El fantasma del golpe se hizo golpe
Los intelectuales y la prensa se cansaron de gritar que la situaci¨®n era insostenible
La inseguridad ciudadana, la crisis econ¨®mica, la corrupci¨®n, los fallos de la justicia y, en definitiva, el profundo desencanto de dos tercios de la poblaci¨®n venezolana que no se han beneficiado de la pol¨ªtica macroecon¨®mica del presidente, Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, han sido el caldo de cultivo de la intentona golpist¨¢ que ayer sufri¨® Venezuela. Ya lo ven¨ªa gritando desde hace tiempo el escritor Arturo Uslar Pietri pero, como ¨¦l mismo denunci¨® en una entrevista con este diario, en diciembre del a?o pasado, "el presidente est¨¢ ciego y sordo ante la situaci¨®n". El descontento ha lanzado varias veces a la calle a los estudiantes desde julio de 1990, cuando nueve de ellos murieron. Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes y las v¨ªctimas causadas entonces contin¨²an frescos en la memoria de muchos desheredados que han perdido la confianza en las instituciones de la democracia venezolana, la m¨¢s antigua de Am¨¦rica Latina, establecida en 1959 por R¨®mulo Bentancourt.
Hace tres meses, David Esteller escrib¨ªa en la prensa venezolana un art¨ªculo con el t¨ªtulo de El golpe. Dec¨ªa: "El rumor sigue creciendo. Golpe para all¨¢ y golpe para ac¨¢. Bueno, en definitiva, se busca a un militar".Por el contrario, Carlos Andr¨¦s P¨¦rez siempre neg¨® la posibilidad de que los militares incubaran alg¨²n intento de hacerse con el control del pa¨ªs. "En primer lugar, no hay una situaci¨®n social, ni econ¨®mica, ni pol¨ªtica, que pudiera explicarlo o justificarlo. En segundo lugar, la sociedad venezolana ha adquirido tal nivel de desarrollo que repudia y repele por naturaleza cualquier tipo de imposici¨®n por la fuerza en el Gobierno del pa¨ªs", dijo el presidente durante una conversaci¨®n con este diario.
La masa empobrecida de la poblaci¨®n responsabiliza a Carlos Andr¨¦s Perez y a su sumisi¨®n a la pol¨ªtica del Fondo Monetario Internacional (FMI) de los males que padece la naci¨®n. El caracazo del 27 y 28 de febrero de 1989, tan s¨®lo a los veinte d¨ªas de que P¨¦rez accediera al poder, fue una reacci¨®n social espont¨¢nea a la crisis. La subida del precio de la gasolina produjo saqueos masivos en Caracas y las principales ciudades del pa¨ªs. El resultado fue m¨¢s de 5.000 muertos, aunque esta cifra nunca ha sido reconocida oficialmente.
El presidente y l¨ªder del partido socialdem¨®crata Acci¨®n Democr¨¢tica se deslig¨®, desde su segunda subida al poder, en 1989, de la tesis de su partido, y comenz¨® una pol¨ªtica de ajuste y privatizaciones que s¨®lo ha beneficiado a la banca y a las grandes compa?¨ªas.
Cuando asumi¨® la presidencia, en sustituci¨®n de Jaime Lusinchi, nadie dudaba de que era necesario un cierto ajuste para evitar el caos al que se encaminaba Venezuela, con un enorme d¨¦ficit presupuestario, una balanza de pagos negativa, una abultada deuda externa y unas reservas en divisas inferiores a los 300 millones de d¨®lares (30.000 millones de pesetas), pr¨¢cticamente nada. Hoy las reservas han aumentado a 14.000 millones de d¨®lares (1,4 billones de pesetas), la inflaci¨®n est¨¢ controlada por debajo del 30% y el crecimiento del producto interior bruto ronda el 10%, es decir, el m¨¢s alto de Am¨¦rica Latina. Pero, junto a esto, el kilo de carne pas¨® bruscamente de 50 a 200 bol¨ªvares y un medicamento que costaba un bol¨ªvar ha pasado a costar 20.
Ajuste econ¨®mico
Seg¨²n Teodoro Petkoff, secretario general del Movimiento al Socialismo (MAS), la tercera fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs, el ajuste econ¨®mico debiera de haberse hecho de forma gradual para evitar los tremendos costes que est¨¢ pagando, la poblaci¨®n.
"Una de las cosas m¨¢s criticables es la gesti¨®n de la banca central, que, al impulsar las tasas de inter¨¦s altas ha reforzado el sector financiero. Esto ha reducido la rentabilidad de la agricultura y ha decapitado la industria", declar¨® a Le Monde Diplomatique el presidente del Congreso venezolano, Pedro Par¨ªs Montesinos. Frente a la dram¨¢tica situaci¨®n econ¨®mica de los desheredados se extiende, principalmente por Caracas, la sensaci¨®n de inseguridad ciudadana. Cada fin de semana se salda con m¨¢s de dos decenas de muertos como consecuencia de actos violentos. La inseguridad es la primera preocupaci¨®n de la desencantada clase media, y ha llegado a convertirse en el c¨¢ncer que obsesiona a las fuerzas de seguridad e incluso al Ej¨¦rcito. En muchos barrios de Caracas, la criminalidad resulta incontrolable. La polic¨ªa no se aventura por numerosas calles y las clases adineradas tratan de resolver el problema de la inseguridad. dot¨¢ndose de un aut¨¦ntico ej¨¦rcito privado que protege sus zonas residenciales, haciendo de ellas peque?os guetos cerrados al p¨²blico.
Las clases populares, que no pueden contratar vigilantes privados, est¨¢n comenzando a organizar rondas de vecinos que controlan sus barrios de noche.
La ley del m¨¢s fuerte campa a sus anchas por Caracas, pero el Gobierno venezolano parece haber dejado de lado est¨¢ insoluble cuesti¨®n. El informe del Departamento de Estado norteamericano sobre la creciente corrupci¨®n y violaci¨®n de los derechos humanos en Venezuela deber¨ªa abochornar al presidente y a su Gabinete, se?alan fuentes de la oposici¨®n.
Mientras, nadie hace nada tampoco por poner fin al ¨¦xodo continuado de campesinos hacia los enormes cinturones de miseria que circundan la capital venezolana. Precisamente, Uslar Pietri acusa al Estado de ser responsable de la inseguridad ciudadana por haber fomentado la llmarginalidad de las ciudades". Un incipiente movimiento cooperativista trata de acaparar los restos de solidaridad que tiene una sociedad cansada para facilitar la venta de los productos campesinos y permitir un m¨ªnimo nivel de vida a ¨¦stos.
Dicen de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez que se ha dedicado a poner en pr¨¢ctica una pol¨ªtica neoliberal con el mismo celo que un "pecador arrepentido". De ah¨ª que sean muchos, tanto intelectuales como pol¨ªticos y economistas, los que se han alejado de las tes del presidente. Seg¨²n el econ mista Domingo Maza Zavala, salario m¨ªnimo actual en Ven zuela es de 6.000 bol¨ªvares me suales (unas 10.000 pesetas) y cesta b¨¢sica de alimentos cues 9.000 bol¨ªvares.
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