C¨¢mara oculta

Desde hace unos meses, unos redactores del programa Tal como somos pasean por Madrid ocultando una c¨¢mara y creando las situaciones m¨¢s disparatadas. Rafael Herrero, que confiesa su satisfacci¨®n por el buen talante de sus v¨ªctimas, reconoce que tras la grabaci¨®n de un gag siempre se pide permiso para su difusi¨®n. Si el ciudadano se niega a firmar una autorizaci¨®n, la cinta es inmediatamente borrada."Lo desconcertante es que resulta dif¨ªcil adivinar qu¨¦ trampa va a funcionar", confiesa el director del programa. "Un gag con contenedores que ten¨ªamos previsto realizar en Majadahonda result¨® un fracaso. Sin embargo, m¨¢s tarde lo repetimos en Moratalaz y funcion¨® de maravilla". Aunque no ha habido problemas con las grabaciones, reconoce que "s¨®lo una vez uno de nuestros ganchos se vio perseguido por la polic¨ªa, pero fue s¨®lo un susto".

Otra de las sorpresas ha sido la reacci¨®n de los m¨¢s peque?os. En una guarder¨ªa se intent¨® grabar un objetivo indiscreto, pero los ni?os se?alaban inmediatamente al lugar donde se hallaba la c¨¢mara oculta. No sucede lo mismo con los mayores; ni siquiera con los periodistas. Incluso un redactor de este peri¨®dico se ver¨¢ pronto en pantalla.