Condenado por espiar a su mujer
El marido no puede probar la infidelidad de su esposa grabando sus conversaciones
Un marido enga?ado no puede demostrar la infidelidad de su esposa utilizando m¨¦todos que violenten la intimidad de ¨¦sta, seg¨²n una sentencia de la Audiencia de Madrid que ha confirmado la condena impuesta a Juan H. M. por interceptar y grabar las conversaciones telef¨®nicas de su mujer, E. F., con "una persona que se identificaba como Eduardo". La sentencia distingue entre el ¨¢mbito de "intimidad" de la persona y la cesi¨®n bilateral de una parte de esa intimidad, como cuota que pasa a integrarse en la "vida privada" de la pareja.La sentencia de instancia declar¨® probado que Juan H. M. se hizo con el diario ¨ªntimo de su esposa, del que sac¨® una fotocopia que aport¨® como prueba en su proceso de separaci¨®n. Tambi¨¦n intercept¨® y grab¨® las conversaciones de su esposa con "Eduardo", e incorpor¨® su contenido al mismo procedimiento. Juan H. M. consigui¨® la separaci¨®n, pero fue condenado a un mes y un d¨ªa de arresto por un delito de interceptaci¨®n de comunicaciones.
En el recurso contra la condena, Juan H. M. adujo que emple¨® el aparato instalado en su tel¨¦fono "s¨®lo con el fin de controlar su uso, por motivos econ¨®micos". Sin embargo, el tribunal le contesta que, dada su condici¨®n de ingeniero, "deber¨ªa saber que en el mercado existen instrumentos destinados a limitar y controlar el uso del tel¨¦fono sin acceder al contenido de las comunicaciones".
El tribunal recuerda que fue el propio marido quien, en el proceso matrimonial, atribuy¨® la situaci¨®n de crisis familiar a las relaciones extraconyugales de su esposa. Para los magistrados, esto explica m¨¢s las grabaciones que "la pura preocupaci¨®n por la factura de Telef¨®nica".
La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Perfecto Andr¨¦s Ib¨¢?ez, plantea la cuesti¨®n de si cabe hablar de intimidad "cuando se trata de aspectos de la conducta de un c¨®nyuge que interesan al compromiso de fidelidad contra¨ªdo con el otro".
"No cabe negar", dice la sentencia, "que la decisi¨®n de dos personas de compartir su existencia y el hecho de vivir juntos conlleva un rec¨ªproco acceso de cada uno a algunos aspectos de la intimidad del otro, que antes le pertenec¨ªan en exclusiva". "Pero ello tiene lugar en virtud de un acto de voluntad libre y no puede suponer la desaparici¨®n de todo espacio ¨ªntimo, como reducto exclusivamente personal, que se confunde con la individualidad misma". ,As¨ª, el afecto matrimonial no cancela la intimidad, del mismo modo que la sexualidad compartida no elimina el derecho a la libertad sexual, que es lo que hace posible el delito de violaci¨®n incluso en el matrimonio", a?ade la sentencia.
Los magistrados no discuten "el inter¨¦s leg¨ªtimo de conocer la verdad que asiste a quien tiene fundadas sospechas de estar siendo v¨ªctima de una infidelidad". Pero aunque fuera cierta y "toda la raz¨®n moral estuviera del lado del esposo, en virtud de su comportamiento -irreprochable no correspondido de la misma manera", ni siquiera en ese supuesto se autorizar¨ªa "a despojar a esa otra persona, que es su pareja, del derecho fundamental a la intimidad; a convertirla en objeto de observaci¨®n sin restricciones".
Esto no supone negar al c¨®nyuge todo derecho a indagar acerca de aquellos aspectos de la intimidad del otro, "sino s¨®lo afirmar que tampoco en este campo espec¨ªfico de las relaciones interpersonales, el prop¨®sito leg¨ªtimo de hacer luz o poner fin a una situaci¨®n evidentemente traum¨¢tica justifica el uso de cualquier medio, m¨¢xime si, como aqu¨ª sucedi¨®, es abiertamente su mente antijur¨ªdico por ser directamente atentatorio contra un derecho fundamental".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.