New Hampshire, puerta de la Casa Blanca
Jam¨¢s un candidato consigui¨® remontar una derrota en estas primarias
La tradici¨®n marca que una victoria en New Hampshire es algo m¨¢s que el triunfo en un peque?o Estado del noreste de EE UU. New Hampshire es la criba que decide qu¨¦ candidatos tienen opci¨®n de victoria y quienes quedan relegados. Desde hace 40 a?os ning¨²n aspirante a la Casa Blanca ha conseguido remontar el vuelo despu¨¦s de una derrota aqu¨ª. Esta vez puede ser algo diferente para los dem¨®cratas, ya que la previsible victoria de Paul Tsongas, ex senador del vecino Massachusetts, no le garantizar¨ªa buenos resultados en las pr¨®ximas primarias.
Tsongas lleva casi un a?o trabajando en este Estado para dar respuesta a las preocupa ciones econ¨®micas de los norte americanos, pero carece de organizaci¨®n a nivel nacional y sobre todo, de la imagen y el carisma que parecen imprescindibles para medir fuerzas cara a cara con el aspirante republicano, George Bush. Eso le permitir¨ªa al gobernador de Arkansas, Bill Clinton, mantener sus posibilidades electorales a pesar de una de rrota en New Hampshire, siempre que no fuera de proporciones humillantes. Clinton, que cay¨® bruscamente en las en cuestas tras las cr¨ªticas sobre sus aventuras extramatrimo niales y sus maniobras para librarse de la guerra de Vietnam, es el candidato mejor conocido en el sur del pa¨ªs. De todos modos, los candi datos dem¨®cratas oficiales despiertan tan poco inter¨¦s que muchos electores todav¨ªa prefieren a un candidato fantasma. La ¨²nica camioneta, aparcada frente al hotel Ramada Inn, el principal centro de operaciones electoral de Concord, est¨¢ de corada con letreros de Cuomo for President, a pesar de que el gobernador del Estado de Nueva York ha dejado clara su decisi¨®n de no presentarse.Desprestigio de Bush
En el bando republicano, las primarias de New Hampshire demostrar¨¢n hasta qu¨¦ punto est¨¢ desgastado el prestigio del presidente George Bush y hasta donde puede llegar su contrincante dem¨®crata, Pat Buchanan. Un resultado por encima del 30% de los votos para este ¨²ltimo -en absoluto improbable ser¨ªa una alarmante lla mada de atenci¨®n sobre el descontento con la gesti¨®n de Bush. Los sondeos dan a Tsongas una ventaja de 20 puntos sobre Clinton, y a Bush, 30 puntos sobre Buchanan, pero New Hampshire se ha caracterizado por las sorpresas de ¨²ltima hora. Mejor que nadie lo sabe Bush, que en 1980 lleg¨® como vencedor y perdi¨® despu¨¦s, mientras que en 1988 obtuvo el triunfo, pesea que las encuestas le daban como perdedor. Ganar votos en esta tierra helada, donde los electores observan a los candidatos con la meticulosidad con la que un cient¨ªfico examina sus muestras de laboratorio, es una tarea dif¨ªcil. Aqu¨ª no hay grandes m¨ªtines ni desfiles multitudinarios: los candidatos se re¨²nen con grupos reducidos de votantes que los acosan con preguntas sobre sus programas pol¨ªticos y su vida personal.
En esta ocasi¨®n la gran preocupaci¨®n es la econom¨ªa, como es l¨®gico en un Estado en el que el a?o pasado suspendieron pagos casi 4.000 empresas y donde el desempleo se multiplic¨® por tres en tres a?os. Lo que la gente pregunta a los candidatos es qu¨¦ van a hacer con los impuestos, con la seguridad social, c¨®mo van a detener el crecimiento del desempleo. Ah¨ª es donde Tsongas -al que no le importa tener un rostro poco televisivo porque dice que ¨¦l no pretende ser estrella de cine sino presidente- ha llegado m¨¢s lejos que los dem¨¢s, con un programa pormenorizado y realista que se aparta de la tradici¨®n liberal de su partido. Cuando un seguidor se acerc¨® hace unos d¨ªas a Tsongas y le pidi¨®: "S¨¢lvanos de Bush", Tsongas ' le contest¨®: "Primero tengo que salvarles del Partido Dem¨®crata".
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