"Su novela ayuda a entender lo que significa ser humano"
El escritor de origen japon¨¦s y afincado en el Reino Unido Kazuo Ishiguro, autor de la novela Los restos del d¨ªa, publica la quinta carta a Salman Rushdie en la conmemoraci¨®n del tercer aniversario de la condena a muerte del escritor indo-brit¨¢nico que realiza EL PA?S, junto con otros peri¨®dicos europeos.
Querido se?or Rushdie:Hace poco, antes de coger el tren para volver de Escocia a Londres, vi una de sus novelas, Los versos sat¨¢nicos, en el quiosco de la estaci¨®n y la compr¨¦ para leerla durante el largo trayecto. Pronto me encontr¨¦ absorto -el viaje transcurri¨® r¨¢pidamente-, y al llegar a casa continu¨¦ leyendo hasta el final. Pens¨¦ que no le importar¨ªa que aprovechase esta oportunidad para decirle cu¨¢nto disfrut¨¦ con su novela y la profunda impresi¨®n que me caus¨®.
El ansia de amor, las fuerzas interiores opuestas de alguien que ama y rechaza sus or¨ªgenes a la vez, la busqueda de par¨¢metros morales en un mundo ca¨®tico y de cambios frecuentes, todas estas cosas las descubr¨ª maravillosamente, expresadas a trav¨¦s de los muchos y diversos caracteres de la novela. Y estoy seguro de que no soy el primero en haber notado en el fondo de la novela, a pesar de su exuberancia y el ruido provocado, una sensaci¨®n profunda de soledad, el tipo de soledad que se experimenta en medio de una multitud. Habi¨¦ndome asentado yo mismo en un pa¨ªs que no es el m¨ªo, pude identificarme con muchos de los sentin¨²entos de sus personajes. No obstante -yo nac¨ª en Jap¨®n-, no estaba familiarizado con el matiz especial de las emociones derivadas de la antigua relaci¨®n colonial entre Gran Breta?a e India; su conmovedora descripci¨®n de la lucha de sus personajes indios por alcanzar un sentido de ellos mismos me ha conducido, creo, a una perspectiva y una sensaci¨®n de simpat¨ªa para la que antes no estaba preparado. Tengo un buen amigo -un chino que ahora vive en Canad¨¢- con el que mantengo largas conversaciones referentes a sus confusos sentin¨²entos respecto a su cultura natal. Su relaci¨®n con su padre me vino a la mente mientras segu¨ªa la turbulenta relaci¨®n, eje de su libro, entre Saladino y su padre. Estoy seguro de que mi amigo considerar¨ªa este retrato muy conmovedor; y yo le enviar¨ªa sin dudar un momento un ejemplar del libro si no fuera porque su padre est¨¢ ahora gravemente enfermo y temo que la escena de la muerte, tremendamente conmovedora, del final del libro podr¨ªa afectarle demasiado. Pero en esta era de emigraci¨®n y multiculturalismo debe haber incontables personas en todo el globo que descubrir¨¢n en su Ebro una exploraci¨®n valiosa de sus esperanzas y tristezas. Antes del viaje en tren no hab¨ªa le¨ªdo ninguna de sus obras, pero ahora buscar¨¦ todos sus otros libros. Me interesar¨¢ saber si ¨¦stos tambi¨¦n se refieren a los temas de su identidad cultural y del ansia de amor. Tambi¨¦n esperar¨¦ sus futuras novelas con gran inter¨¦s.
Yo rri¨ªsmo, soy escritor y si alguna vez pasa por Londres, me encantar¨ªa conocerle y hablar con usted, quiz¨¢ ante una cerveza o un caf¨¦. Pero supongo que es usted un hombre muy ocupado, as¨ª que no mantendr¨¦ demasiadas esperanzas. S¨®lo quer¨ªa darle las gracias por Los versos sat¨¢nicos. Esto puede parecer un t¨®pico, pero es la verdad: novelas como la suya me han ayudado a aprender un poco m¨¢s de lo que significa ser hurriano.
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