otra cultura.Ante semejante alternativa, y abrumado por el comit¨¦ de recepci¨®n, decid¨ª quedarme a ver el espect¨¢culo. Yo esperaba que en el entreacto me diera usted las gracias, pero pude comprobar que la educaci¨®n era cosa de otro ministerio.

Yo, que tengo cultura y educaci¨®n, s¨ª le doy las gracias, porque me ha hecho usted sentirme importante: es la primera vez que me esperan autoridades cuando voy al teatro, y me ha rejuvenecido usted record¨¢ndome los a?os setenta, cuando de los actos culturales de la facultad me desalojaba la social; aunque, gracias al nuevo nivel de vida que como espa?olito me corresponde, hoy me desaloje un subsecretario.

La pr¨®xima vez que vaya al teatro le consultar¨¦ antes, y as¨ª, adem¨¢s de acomodarme sin importunarle, le ahorramos al pa¨ªs el sueldo de tanto funcionario como tuvimos la otra noche trabajando para usted y para m¨ª.

Entiendo, subsecretario, que siendo usted de Cultura quiera ir al teatro, pero perm¨ªtame un reproche: tanta prepotencia queda un poquito dictatorial y est¨¢ pasada de moda.- .