Teatral detenci¨®n de Imelda Marcos
IA actuaci¨®n de la patrulla judicial se ajust¨® al gui¨®n preparado por la defensa en el tragic¨®mico sainete que protagoniza la viuda M ¨²ltimo dictador filipino. El acto representado ayer dur¨® tres horas, el tiempo en que Imelda Marcos permaneci¨® detenida en una comisar¨ªa de Ma?ana por no haber depositado la preceptiva fianza en el proceso que se le sigue con acusaciones de apertura ilegal de tres cuentas bancarias en Suiza. "Esto es excesivo", hab¨ªa protestado Imelda cuando 10 polic¨ªas uniformados procedieron, a su detenci¨®n.
El teatral apresamiento de la candidata a la presidencia de Filipinas, necesitada del redoblar de tambores en todas las apariciones p¨²blicas donde promete la inmediata redenci¨®n de los miserables, se produjo poco despu¨¦s de que se declarase inocente de cuatro acusaciones de corrupi¨®n."Un voto para Imelda es un voto para los pobres", garantiz¨® la antigua primera dama, de 62 a?os, cuando abandonaba radiante uno de los edificiosjudiciales que rastrean el paradero de los 5.000 millones de d¨®lares robados a la hacienda p¨²blica a lo largo de los 20 a?os de administraci¨®n de la familia Marcos, seg¨²n los c¨¢lculos de los fiscales oficiales.
Contrariamente a la diligencia demostrada en anteriores vistas, en esta ocasi¨®n sus abogados retrasaron el pago de la fianza y el juez Juan Jos¨¦ Hem¨¢ndez despach¨® la correspondiente orden de detenci¨®n, que fue entregada en mano a la interesada por el teniente Florentino Benito. El esperado mandato lleg¨® puntual a la suite presidencial del hotel Filipinas Plaza, en el que Imelda ultima su magna empresa salvadora a raz¨®n de 2.000 d¨®lares, la noche, desayuno incluido. A, partir de ese momento, comenz¨® la escenificaci¨®n. Los acto-, res estuvieron brillantes.Flauta de Hamel¨ªn
Los hombres del teniente Florentino activaron las sirenas de: sus veh¨ªculos, y el ulular de las, bocinas tuvo el milagroso efecto de la flauta de Hamel¨ªn: los, seguidores de Imelda, vociferando contra la corrupci¨®n oficial y rasg¨¢ndose las vestiduras, por la afrenta a su jefa, se agruparon tras la patrulla exigiendo la liberaci¨®n del mes¨ªas femenino. Aparcada la autoridad frente a la comisar¨ªa de: San Jos¨¦, la viuda de Ferdinand Marcos entr¨® en la instalaci¨®n policial y all¨ª se le tornaron las huellas dactilares un¨¢ vez m¨¢s. Y una vez m¨¢s llor¨®, con un dramatismo que coloc¨® al borde del trance a varios de sus leales, seg¨²n narran testigos presenciales. El di¨¢logo entre el enamorado grupo fue de este tenor: "Estoy casi en estado de choque", advirti¨® Imelda. "Es increible", a?adi¨®. "Te queremos", respondi¨® uno. "?Encarc¨¦lenos a nosotros en lugar de a ella!, ?C¨¢rcel para el corrupto Gobierno!", demand¨® otro. En los flancos, varios cantaban para aminorar los sufrimientos de la v¨ªctima.
Los abogados de la ex primera dama hicieron entonces acto de presencia en el escenario para entregar al juez Hern¨¢ndez los 1.130 d¨®lares establecidos en la fianza del proceso instruido por infracciones a la normativa del Banco Central cuando abri¨® en Suiza tres cuentas con 356 millones de d¨®lares, congeladas por el Gobierno de ese pa¨ªs. Imelda apunt¨® a continuaci¨®n un momento de gran sinceridad al subrayar que la detenci¨®n favorec¨ªa sus planes electorales.
Despu¨¦s del incidente, Imelda volvi¨® a la carga: "Esto es vergonzoso. No puedo imaginar que esto ocurra en nuestro pa¨ªs". Antes de caer el tel¨®n, algunos espectadores no pertenecientes a la encendida claque apuntaron otros sucesos excluidos del libreto: los a?os en que Ferdinand Marcos impuso la ley marcial, encarcel¨® a miles de personas, los d¨ªas en que ninguna fianza sirvi¨® para liberar a quienes se opusier¨®n a la dictadura familiar.
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