El Reino Unido vive la campa?a electoral m¨¢s sucia de su historia
La campa?a electoral no ha empezado todav¨ªa, pero ya es considerada la m¨¢s sucia de toda la historia del Reino Unido. Las acusaciones personales y las operaciones de descr¨¦dito en los peri¨®dicos se han convertido en asuntos cotidianos. Y algo m¨¢s grave ha empezado a emerger: m¨¢s de 60 robos en sedes locales de los partidos y en oficinas de la C¨¢mara de los Comunes sugieren que alguien est¨¢ practicando un masivo espionaje pol¨ªtico. Los m¨¢s perjudicados son los partidos de la oposici¨®n, laboristas y liberal-dem¨®cratas.
El caso Ashdown ha hecho sonar la alarma. Lo que parec¨ªa ser un peque?o robo en un bufete de abogados result¨® ser algo m¨¢s. El ladr¨®n desde?¨® art¨ªculos .atractivos e incluso dinero en efectivo, y s¨®lo se llev¨® documentos. Uno de ellos revelaba que Paddy Ashdown, l¨ªder del Partido Liberal-Dem¨®crata, hab¨ªa mantenido hace cinco a?os una breve relaci¨®n sentimental con su secretaria. El documento lleg¨® inmediatamente al News of the World, un peri¨®dico sensacionalista propiedad del magnate australiano Rupert Murdoch, de reconocida filiaci¨®n conservadora.Paddy Ashdown tuvo que confirmar p¨²blicamente su aventura extramatrimonial y poner en peligro su carrera pol¨ªtica. Parad¨®jicamente, la franqueza con que afront¨® el asunto, el firme apoyo de su familia y su partido y la percepci¨®n p¨²blica de que aquello era una treta rematadamente sucia han aupado su popularidad en 13 puntos, seg¨²n las ¨²ltimas encuestas. Pero lo m¨¢s sospechoso ocurri¨® despu¨¦s, cuando la polic¨ªa detuvo el jueves al presunto ladr¨®n. El personaje en cuesti¨®n, Simon Berkovitz, pintor desempleado, result¨® ser militante del Partido Conservador.
Los conservadores negaron que el partido estuviera detr¨¢s de Berkovitz. Para respaldar su inocencia, emitieron un comunicado en el que daban cuenta de un total de 50 robos en sus sedes locales durante los ¨²ltimos dos a?os. Robos que, sumados a los siete denunciados por los liberal-dem¨®cratas y a los 10 ocurridos en oficinas laboristas, arrojan una cifra extra?amente alta.
El Partido Conservador, sin embargo, no ha sufrido ninguna sustracci¨®n de material sensible. Muy distinto es el caso de los laboristas. En diciembre, alguien se col¨® en la oficina de Marjorie Mowlam, tesorera del Partido Laborista, y consigui¨® acceder a su archivo inform¨¢tico pese a las claves de protecci¨®n. El desconocido obtuvo la relaci¨®n de las personas de la City que informan sobre asuntos financieros al gran partido de la oposici¨®n. Colaborar con los laboristas es, en la ultraconservadora City, algo comparable con la alta traici¨®n.
No existe ninguna prueba de peso que relacione a los conservadores con este espionaje. Pero una fuente del partido, citada ayer por el dominical The Observer, afirm¨® que "entra dentro de lo posible que algunos j¨®venes conservadores est¨¦n implicados en los robos".
Es claro, en cualquier caso, que los tories han acumulado munici¨®n para una campa?a sucia. La organizadora de las elecciones en Gales para los liberaldem¨®cratas, Laura German, descubri¨® el verano pasado que un detective preparaba un informe sobre su vida privada. El detective hab¨ªa sido contratado por el Partido Conservador, cuyo presidente, Chris Patten, tuvo que buscar una hilarante excusa: "S¨®lo quer¨ªamos confirmar su direcci¨®n para invitarla a la conferencia del partido".
Podr¨ªa ser tambi¨¦n que fuera alguien ajeno a los partidos quien estuviera detr¨¢s de los robos. Seg¨²n el historiador Anthony Glees, especialista en servicios secretos, no hay que descartar al MI-5, el organismo de contraespionaje brit¨¢nico, una de cuyas misiones es advertir al jefe del Gobierno sobre cu¨¢les de sus colegas y amigos son poco fiables.
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