Mauritania elige por vez primera a su presidente con un sistema multipartidista
Nadie duerme en Nuakchot, la capital de Mauritania. La campa?a de las primeras elecciones presidenciales con un sistema multipartidista ha convertido la ciudad en una verbena. En las calles, barridas por la arena del desierto sahariano, se han montado numerosas jaimas -tiendas n¨®madas- que funcionan, como animadas oficinas de propaganda de los cuatro candidatos que se disputan hoy la presidencia del pa¨ªs. Mientras, centenares de personas siguen someti¨¦ndose a extenuantes colas ante las oficinas administrativas de cada barrio para intentar lograr la tarjeta de votante. Para la oposici¨®n mauritana, los retrasos en este tr¨¢mite forman parte de las maniobras para favorecer el triunfo del actual presidente, Maiauiya Uld Sidi Ahmed Taya.
Cantos, danzas, consignas por megafon¨ªa, bocinazos de veh¨ªculos destartalados que se aglomeran en inhabituales atascos nocturnos, animan las noches de Nuakchot. Ataviados con su turbante y las se?oriales t¨²nicas de color ¨ªndigo, o con el atuendo de corte africano, los 1,4 millones de habitantes de la capital se han echado a la calle para vivir el ambiente festivo de la campa?a electoral. Pero la fiesta tuvo que ceder terreno al silencio ayer, d¨ªa de reflexi¨®n nacional, hasta que con las primeras luces del alba se abrieran esta ma?ana los colegios electorales.Con estas elecciones, el actual Gobierno del coronel Maauiya Uld Sidi Ahmed Taya logra la culminaci¨®n del proceso de apertura democr¨¢tica iniciado el pasado julio con la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum para la refonna de la Constituci¨®n, que abri¨® el camino al establecimiento del multipartidismo.
Desde entonces, 14 partidos han logrado su legalizaci¨®n por las autoridades de Nuakchot, adem¨¢s del dirigido por el actual presidente, el Partido Republicano Democr¨¢tico Social. Como prueba de su voluntad democratizadora, las autoridades han permitido la aparici¨®n de nuevas publicaciones de prensa, que alcanzan ya la decena, entre diarios y semanarios.
De acuerdo con los nuevos aires, el diario gubernamental Chaab -el ¨²nico hasta julio- ha cambiado su cabecera por la de Horizonte, y permite en sus p¨¢ginas la aparici¨®n de opiniones disonantes con la oficial. Fue ah¨ª donde hace dos d¨ªas se recogi¨® el comunicado de protesta del favorito de los tres candidatos de la oposici¨®n, Ahmed Uld Daddah -hermano del ex presidente Mojtar Uld Daddah-, por los retrasos y supuestas trabas administrativas en la entrega de las tarjetas que cada votante deber¨¢ presentar para poder depositar su voto. Uld Daddah no s¨®lo ve en ello un fallo de organizaci¨®n, sino un intento para impedir que voten quienes no sean simpatizantes del presidente.
"Llevaba dos d¨ªas esperando en la fila y no consegu¨ªa mi tarjeta; pero hoy me vest¨ª toda de azul -el color emblema del partido del presidente Uld Taya- y me facilitaron inmediatamente el papel", explicaba ayer una mujer wolof, uno de los grupos negroafricanas que reivindican mayor protagonismo frente a las etnias moras.
"Todo va muy despacio", declaraba el mi¨¦rcoles un mauritano de la etnia mora. "Yo ni lo he intentado; pero mi mujer, que es muy testaruda, lleva tres d¨ªas guardando turno, de la ma?ana hasta la medianoche, y todav¨ªa no ha logrado llegar al mostrador", a?ade.
Cuatro candidatos
De los cuatro candidatos, dos se presentan como dirigentes de sus respectivos partidos: Uld Taya y Mohamed Uld Ma, este ¨²ltimo ex alcalde de Nuakchot y jefe de la Uni¨®n Popular Social Democr¨¢tica. Uld Daddah, al igual que Mustaf¨¢ Uld Salek, lo hace como candidato independiente, aunque ambos cuentan con el apoyo de diversos grupos pol¨ªticos.Uld Ma, que, seg¨²n los observadores, podr¨ªa ser el factor sorpresa de la contienda, apuesta por un lenguaje popular que entusiasma a los habitantes de los arrabales que sitian la ciudad. Uld Salek, por su parte, hace continuas referencias al car¨¢cter ¨¢rabe-africano de Mauritania, y se presenta como partidario de un islam de rostro humano. El tambi¨¦n es un conocido en la escena pol¨ªtica mauritana, pues presidi¨® la junta militar que en 1978, tras el desastroso desenlace de la guerra entre Mauritania y el Frente Polisario, derroc¨® al entonces jefe de Estado, Mojtar Uld Daddah.
El actual presidente Uld Taya considera que cuenta con la poderosa carta del ¨¦xito alcanzado por su propia reforma democratizadora. Gracias a ello, espera recuperar en las urnas el prestigio perdido ante el exterior con su posici¨®n de condena a la guerra del Golfo, y en el interior, por las torturas y matanzas de negroafricanos hace dos a?os.
En cuanto a Ahmed Uld Dadlah, parece haber capitalizado el t¨ªtulo de hombre del cambio. En su campa?a ha utilizado su pasado de detenido pol¨ªtico del r¨¦giinen militar y de ex alto funcionario en organismos internacionales como el Banco Mundial.
Cuenta con el apoyo de fuerzas tan diversas como la Uni¨®n de Fuerzas Democr¨¢ticas, una coalici¨®n de grupos que se hacen eco de las reivindicaciones de las etnias negroafricanas y de los harratines, los descendientes de los esclavos libertos; del movimiento isl¨¢mico de la Urrirna, que no ha logrado ser legalizado porque la Constituci¨®n mauritana proh¨ªbe que se registren grupos basados en connotaciones ¨¦tnicas o religiosas, y del partido de Malainin Bucharaya, el empresario mauritano-saharaui con base en Las Palmas que hace cuatro a?os intent¨® comprar el parque de atracciones de Madrid.
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