1.500 a?os de presencia jud¨ªa
Debate en Israel sobre la influencia sefard¨ª en la literatura espa?ola
"Los jud¨ªos vivieron en Espa?a 1.500 a?os, y 1.500 a?os de presencia no pudieron ser borrados por la expulsi¨®n ocurrida en 1492", dice la profesora Ruth Reichelberg, que ense?a literatura comparada en la Universidad religiosa Bar Ilan, cerca de Tel Aviv. Reichelberg es tambi¨¦n la impulsora y presidenta del congreso internacional Memoria y Porvenir, que examina, hasta el 16 de este mes, la persistencia de la influencia jud¨ªa en la creaci¨®n literaria espa?ola tantos a?os despu¨¦s de que los jud¨ªos fuesen expulsados de Espa?a.
"Los marranos (jud¨ªos conversos y sus descencientes)", dice Reichelberg, "tuvieron que llevar la m¨¢scara durante siglos, porqu¨¦ el marrano ya no pod¨ªa expresarse como jud¨ªo. Por tanto, procedi¨® mediante sobreentendidos, por alusiones, utilizando un lenguaje velado, doblemente cifrado. Ese lenguaje lo comprend¨ªan muy bien los contempor¨¢neos de un Cervantes, por ejemplo; pero nosotros, cinco siglos m¨¢s tarde, tenemos a menudo dificultades para atrapar los sobreentendidos que dan su verdadero sentido al texto".Especialista en Cervantes -su libro Don Quijote o la novela de un jud¨ªo enmascarado aparecer¨¢ pr¨®ximamente en Espa?a-, Ruth Reichelberg cita un pasaje- del cap¨ªtulo X de El Quijote en el que se habla de que Dulcinea sab¨ªa como nadie salar el cerdo, lo cual mueve a risa. "?A qu¨¦ esa risa?", dice Reichelberg, "?qu¨¦ hay de risible en esa capacidad de Dulcinea? Todo se aclara cuando se sabe que marrano quiere decir cerdo. La Inquisici¨®n, para poner a prueba a los marranos y comprobar si eran tan buenos cat¨®licos como aparentaban, les interrogaba sobre la forma de preparar la carne de cerdo, prohibida por la religi¨®n jud¨ªa".
Textos sagrados
Reichelberg cree que la condici¨®n jud¨ªa de Miguel de Cervantes permite comprender el aut¨¦ntico contenido de El Quijote. Tras las aventuras pseudoheroicas y tragic¨®micas del caballero andante, indica la profesora, se advierte una extraordinaria cercan¨ªa a los textos sagrados, as¨ª como la importancia que se otorga a buscar, sin desfallecer, lo que sea verdadero.Ruth Reichelberg recuerda que el pueblo jud¨ªo, llamado el pueblo del Libro, proclama: "Si mi Libro es verdadero, resistir¨¢ al tiempo. Si no, ser¨¢ arrojado a la basura". La profesora de Tel Aviv a?ade: "Ser verdadero, para Cervantes, igual que para el pueblo jud¨ªo, significa continuar la tradici¨®n".
La familia de Ruth Reichelberg, cuyo nombre de soltera es Hadiach, es de origen espa?ol: en el siglo XI hubo un poeta espa?ol llamado as¨ª. Ella misma naci¨® en Argel e hizo su doctorado en la Sorbona.
"Se va a hablar mucho de 1492", dice Reichelberg, "as¨ª como de la expulsi¨®n, de los sufrimientos de los jud¨ªos. Se van a hacer balances, ex¨¢menes de conciencia. Lo que a m¨ª me interesa es poner al d¨ªa la interpenetraci¨®n de la cultura jud¨ªa y la espa?ola".
"Descubr¨ª Espa?a tarde, en 1982", a?ade la profesora. "Todo me resultaba nuevo, sorprendente y, al mismo tiempo, extra?amente familiar. Me parece notable que los jud¨ªos de origen espa?ol, dispersos por los cuatro puntos cardinales, hayan continuado hablando su espa?ol, el ladino, siglos despu¨¦s de la expulsi¨®n. En mi opini¨®n, ello demuestra qu¨¦ unidos siguen, con todas las fibras de su coraz¨®n, a Espa?a".
En el congreso Israel-Sefarad 1492-1992, memoria y porvenir, que preside Ruth Reichelberg en la universidad de Bar llan, inaugurado el lunes en Jerusal¨¦n con una cantata compuesta para la ocasi¨®n por Andr¨¦ Hajdu, participan, entre otros, el presidente del Comit¨¦ Jud¨ªo Internacional, Mauricio Hatchwell Toledano, y especialistas espa?oles como ?ngel S¨¢enz-Badillos, C¨¦sar Ramos Leal, Carlos Carrete, Mar¨ªa Fuencisla Garc¨ªa y Horacio S¨¢nchez Otero.
Babelia
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