Arte dudoso y millonario
La historia de la reforma del Teatro Real de Madrid, con sus retrasos y aumentos presupuestarios, no es, ni mucho menos, un caso aislado. Las administraciones auton¨®micas han gastado tasmbi¨¦n en rehabilitaciones de edificios oficiales sumas de muchos ceros. Este es el caso de la actual sede del Gobierno aragon¨¦s, el hogar Pignatelli, cuyo valor art¨ªstico parece discutible. Es un edificio de finales del siglo XVIII que fue casa de misericordia, orfelinato e instituto de ense?anza, y que ha pasado a convertirse, despu¨¦s de una inversi¨®n de 5.200 millones de pesetas, en la nueva sede del Gobierno aragon¨¦s y de la Administraci¨®n aut¨®noma. La rehabilitaci¨®n se inici¨® siendo presidente del Ejecutivo aut¨®nomo el socialista Santiago Marraco. Pero el Gobierno socialista no pudo inaugurarlo, porque las urnas dieron la alternativa al regionalista Hip¨®lito G¨®mez de las Roces.El principal problema, todav¨ªa hoy sin resolver, es que la zona donde est¨¢ enclavado el edificio Pignatelli no cuenta con un proyecto previo de urbanismo. Es m¨¢s, por no tener, el edificio de la sede no tiene licencia de obra. Las reformas se iniciaron por fases. Y hay problemas en la red viaria y tuber¨ªas.Se trata de un edificio laber¨ªntico donde el ciudadano que acude a resolver alg¨²n asunto se pierde. Son tres plantas que se unen a trav¨¦s de dos m¨®dulos de nuevo cu?o, lo que genera problemas. Adem¨¢s, se ha quedado ya peque?o, pues se concibi¨® para albergar unos 2.000 funcionarios y no caben ni un millar.
Problemas de espacio
Por problemas de espacio no habr¨¢ quejas en el caso del palacio de Amezua, comprado por la Xunta. Son poco menos de 1.500 metros cuadrados la superficie del peque?o edificio de principios de siglo, pero la actividad a la que va a ser destinado no exije demasiado. De momento, la ir¨®nicamente denominada "embajada de la Xunta en Madrid" s¨®lo alberga a un conserje y a varios empleados de Prosegur.En esta operaci¨®n, la Xunta no se ha enfangado en proyectos de reforma. Ha comprado a tiro fijo. Caro que eso no ha evitado los excesos presupuestarios. Se han pagado 1.600 millones por un palacete que le cost¨® 225 millones de pesetas a la inmobiliaria Ubicurt, representada por el empresario gallego residente en Madrid Emilio Rey. Posteriormente Ubicurt realiz¨® obras de remodelaci¨®n en las que la propia empresa asegura haber invertido 205 millones. Pero la Xunta, que lo compr¨® en octubre pasado, pag¨® 1.600 millones.
?Razones? Misterios de la pol¨ªtica, aunque la oposici¨®n est¨¢ decidida a que se les desvelen y han solicitado la comparecencia de Manuel Fraga en el Parlamento para que explique la compra. Algo parecido a lo ocurrido en el Congreso con el caso Real. El PP reclama la comparecencia de Sol¨¦ Tura para que explique el aumento de presupuestos en esta obra. Y, como es preceptivo en estos casos, ambos lo explicar¨¢n, aunque al final quiz¨¢ los ciudadanos no lo entiendan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.