Hiddink orden¨® retirar una pancarta con s¨ªmbolos nazis en el campo del Valencia
El holand¨¦s Guus Hiddink, entrenador del Valencia, logr¨® el pasado domingo en el estadio de Mestalla, en los instantes previos al partido Valencia-Albacete, algo que ni la Ley del Deporte ni las denuncias de la polic¨ªa o los espectadores hab¨ªan conseguido: la retirada de una pancarta con simbolog¨ªa nazi, una de las muchas que la actual norma deportiva define como incitadoras a la violencia. Hiddink se convierte as¨ª en el primer personaje p¨²blico del deporte espa?ol que act¨²a contra los s¨ªmbolos fascistas en los campos.
El pasado domingo, cuando los jugadores del Valencia y el Albacete efectuaban ejercicios de calentamiento sobre la hierba de Mestalla, Hiddink, visiblemente irritado, solicit¨® a un empleado del club la retirada de una bandera nazi colgada de la valla protectora en una zona ocupada por una pe?a albacete?a. Cuando el partido se inici¨®, la esv¨¢stica ya no estaba.Ese no fue el primer gesto contrario a los s¨ªmbolos fascistas y a la violencia del t¨¦cnico holand¨¦s. Transcurridas un par de jornadas de la presente temporada, Hiddink consigui¨® suspender la emisi¨®n de unos v¨ªdeos de entretenimiento previos a los encuentros en los que aparec¨ªan im¨¢genes de Rambo y de la guerra del Vietnam.
Sorprendentemente, antes de que el entrenador confirmara todos estos hechos, Arturo Tuz¨®n, el presidente del club, neg¨® los mismos: "Es imposible. ?C¨®mo puede estar pendiente el preparador de lo que sucede en las gradas? Su trabajo est¨¢ sobre el c¨¦sped. Me parece una tonter¨ªa". Interrogado sobre el punto concreto de los v¨ªdeos b¨¦licos, afirm¨®: "Hiddink no ha pedido la suspensi¨®n de ninguna cinta".
La explicaci¨®n al comportamiento del entrenador holand¨¦s es muy simple. Hiddink, uno de los t¨¦cnicos de moda del f¨²tbol espa?ol, qued¨® marcado por la II Guerra Mundial, aunque ¨¦l, de 42 a?os, ni siquiera hab¨ªa nacido entonces. Los habitantes de su ciudad natal, Arnhem, fronteriza con Alemania, vivieron una situaci¨®n dantesca, incluidos diversos miembros de su familia.
Arnhem, en septiembre de 1944, estaba en poder de los alemanes, y las fuerzas aliadas libraron duros combates en sus cercan¨ªas. Sus habitantes quedaron marcados, y, casi medio siglo despu¨¦s, Hiddink no olvida lo sufrido por los suyos.
"Yo estoy seguro de que los chicos no saben lo que representa para mucha gente ver un bander¨ªn con estos s¨ªmbolos", comenta Hiddink. El entrenador reconoce: "Cuando veo estas cosas, no me puedo callar. Es cierto que ped¨ª que retiraran un v¨ªdeo sobre Vietnam de los marcadores electr¨®nicos. Eran im¨¢genes de napalm, de lucha, de guerra..., y solicit¨¦ que no volvieran a salir. Respecto a las banderas, yo s¨¦ que lo hacen sin mala intenci¨®n, pero no me puedo estar quieto". Hiddink reconoce que im¨¢genes como las de la guerra del Vietnam o los s¨ªmbolos nazis le causan repulsi¨®n: "La verdad es que tengo problemas con esto. Veo estas cosas, como el bander¨ªn del domingo, y siento algo especial. No particip¨¦ en la guerra, pero rechazo todo aquello. En mi familia hay una historia fuerte... Pero, bueno, eso sucedi¨® hace m¨¢s de 40 a?os y debemos olvidarlo".
Hiddink no puede dejar de opinar sobre el resurgimiento del neonazismo y de la xenofobia: "Cada hombre tiene que pensar en todo esto y adoptar una actitud. Es malo permanecer pasivos. Actualmente son grupos peque?os, y realmente no creo que pase nada. Pero, como persona, quiero tomar partido y lo rechazo", indica Hiddink.
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