El COI evita que su comisi¨®n m¨¦dica incluya la aspirina como producto prohibido
El comit¨¦ ejecutivo del COI ha impedido en sus ¨²ltimas reuniones que su comisi¨®n m¨¦dica incluyera la aspirina entre sus productos prohibidos. Fuentes del COI han mostrado su descontento por el protagonismo "exagerado" de algunos miembros de la misma y de los grupos de trabajo creados para luchar contra el dopaje. Aun valorando su labor y la necesidad de controlar una pr¨¢ctica contra la ¨¦tica deportiva, se critica el inter¨¦s en traspasar barreras que no les corresponden. El COI quiere limitarse a su jurisdicci¨®n competitiva, los Juegos. Su l¨ªnea ser¨¢ la de marginar s¨®lo las sustancias que da?en la salud.
En el COI no se olvida que, cuando se detect¨® el positivo del atleta canadiense Ben Johnson en los Juegos de Se¨²l 88, los m¨¦dicos saltaban de alegr¨ªa como si hubiesen encontrado un tesoro. Existe en el m¨¢ximo organismo el temor de que, en ese camino cada vez m¨¢s cercano a descubrir los deportistas que recurren a productos indebidos, aparezca demasiadas veces una autosatisfacci¨®n de los doctores como si pugnaran por una medalla.El ¨²ltimo ejemplo que ha trascendido ha sido el inter¨¦s por prohibir la aspirina incluy¨¦ndola en la lista de las sustancias dopantes. "No s¨¦ c¨®mo voy a funcionar hoy", ha llegado a decir, sonriendo, uno de los miembros del COI. La 98? Sesi¨®n acept¨® hace unos d¨ªas la inclusi¨®n de dos estimulantes, la amineptina y el mesocarbe. Con ello, para los Juegos de Albertville y Barcelona, suman un total de 42. Adem¨¢s, 19 analg¨¦sicos-narc¨®ticos, 16 esteroides anabolizantes, 15 diur¨¦ticos, nueve betabloqueantes y cuatro hormonas pept¨ªdicas o an¨¢logas. Luego, hay otros con restricciones, como anest¨¦sicos locales, c¨®rticoesteroides, marihuana o alcohol. La aspirina se ha salvado.
El alem¨¢n Manfred Donike, director del laboratorio de Colonia e integrante de las subcomisiones ol¨ªmpicas de dopaje y bioqu¨ªmica en el deporte y de la de control del doping fuera de las competiciones, dej¨® la Saboya con celeridad para investigar el ¨²ltimo gran caramelo, el trucaje de las atletas Katrin Krabbe, Grit Breuer y Silke Moeller en Sur¨¢frica. Este m¨¦dico sale m¨¢s en los medios de comunicaci¨®n que muchos deportistas y de su influencia puede dar fe alg¨²n laboratorio espa?ol que corri¨® el peligro de perder su calidad de estar reconocido oficialmente por el COI simplemente por no haber cobrado sus servicios en Hispanoam¨¦rica. El negocio tambi¨¦n est¨¢ presente.
Donike, que tiene al lado, y ha tenido, el fil¨®n de la RDA o sus restos, trat¨® por todos los medios de convencer al COI de la necesidad de contar con un laboratorio m¨®vil para efectuar controles por sorpresa en los entrenamientos o en ciertas competiciones. La idea fue barajada mucho tiempo por el COI, pero se desech¨® por los enormes problemas legales que supondr¨ªa fuera de su jurisdicci¨®n, los Juegos. El COI no quiere ser la panacea de los problemas y, en ese campo como en otros, ha dejado la supervisi¨®n o el control de los atletas a las federaciones internacionales y las nacionales.
Entre bastidores
Aqu¨ª, en la semana de reuniones de Courchevel, han vuelto a crujir entre los bastidores los entramados de la comisi¨®n m¨¦dica. Lo primero fue la absurda intromisi¨®n de m¨¦dicos y autoridades francesas protestando por el nuevo control gen¨¦tico a las mujeres para detectar casos de masculinidad. Cuando, aunque con m¨¢s imperfecciones, se hace ya desde 1968 con la simple toma de muestras de saliva, se cre¨® toda una pol¨¦mica tratando de defender un examen ginecol¨®gico, que da?a mucho m¨¢s la intimidad de la atleta. El pr¨ªncipe De Merode, el presidente de la comisi¨®n m¨¦dica del COI, defendi¨® con acierto el m¨¦todo, que guarda absolutamente el anonimato.
Sin embargo, fue una discusi¨®n que no tap¨® su "nerviosismo", como lo han calificado otros miembros del COI. Seg¨²n ellos, De Merode se pas¨® al anunciar por su cuenta y riesgo,sin contar con el comit¨¦ ejecutivo, que podr¨ªan efectuarse controles de sangre incluso ya en estos Juegos de Albertville. Dos vicepresidentes, el australiano Kevin Gosper y el canadiense Richard Pound, le desmintieron. De Merode, que perdi¨® su puesto y la vicepresidencia en la ejecutiva hace dos a?os, no quiere pasar inadvertido. Es el sino de aquellos miembros del COI que quieren medrar adem¨¢s de viajar y exigir los mejores hoteles. A los dos d¨ªas tuvo que decir que no hab¨ªa querido decir lo que dijo, pues los controles no llegar¨¢n a realizarse ni en los de Barcelona. As¨ª, matiz¨® que s¨®lo se refer¨ªa a la eritropoietina, el producto que oxigena artificialmente la sangre, pero que ya ha causado numerosas muertes al coagularla en trombos. "Con los problemas que hay ahora en esto de la sangre, ?c¨®mo vamos a implicarnos nosotros? Estar¨ªamos locos", manifest¨® un alto portavoz del COI.
Adem¨¢s, seg¨²n m¨¦dicos cualificados, los controles de sangre no solucionar¨ªan el problema de detectar sustancias prohibidas porque, biol¨®gicamente, las personas no son iguales y el criterio de normalidad es diferente para cada una.
Con todo, el ¨²ltimo ejemplo de exageraci¨®n ha sido el intento de prohibir la aspirina. No s¨®lo, ante casos as¨ª, sino dentro de una idea a perfilar, el COI quiere basarse en la lucha contra el doping en que los ¨²nicos productos prohibidos sean aqu¨¦llos que da?en la salud. En esa l¨ªnea trata de que se centre su cuerpo m¨¦dico.
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