Casi el 10% de los adolescentes espa?oles sufre s¨ªntomas de depresi¨®n, seg¨²n un estudio
Considerar que la depresi¨®n que sufre el hijo adolescente es "cosa de la edad" puede constituir un error con graves secuelas, porque en muchos casos los s¨ªntomas de la depresi¨®n juvenil est¨¢n asociados a factores de crecimiento y desarrollo, pero muchas otras constituyen el s¨ªntoma de un trastorno m¨¢s profundo que, de no mediar un tratamiento adecuado, puede agravarse y devenir en proceso cr¨®nico. Seg¨²n una investigaci¨®n efectuada durante cuatro a?os entre los adolescentes de Reus (Tarragona), un 9,4% de los j¨®venes sufre s¨ªntomas depresivos, lo que constituye una alta prevalencia, seg¨²n sus autores. Los ni?os de familias pobres tienen mayor riesgo de caer en la depresi¨®n.
Javier se pasaba todo el d¨ªa ante el televisor o tumbado en su cama, en la penumbra. Desde hac¨ªa varios meses parec¨ªa como si se hubiera vuelto autista. Casi no hablaba, respond¨ªa con monos¨ªlabos y los pocos ratos que se pon¨ªa sobre los libros era para dejar los ojos fijos en un punto de la p¨¢gina.Eduardo, en cambio, no paraba un instante, pero era incapaz de concentrarse en una actividad m¨¢s de media hora seguida. Ten¨ªa, en palabras de su madre, "el esp¨ªritu contradictorio", como cuando ten¨ªa cuatro a?os y dec¨ªa a todo que no. Estaba siempre irritado, contestaba a su padre en un tono airado, cuando no despectivo, y en la escuela las cosas iban fatal: hab¨ªa sido ya expulsado en dos ocasiones y bordeaba la delincuencia.
Aparentemente, entre Javier y Eduardo no hab¨ªa ning¨²n punto en com¨²n. Y, sin embargo, cuando sus padres acudieron a pedir ayuda profesional, el diagn¨®stico fue id¨¦ntico. Estaban deprimidos. Como lo estaba tambi¨¦n Raquel, hija de una familia de emigrantes que en poco m¨¢s de un a?o hab¨ªa dejado de ser una ni?a rellenita y apacible para convertirse en una ¨¢spera, triste y casi escu¨¢lida muchacha comida por la anorexia, que no probaba bocado y cuando, en un ingente esfuerzo, sus padres lograban que tragara algo, era para vomitarlo inmediatamente.
Presi¨®n social
Se trata de tres manifestaciones extremas de la depresi¨®n en la adolescencia. En la mayor¨ªa de los casos, los s¨ªntomas no son tan aparatosos, pero no por ello comportan menos sufrimiento. El estudio efectuado durante cuatro a?os por un equipo de investigaci¨®n de las universidades de Barcelona (divisi¨®n VII de Tarragona) y Aut¨®noma sobre 534 adolescentes de la ciudad de Reus ha demostrado que los s¨ªntomas pueden persistir largo tiempo. "La mitad de los adolescentes que el primer a?o presentaban s¨ªntomas de depresi¨®n segu¨ªan teni¨¦ndolos al cabo de un a?o; el 28%, al cabo de dos, y en el 20%, a los tres a?os. Algo m¨¢s del 10% segu¨ªa estando deprimido a los cuatro a?os", explica Josefina Canals, profesora de Psicopatolog¨ªa Infantil de la Universidad de Barcelona.Este alto ¨ªndice de persistencia es el que permite concluir a la doctora Canals que las depresiones en la adolescencia no deben ser menospreciadas, porque, aunque en muchos casos se trate de un fen¨®meno pasajero, los afectados lo pasan realmente mal y porque en algunos casos, si no reciben el tratamiento adecuado, pueden llegar a convertirse en adultos aquejados de depresi¨®n.
La presi¨®n social es un elemento esencial en el estado de ¨¢nimo de los adolescentes. El estudio observ¨® una mayor incidencia de la depresi¨®n entre los adolescentes con familias de bajo nivel socioecon¨®mico. Sin embargo, el estudio no observ¨® un incremento de depresiones entre los j¨®venes que durante esos cuatro a?os sufrieron una ruptura de la familia, por divorcio o por muerte de un progenitor, pero s¨ª una mayor incidencia entre los hijos de padres separados anteriormente.
En el primer a?o del estudio, la incidencia de depresiones era similar entre chicos y chicas, pero, al cuarto a?o, la proporci¨®n de chicas deprimidas era mucho mayor. A las dificultades propias de este sexo hay que a?adir como factor agravante la presi¨®n de la moda. As¨ª, la p¨¦rdida de apetito afect¨® en mayor medida a las chicas: el 28,7% de las adolescentes no ten¨ªa ganas de comer "algunos d¨ªas", y el 21,5% no las ten¨ªan 1a mayor¨ªa de los d¨ªas". Entre los chicos, los porcentajes eran del 19% y 12%.
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