El Gdansk gallego
Los trabajadores de Bazan en Ferrol inician su lucha contra el desmantelamiento del astillero
"Nosotros, cuando o¨ªamos hablar de Lech Walesa y de los sindicalistas de los astilleros de Gdansk, pens¨¢bamos que no era nada comparado con Ferrol" explica Jos¨¦ Portas, miembro del comit¨¦ de empresa de Baz¨¢n. Con la ocupaci¨®n de una patrullera de la Armada a punto de botarse, los 4.000 trabajadores de la empresa nacional Baz¨¢n en Ferrol han iniciado su lucha por mantener sus puestos de trabajo e impedir el desmantelamiento de la empresa.
Baz¨¢n es el coraz¨®n de Ferrol, una empresa con tradici¨®n sindical, con solera donde las haya. La inaugur¨® en 1788 Carlos III, y desde entonces ha fabricado ininterrumpidamente buques de guerra para la Armada espa?ola. La identificaci¨®n entre Baz¨¢n y Ferrol es casi total: el alcalde de la poblaci¨®n, el socialista Manuel Couce Pereiro, es trabajador del astillero. Adem¨¢s, la poblaci¨®n de Ferrol ha empezado a menguar (perdi¨® 5.000 habitantes en los ¨²ltimos 10 a?os) desde que se declar¨® la crisis del sector naval. Baz¨¢n, una empresa cien por cien del INI, esconde una extra?a paradoja. Uno de los frenos a su buen funcionamiento es que el Ministerio de Defensa le adeuda 21.000 millones de pesetas. "La falta de liquidez obliga a Baz¨¢n a ralentizar su ritmo de producci¨®n y por eso se ha presentado un expediente de regulaci¨®n de empleo para 1.700 trabajadores", explica Santiago Torrente, portavoz sindical.Los trabajadores han tomado la patrullera Vig¨ªa, que est¨¢ a punto de botarse, y la retienen desde el mi¨¦rcoles en concepto de embargo para obligar a Defensa a que pague. Dieciocho sindicalistas duermen y comen en el barco y no piensan abandonarlo hasta que haya una respuesta por parte del Ministerio. Para ello, cuentan con el apoyo de una plantilla con m¨¢s del 90% de afiliaci¨®n. Comisiones Obreras tiene 2.200 militantes entre los 4.000 empleados, y la UGT 700 m¨¢s.
"Aqu¨ª hay una tradici¨®n sindical muy fuerte y por eso nuestras movilizaciones no precisan el ejemplo ni el est¨ªmulo de las de Hunosa", dice Torrente. En 1972, en el curso de movilizaciones obreras en Baz¨¢n, polic¨ªas apostados con una ametralladora en un. campanario junto al puente abrieron fuego y mataron a dos personas, hirieron de bala a otras 100, y detuvieron posteriormente a otras 80. Torrente pone estos hechos como ejemplo de la determinaci¨®n de los trabajadores de Baz¨¢n en Ferrol. Baz¨¢n, la de Cartagena con 1.900 trabajadores, y la de San Fernando (C¨¢diz) con 1.800, ya se han aplicado en distintas ocasiones expedientes de regulaci¨®n de empleo. Tambi¨¦n se ha reducido el empleo en los otros astilleros ferrolanos, los de Astano, que han pasado de 7.000 trabajadores en 1984 a L800 en la actualidad. Santiago Torrente y sus compa?eros encerrados a bordo de la patrullera afirman con cierto orgullo que Baz¨¢n no aceptar¨¢ ninguna regulaci¨®n. Hasta ahora la ¨²nica disminuci¨®n de empleo se produjo en 1987, cuando la plantilla pas¨¦ de 6.200 a 4.000 trabajadores, pero siempre trat¨¢ndose de, bajas voluntarias o prejubilaciones.
Una de las peticiones de los sindicatos es la diversificaci¨®n de la producci¨®n de Baz¨¢n, que en estos momentos depende en un 80% de la Armada. Los sindicatos estiman que debiera promoverse la exportaci¨®n de barcos militares, y tambi¨¦n la producci¨®n de barcos civiles. "Lo que ocurre es que Baz¨¢n tiene prohibido la fabricaci¨®n de barcos que no sean para uso militar", se?ala Torrente.
[En Cartagena el comit¨¦ de empresa del astillero irrumpi¨® por la fuerza en el despacho del alcalde de la ciudad, Jos¨¦ Antonio Alonso, para solicitarle que reivindique ante otras administraciones la no aplicaci¨®n de un expediente de regulaci¨®n de empleo. Alonso se comprometi¨® a convocar una junta de portavoces para debatir el tema. Tras la entrevista, el comit¨¦ se encerr¨® en la factor¨ªa. Baz¨¢n cerr¨® el pasado ejercicio con p¨¦rdidas de alrededor de unos 6.000 millones de pesetas].
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.