El drama del patrimonio checoslovaco

Los pa¨ªses del Este de Europa se enfrentan a un grave problema cultural: el expolio de su patrimonio art¨ªstico, que despu¨¦s de robado es vendido en la Europa rica. Checoeslovaquia padece ese latrocinio de modo singular. Seg¨²n el ministerio checo de Cultura, el valor de lo sacado ilegalmente podr¨ªa alcanzar los mil millones de coronas (unos 3.700 millones de pesetas).La situaci¨®n resulta agravada porque, tras la aprobaci¨®n en 1991 de la ley de restituci¨®n de las propiedades confiscadas por el r¨¦gimen comunista, los antiguos propietarios -en general pertenecientes a la aristocracia- se har¨¢n con inmuebles y obras de arte cuyo valor es incalculable. Por ejemplo, la familia Lobkowicz volver¨¢ a poseer 15 castillos y la mayor colecci¨®n de retratos espa?oles existente fuera de Espa?a, y podr¨ªan disponer de ese patrimonio.

"Lo m¨¢s grave sucede en Bohemia y Moravia", dice Jaroslav Zavadsky, especialista de la polic¨ªa en este tipo de delitos, en la revista mensual Okey. "El 80? de los robos suceden en las regiones checas. En Eslovaquia la situaci¨®n es menos grave, quiz¨¢ porque all¨ª las iglesias son instituciones".

Lo parad¨®jico es que, a medida que, tras la instauraci¨®n de un r¨¦gimen democr¨¢tico en 1989 presidido por V¨¢clav Havel, la sociedad checoeslovaca perd¨ªa el miedo pol¨ªtico, aumentaban sin embargo los robos de patrimonio cultural. Las obras robadas son vendidas, a precios de ganga, preferentemente en Alemania y Austria, a coleccionistas o grupos especializados en blanquear dinero.