Met¨¢fora de una muela
Luis ClaramuntGaler¨ªa Juana de Alpuru.
Barquillo,44, lo. Madrid. Hasta el 15 de febrero.
En el texto de una canci¨®n memorable, Boris VIan hizo de una muela una met¨¢fora, despiadada y desnuda, de la misma vida y de como nuestra condici¨®n arrastra, Inconsciente, la amenaza cierta de su propia fecha de caducidad. Desde una asociaci¨®n de ideas hasta cierto punto semejante, y que nace de la perplejidad inherente a una an¨¦cdota vivida -y nuca mejor dicho- en los propios huesos, Luis Claramunt engloba, bajo el lema de La muela de oro, tal vez el m¨¢s impresionante ciclo de pinturas que recuerdo en su trayectoria.La an¨¦cdota que da origen al titulo parece de entrada -como el propio tono inicial del poema de Vian- intrascendente. El pintor hubo de someterse recientemente, por primera vez, a la extracci¨®n de una pieza dental. Esa experiencia l¨ªmite se corresponde en la pintura de Claramunt con una reacci¨®n explosiva de inusitada violencia.
Y eso es, precisamente, a lo que nos acerca el impacto de esa sobrecogedora serie de lienzos blancos, en la que se define el centro de gravedad de esta exposici¨®n. Dos temas complementarios, ambos estrictamente pr¨®ximos, bien que de modo distinto, a la m¨¢s pura intimidad del artista, sirven de detonante a estas telas. Uno es el de la ya famosa muela; otro el de la vista que se abre ante el balc¨®n de su estudio y en la que, de alg¨²n modo, se articula una segunda met¨¢fora singular: la calle como la otra mitad que divide, junto con la pr¨¢ctica de la pintura, lo esencial de su apuesta, y aqu¨ª tentaci¨®n que, enfrentando a su rival en el deseo, incita desde el v¨¦rtigo de esa mirada vertical.
Desde ambos temas, Claramunt se acerca al l¨ªmite m¨¢s descarnado de la expresi¨®n. El gesto que recorre, compulsivo y certero, el espacio de la tela elige, en la frontera de esa escritura inmediata que s¨®lo el dibujo permite, un atajo abismal que libera al pintor del lastre de toda an¨¦cdota y circunscribe su voz a esa precisa descarga de energ¨ªa que, como un latigazo, desnuda sin rodeos la ra¨ªz de su visi¨®n.
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