"Morir es como pasar del portal a mi casa"
"Ahora pienso m¨¢s en la muerte, porque me encuentro m¨¢s cerca, pero ya no la veo como una tragedia; es como un paso desde el portal a mi casa, que es la casa de Dios, que es un misterio". Pocos d¨ªas antes de cumplir 85 a?os, en abril de 1991, Jos¨¦ Mar¨ªa de Llanos SJ, recostado sobre una almohada blanca en un sill¨®n de su casa del Pozo del T¨ªo Raimundo, narraba, con la tranquilidad que debe dar la fe, su estado de ¨¢nimo.Pocos meses antes hab¨ªa sufrido una reca¨ªda en su quebrantada salud, pero desbordaba animaci¨®n y claridad. "Ahora estoy leyendo", continuaba el sacerdote, "la Escatolog¨ªa, de Tornos, que es un gran libro, precisamente sobre la muerte. Y la muerte se llega a ver como una alegr¨ªa, un encuentro con Dios misterioso, pero extraordinario. Es como un se?or que por fin llega a su casa. Estamos de paso aqu¨ª y prefiero estar en un sitio fijo".
Junto a im¨¢genes del Sagrado Coraz¨®n, fotograf¨ªas de Arrupe y la Pasionaria -"Dios me ha regalado con amigos grandes"-, viejos carteles de fiestas en el Pozo, todo un resumen de su vida en las paredes, el padre Llanos recordaba los momentos fundamentales de su vida: cuando se hizo jesuita y cuando se mud¨® a la marginalidad del Pozo por "vivir entre los pobres desde los pobres". "Cuando escribo pueblo quiero decir Pozo, y apen¨¢s m¨¢s", dej¨® dicho en Mundo Obrero. A ese barrio perdido del fin de Madrid dedic¨® m¨¢s de 36 a?os de esfuerzo y dignidad, que le llevaron al PCE -carn¨¦ 2.189- y a colaborar en la fundaci¨®n de Comisiones Obreras -"la vanguardia entonces eran rojos"-.
Arrupe, su amigo y general, dec¨ªa que al morir esperaba encontrar un Dios misericordioso. Llanos replicaba que ello era "un poco redundante porque Dios es misericordioso por esencia". Tras las palabras, sal¨ªa a la calle, tomaba un cafelito, cruzaba saludos con un vecino, le preguntaba por su familia.
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