El Ej¨¦rcito de Yeltsin se quiere ir
La tensi¨®n es palpable al entrar en el cuartel general del Ej¨¦rcito ruso en la regi¨®n b¨¢ltica, en el centro de Riga. El general Valery Mironov, un hombre corpulento de 49 a?os, es el comandante en jefe de los 120.000 soldados estacionados en Estonia, Letonia y Lituania. Su despacho es inmenso y tiene un gigantesco mapa de la zona que controla. La sala de reuniones est¨¢ presidida por un retrato de Lenin. Ni en ella ni en la antesala se ve indicio alguno del nuevo poder en Mosc¨².Rusia y los b¨¢lticos negocian estos d¨ªas la retirada de las tropas. Los primeros contingentes estaba previsto que saliesen el pasado d¨ªa 25 de Lituania, en donde hay 50.000 soldados. Nadie quiere tropas rusas en su propia casa. En el acceso al Parlamento de Riga, una anciana exclama: "Quiero que se vayan. ?sta no es su tierra. Tengo mucho miedo. No tienen organizaci¨®n ni control. ?No tienen jefe!".
El general, parco en palabras, afirma que los soldados y oficiales no desean permanecer en la rep¨²blica, y a?ade que la poblaci¨®n "no tiene por qu¨¦ temer nada". Reconoce que se han producido incidentes. Sus oficiales han sido discriminados y agredidos no por la poblaci¨®n civil, sino por los guardias fronterizos.
El general habla de las dificultades de la retirada. Hay que determinar el proceso gradual de la misma y queda por negociar el tema de las propiedades del Ej¨¦rcito ruso. "Me comprenden mejor los generales de la Alianza Atl¨¢ntica que mis colegas b¨¢lticos", dice.
Oficiales jubilados
Para Mironov, otro problema grave es la decisi¨®n de Letonia y Estonia de no reconocer la ciudadan¨ªa a los soldados y oficiales que viven retirados en estas rep¨²blicas. "Son m¨¢s de 35.000 en Letonia y tendr¨¢n que dejar sus hogares". Se trata de un problema muy espinoso, que puede crear peligrosas fricciones, pero el general indica: "El pasado 29 de diciembre, el presidente Yeltsin decret¨® que las tropas rusas en el B¨¢ltico est¨¢n bajo control de Mosc¨², no de los rusos [b¨¢lticosl". Mironov no quiere comentar los rumores que circulan por Riga de que est¨¢ racionando la comida a las ?ropas porque no llegan suministros de Mosc¨².
La financiaci¨®n de la retirada es el punto clave para resolver el problema, seg¨²n el diputado let¨®n Mija¨ªl Stepichev, miembro del Comit¨¦ de Defensa del Parlamento. Seg¨²n ¨¦l, toda Riga, en donde el 70% de sus habitantes son rusos, es una gran base militar rusa. Dinamarca ha proporcionado 2. 100 millones de coronas para facilitar la retirada de las tres rep¨²blicas y del distrito de San Petersburgo y realojarlas en Rusia.
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