Radiograf¨ªa madrile?a
La muestra de danza madrile?a que entre enero y febrero ha ocupado la sala Pradillo con llenos permanentes finaliz¨® el pasado domingo con un estupendo programa revival del disuelto grupo Bocanada. Result¨® que con una peque?a estructura teatral, sabiamente dirigida a dar unidad al espect¨¢culo, el grupo hizo brillar los extractos de coreograf¨ªas de sus directoras, Blanca Calvo y Mar¨ªa Jos¨¦ Ribot.Todos fueron desgranando las piezas con el p¨²blico cada vez m¨¢s entregado; desde la socarrona Carita de ¨¢ngel a la tristeza nost¨¢lgica de Solos 7 o la violencia de Las cosas perdidas. Cada fragmento tuvo vida porque se bail¨® con placer y cada bailar¨ªn ofreci¨® una personalidad propia a esas referencias a lo cotidiano que tienen las obras de Calvo y Ribot.
Muestra de danza madrile?a
Sala Pradillo. Madrid, enero y febrero.
M¨®nica Valenciano, junto a Blanca Cordero, arranc¨® tambi¨¦n aplausos y buenos sentimientos de la sala. En Puntos suspensivos, Valenciano presenta un personaje magn¨¦tico de expresi¨®n brutal, volcando directamente en el p¨²blico un proceso interior, golpeando con recuerdos infantiles de forma un tanto esquizofr¨¦nica. Desde su estreno, Valenciano ha mejorado su obra, cortando los intentos de desarrollo y dej¨¢ndola en lo que es: un cuadro de experimentaci¨®n teatral, con momentos de comunicaci¨®n extraordinaria que act¨²an de revulsivos a la comodidad de la danza formalista.
Diez solos
La oposici¨®n total fue Antonia Andreu y bailarines, que no comunicaron nada desde la escena en los diez solos, fabricados durante a?os por Andreu, siempre sobre la percha de m¨²sicas pero ajenos a su car¨¢cter, ritmo y textura. Con un vocabulario muy limitado, cl¨¢sico y sin garra, Andreu no puede enganchar tampoco por el lado de la t¨¦cnica, y se vio en la muestra que es una creadora en actitud distante, casi mon¨¢stica, empecinada en un estilo que no ha inventado ni tiene que ver con el p¨²blico.La muestra -que empez¨® con 10 & 10 Danza, por ahora el grupo m¨¢s consistente y definido, y sigui¨® con Provisional Danza, un grupo que hay que volver a ver- dej¨® claro que existe un p¨²blico interesado en la nueva creaci¨®n, y que la danza contempor¨¢nea madrile?a, todav¨ªa en precario, tiene su sitio en lugares como Pradillo, ¨ªntimos y reducidos.
Tambi¨¦n dej¨® claro que existen j¨®venes core¨®grafos que valen la pena y estupendos bailarines. S¨®lo hace falta crear una infraestructura para todos ellos. Y no agobiarlos.
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