El primer ministro chino comienza en Roma una gira por Europa
El primer ministro chino, Li Peng, uno de los principales responsables de la intervenci¨®n militar que reprimi¨® las protestas estudiantiles de Tiananmen, lleg¨® ayer a Roma, en la primera escala de una gira por cuatro pa¨ªses europeos y Nueva York, donde asistir¨¢ a una reuni¨®n especial del Consejo de Seguridad. El comienzo de su periplo, el primero desde 1989, se ha hecho coincidir con la liberaci¨®n de nueve disidentes encarcelados despu¨¦s de que el Ej¨¦rcito barriese a tiros la principal plaza de Pek¨ªn.Li Peng no visitar¨¢ al Papa durante su escala en Roma, como es tradicional en estas visitas. Mientras su Gobierno no reconoce la autoridad del Vaticano, este Estado el ¨²nico de Europa que a¨²n mantiene relaciones diplom¨¢ticas con Taiwan.
Han transcurrido cerca de tres a?os desde las tr¨¢gicas jornadas de Pek¨ªn, y el coloso chino es de nuevo aceptado en el concierto internacional. La continuidad de la reforma econ¨®mica y la inevitable presencia de China en la construcci¨®n del nuevo orden internacional que sigui¨® al desmembramiento sovi¨¦tico aceleran en las canciller¨ªas el olvido de las brutales secuencias que un 4 de junio conmovieron al mundo. Li Peng, acompa?ado por su esposa y sus ministros de Exteriores y de Comercio, viaja a Italia, Suiza, Nueva York, Portugal y Espa?a como corredor de un mercado de m¨¢s de mil millones de compradores abierto a la iniciativa privada y a la inversi¨®n extranjera, y se har¨¢ escuchar como representante de una naci¨®n poderosa, temible en su subdesarrollo y con poder de veto en el Consejo de Seguridad.
Pragmatismo
Li Peng, nombrado primer ministro en 1988, reforz¨® su posici¨®n en el Partido Comunista Chino tras el aplastamiento de la rebeli¨®n de Tiananmen, y en los a?os posteriores a la crisis abog¨® por el pragmatismo y la ampliaci¨®n de los mecanismos de mercado en el desarrollo de la econom¨ªa.Con su reaparici¨®n p¨²blica en una de las "zonas econ¨®micas especiales" que experimenta con el capitalismo y en v¨ªsperas del viaje de su primer ministro, el hist¨®rico l¨ªder chino Deng Xiaoping bendijo las inversiones que promueven en China un mayor y visible bienestar social, y que Li defender¨¢ en sus encuentros.
No hay, sin embargo, espacio para el pluralismo pol¨ªtico en los planes del comunismo chino, y en las universidades del pa¨ªs tampoco se observan indicios de una insurrecci¨®n como la que en 1989 agrup¨® a estudiantes y a trabajadores en demanda de libertades. "No veo por el momento ning¨²n movimiento en ese sentido", afirmaba un funcionario espa?ol con a?os de residencia en China. "El Gobierno sabe que mientras funcionen las reformas no habr¨¢ grandes problemas sociales". Los indicadores econ¨®micos, una omnipotente polic¨ªa, el control de la prensa, la obediencia del Ej¨¦rcito y la ausencia de una tradici¨®n democr¨¢tica explican en parte la estabilidad nacional.
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