Herencia sanitaria

EL RELEVO de Garc¨ªa Valverde al frente de Sanidad tiene un especial significado, dado el alcance que encierra la reforma sanitaria pendiente. Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, el nuevo titular, toma las riendas cuando el rumbo del departamento estaba interferido por la situaci¨®n pol¨ªticamente an¨®mala en la que se hallaba su antecesor. Pero tambi¨¦n cuando los planes de reforma de la sanidad p¨²blica espa?ola se encuentran a la espera de que el Gobierno decida qu¨¦ hacer con las principales tesis del informe Abril.

El impacto de este informe en la pol¨ªtica sanitaria -como referente obligado, de la reforma anunciada, bien para rechazarlo, bien para aceptarlo- ha sido formidable desde su publicaci¨®n parcial, en julio pasado. Los primeros y evidentes intentos de enterrarlo en alg¨²n caj¨®n administrativo quedaron frustrados ante la pol¨ªtica de misionero practicada por Fernando Abril Martorell, presentando su informe en todos los foros posibles. Ahora, con el nombramiento del nuevo ministro, se pone de manifiesto, una vez m¨¢s, que no ha perdido un ¨¢pice de esta virtualidad. La primera lectura t¨¦cnica que se ha hecho del reci¨¦n nombrado titular de Sanidad ha girado casi exclusivamente en torno a su postura sobre el informe Abril. El apoyo matizado que le prest¨® en sus primeras declaraciones ya le valieron al nuevo ministro las cr¨ªticas de los componentes m¨¢s corporativos del sector. La huelga de la sanidad p¨²blica convocada, previamente al relevo ministerial, para el 30 de enero es su primera prueba.

El gran reto de la reforma del Sistema Nacional de Salud, (SNS), que ha ido pasando de mano en mano desde 1983 de un ministro de Sanidad a otro, llega pr¨¢cticamente, inc¨®lume al actual. La diferencia est¨¢ en que el cuarto y ¨²ltimo. de ellos se enfrenta a este desaf¨ªo en condiciones m¨¢s precarias que sus antecesores: como se ha puesto en evidencia en otros sectores, las reformas estructurales son m¨¢s dif¨ªciles de acometer seg¨²n se estrechan los m¨¢rgenes de iniciativa de los poderes p¨²blicos y acucia la necesidad. Con o sin informe Abril, el nuevo ministro deber¨¢ afrontar lo inevitable: la adopci¨®n de importantes decisiones que pongan fin a las graves dolencias que aquejan la sanidad p¨²blica espa?ola.

La sanidad p¨²blica es uno de esos sectores en crisis permanente en los que se ha echado en falta mayores dosis de iniciativa y valent¨ªa pol¨ªtica por parte de los socialistas. No es concebible que, despu¨¦s de m¨¢s de nueve a?os en el poder con mayor¨ªa absoluta, sigan sin alumbrar un modelo de sanidad estrat¨¦gico con el que llegar al a?o 2000. El sucesor de Valverde se enfrenta a la misma pesada herencia que ¨¦ste recibi¨® cuando hace apenas 10 meses accedi¨® al cargo que acaba de abandonar.