Una manifestaci¨®n a favor de Yeltsin y otra en contra revelan la profunda divisi¨®n de la sociedad rusa
Dos manifestaciones que se desarrollaron ayer por el centro de Mosc¨² mostraron la profunda divisi¨®n de la sociedad rusa actual. Cinco semanas despu¨¦s de que se pusiera en marcha la dur¨ªsima reforma econ¨®mica que ha rebajado de manera dr¨¢stica la capacidad adquisitiva de los ciudadanos rusos, los comunistas no lograron reunir ayer m¨¢s gente que sus oponentes dem¨®cratas en las calles de Mosc¨², pero s¨ª consiguieron sumar un n¨²mero muy apreciable de personas.
Rusia Democr¨¢tica reuni¨® ante la casa blanca a unas 30.000 personas -seg¨²n cifras de la polic¨ªa- que dieron su apoyo a Bor¨ªs Yeltsin y le pidieron una mayor rapidez en las reformas. A poco m¨¢s de un kil¨®metro de distancia, una cifra muy parecida o algo mayor de manifestantes exigi¨® la dimisi¨®n del Gobierno.Los comunistas, que tratan de reorganizarse, demostraron ayer que se est¨¢n convirtiendo en una fuerza a tener en cuenta. En cierta medida, Yeltsin est¨¢ entre la espada y la pared, porque si, por una parte, no va a poder olvidar que se est¨¢ organizando una oposici¨®n contra ¨¦l, tambi¨¦n deber¨¢ tener en cuenta que quienes se decidieron a salir a la calle para expresarle su apoyo le reclamaron una aceleraci¨®n en el programa de reformas y le exigieron que suelte el lastre de los antidem¨®cratas m¨¢s o menos camuflados que siguen a su alrededor.
La resoluci¨®n que se aprob¨® al final del mitin de los partidarios de Yeltsin plantea la necesidad de que cese el jefe del Gabinete de la Presidencia, Yuri Petrov, acusado de dificultar el avance de las reformas desde su posici¨®n de privilegio. "?Abajo la nomenklatura comunista! ?Que salga de la casa blanca!", era una de las consignas voceadas por los meg¨¢fonos. "Yeltsin, estamos contigo para desplazar a la hidra mafioso-comunista", se le¨ªa en una pancarta que portaba una se?ora de mediana edad.
"Que dejen la pol¨ªtica barata y el populismo o que dimitan", exige la misma resoluci¨®n refiri¨¦ndose al presidente del Parlamento, Rusl¨¢n Jasbulatov, y al vicepresidente de Rusia, Alexandr Rutskoi, quienes han vertido en los ¨²ltimos d¨ªas dur¨ªsimas cr¨ªticas contra la reforma econ¨®mica impulsada por el Gobierno. Rutsk¨®i lleg¨® a pedir el s¨¢bado "el estado de emergencia econ¨®mica" y plante¨® un programa alternativo. Los gritos de "Rutskoi, dimisi¨®n" se oyeron en varias ocasiones.
"El apoyo que ofrecemos a Yeltsin no es incondicional", se encarg¨® de subrayar el sacerdote y diputado Gleb Yakunin. "Podemos acabar sum¨¢ndonos a los que exigen la dimisi¨®n si las reformas no avanzan claramente en los pr¨®ximos meses", agreg¨®. Pese a todo, las pancartas y carteles de los manifestantes eran m¨¢s benevolentes con el presidente ruso.
Cr¨ªticas al PCUS
Como anta?o, el partido comunista fue el que acapar¨® la mayor¨ªa de las iras de los manifestantes.En la marcha y posterior concentraci¨®n de apoyo al Gobierno predominaron las personas de cierta edad, aunque tambi¨¦n pod¨ªan verse matrimonios j¨®venes con sus hijos peque?os. No se apreciaba crispaci¨®n e incluso algunos asistentes depart¨ªan tranquilamente junto a las todav¨ªa no desmontadas barricadas de agosto, mientras los oradores pronunciaban sus discursos desde el balc¨®n de la casa blanca, el Parlamento ruso.
La tensi¨®n, sin embargo, s¨ª se apreciaba en la manifestaci¨®n de los opositores al Gobierno, a la que acudieron gentes de todas las edades, aunque se observaba un mayor n¨²mero de jubilados, de esos que este mes han visto c¨®mo la pensi¨®n ya no les llega ni para comprar la comida que necesitan. "Yeltsin es un judas" fue uno de las consignas m¨¢s coreadas. "Popov [alcalde de Mosc¨²] y Gaidar [responsable econ¨®mico del Gobierno] saquean al pueblo en favor de la mafia ", pod¨ªa leerse en una pancarta.
Las referencias a la mafia proliferaron en ambas protestas: para los comunistas, los mafiosos son los dem¨®cratas en el poder, mientras que para los progubernamentales la mafia la forman viejos del aparato.
La idea que m¨¢s repitieron los oradores comunistas es que el Gobierno, que est¨¢ empobreciendo a la poblaci¨®n, debe dimitir. El otro eje de discursos y pancartas era que el partido comunista deb¨ªa reorganizarse para tratar de ocupar de nuevo el poder. "No al fascismo bajo la careta de democracia" pod¨ªa leerse en una pancarta. "Basta de demogenocidio", rezaba otra, situada muy cerca de un cartel que lanzaba una invectiva contra los jud¨ªos.
Detr¨¢s del n¨²cleo principal de manifestantes, que portaban banderas rojas, aparec¨ªa un grupo con banderas mon¨¢rquicas, lo que pone de manifiesto la curiosa alianza que se est¨¢ produciendo entre los grupos nacionalistas de derechas y los comunistas rusos.
La polic¨ªa despleg¨® 10.000 efectivos para evitar que pudieran producirse encontronazos entre miembros de las dos manifestaciones. Pero pese a todos los temores, la jornada finaliz¨® sin incidentes.
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