Francia debate la posibilidad de que su arsenal nuclear tenga un bot¨®n europeo com¨²n
La posibilidad de que las fuerzas nucleares francesas acaben teniendo un bot¨®n europeo com¨²n ya no es un tema tab¨². Una frase pronunciada por Fran?ois Mitterrand ha abierto el debate sobre el porvenir de la fuerza de disuasi¨®n creada por el general De Gaulle.
Era un debate pendiente desde el hundimiento del bloque comunista y que puede resumirse en la siguiente pregunta: ?para qu¨¦ sirven hoy las armas nucleares francesas? Mitterrand y, a¨²n m¨¢s claramente, Jacques Delors han sugerido que su futuro puede estar en el seno de una Europa unida pol¨ªtica y militarmente.La ultraderecha ha puesto el grito en el cielo ante lo que ve como la ¨²ltima y suprema renuncia a la soberan¨ªa nacional. "Las armas nucleares deben permanecer totalmente en manos francesas", proclama Jean-Marie Le Pen. El l¨ªder del Frente Nacional (FN) afirma estar convencido del car¨¢cter inevitable de la proliferaci¨®n nuclear.
Como suele ocurrir cuando se abordan asuntos que ponen en cuesti¨®n la soberan¨ªa nacional, los comunistas franceses han coincidido con Le Pen. "Mitterrand abandona la bomba", titula en su primera p¨¢gina L'Humanit¨¦. Seg¨²n el diario comunista, el presidente franc¨¦s "est¨¢ dispuesto a confiar un arsenal temible a la potencia alemana".En un coloquio sobre las consecuencias de la cumbre de Maastricht, Mitterrand hab¨ªa afirmado: "S¨®lo dos pa¨ªses de la Comunidad Europea (Francia y el Reino Unido) est¨¢n en posesi¨®n del arma nuclear, cada cual con su propia doctrina nacional. ?Es posible concebir una doctrina nuclear europea? ?sta se convertir¨¢ muy pronto en una de las cuestiones mayores de la construcci¨®n de una defensa europea com¨²n".
Mitterrand no respondi¨® a su propia pregunta acerca de la posibilidad de "una doctrina nuclear europea", pero, en el mismo coloquio, Delors, el presidente de la Comisi¨®n Europea y posible futuro primer ministro de Francia, hab¨ªa reiterado su tesis de que Par¨ªs debe terminar poniendo su fuerza de disuasi¨®n a disposici¨®n de los Doce.
Las ideas de Mitterrand y Delors son atentados directos contra la voluntad gaullista de garantizar la total independencia de Francia mediante la fuerza de disuasi¨®n.
Mitterrand parece haber llegado a la conclusi¨®n de que, como afirman sus amigos alemanes, existe una contradicci¨®n entre su militancia a favor de la defensa europea com¨²n y el mantenimiento de una fuerza nuclear francesa sin control exterior.
Alemania tampoco ha visto con buenos ojos la propuesta francesa de organizar una conferencia de las cuatro potencias con armas nucleares en Europa (EE UU, Francia, Reino Unido y la ex URSS) para analizar la situaci¨®n creada por la dispersi¨®n del armamento nuclear sovi¨¦tico. Los alemanes no entienden por qu¨¦ deben ser excluidos.
Jean-Fran?ois Poncet, ministro de Exteriores durante la presidencia de Val¨¦ry Giscard d'Estaing, cree que una de las razones por las cuales los alemanes han aceptado con ciertas reticencias la desaparici¨®n de su divisa en beneficio del ecu es porque Francia nunca ha propuesto a sus socios de la Comunidad la puesta en com¨²n de los privilegios diplom¨¢ticos y militares heredados de su condici¨®n de vencedor de la Il Guerra Mundial.
Mitterrand es consciente de que la Europa de la defensa colectiva no va a nacer ma?ana. Su intenci¨®n es tan s¨®lo adelantar que, si la CE tiene alg¨²n d¨ªa un ejecutivo com¨²n, Francia podr¨ªa dar la suprema prueba de buena voluntad de renunciar a tres d¨¦cadas de pol¨ªtica gaullista de independencia nuclear.
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