Huelga de la EMT, secuestro de los madrile?os
En la tercera semana de huelga convocada por Plataforma Sindical en la Empresa Municipal de Transportes (EMT), los dirlgentes de este paro absurdo y da?ino han tenido constancia m¨¢s que suficiente del rechazo con que toda la sociedad madrile?a ha acogido su abusiva utilizaci¨®n de un derecho del todo respetable como el de huelga.No pod¨ªa ser de otra manera, porque el reiterado desprecio con que este grupo sindical ha tratado a los ciudadanos a lo largo de los ¨²ltimos dos anos supone una agresi¨®n sin precedentes a los derechos, igualmente respetables, de quienes necesitan hacer uso de un servicio p¨²blico esencial como el transporte urbano. Se lamentan los convocantes de la huelga del vac¨ªo que encuentran entre los partidos democr¨¢ticos, los dem¨¢s sindicatos, las asociaciones c¨ªvicas y, en suma, la ciudadan¨ªa toda.
Pero, ?qu¨¦ esperaban? ?Complacencia yadhesiones cuando se busca deliberadamente el caos de la ciudad, como no se recatan en declarar? Si de todos es sabido que el derecho propio finaliza all¨ª donde comienza el de los dem¨¢s, es claro que Plataforma Sindical ha decidido imponer por la fuerza de los hechos y con contumaz ignorancia de la legalidad sus propios intereses a los de mill¨®n y medio de usuarios.
Cuando se busca el conflicto por el conflicto, cuando se ?nicia una negociaci¨®n convocando una huelga desmesurada, cuando se pretenden sustituir los acuerdos por la coacci¨®n, dificilmente se puede esperar el apoyo de la opini¨®n p¨²blica.
Impunidad
"Sus razones tendr¨¢n", puede pensar alg¨²n desinformado. Ni eso es cierto, pues los motivos que llevaron originariamente a convocar esta larga huelga estaban en trance de obtener cumplida satisfacci¨®n por parte de la empresa. Otra cosa es que ahora Plataforma Sindical olvide las razones laborales que esgrim¨ªa al inicio, y cuya soluci¨®n, insisto, no supon¨ªa ning¨²n problema para fundamentarla en la exigencia de la readmisi¨®n de los propios dirigentes de Plataforma Sindical, despedidos por la flagrante ?legalidad con que llev¨® a cabo la huelga salvaje del 15 de enero. Es decir, Plataforma Sindical pretende, lisa y llanamente, la impunidad. Impunidad para paralizar la ciudad cuando mejor le convenga, para imponer sus condiciones a la direcci¨®n de EMT, que, por ser empresa municipalizada, no es de ese sindicato, y ni siquiera de todos sus trabajadores, sino de los madrile?os. Impunidad, en suma, para someter a sus dictados a las autoridades leg¨ªtimamente constituidas y a todos los ciudadanos.
Frente a este desaf¨ªo, facilitado por la inexistencia de una ley de huelga que regule su ejercicio en los servicios p¨²blicos esenciales, el pueblo de Madrid dice rotundamente no, como demuestran las encuestas de opini¨®n y los medios de comunicaci¨®n. Madrid no quiere resignarse a ser reh¨¦n permanente de manifestantes for¨¢neos ni de huelguistas sin escr¨²pulos que dificultan la vida cotidiana hasta extremos dificilmente soportables. Y el Ayuntamiento no la va a dejar desprotegida ante tanto abuso. Si el prop¨®sito de quienes dirigen esta huelga es paralizar la ciudad, la obligaci¨®n de quienes la gobiernan es evitarlo, pues ning¨²n conflicto laboral (y ¨¦ste cada vez lo es menos) puede prolongarse indefinidamente en perjuicio de todo un pueblo.
Refer¨¦ndum
Son cada d¨ªa m¨¢s los trabajadores de la EMT que desean poner fin a esta huelga sin sentido, reincorporarse al trabajo y entrar en la discusi¨®n del convenio colectivo. La rotunda negativa de Plataforma Sindical a celebrar un refer¨¦ndum libre entre todos los trabajadores habla a las claras de su temor a una manifestaci¨®n democr¨¢tica, sin coacciones, que podr¨ªa derrumbar toda la estrategia huelgu¨ªstica que lleva a cabo.
Sin embargo, son precisamente los trabajadores los que han de poner fin a este conflicto. Cuando se imponga la sensatez, las negociaciones ser¨¢n f¨¢ciles, pues la empresa ha estado y sigue abierta a dialogar.
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