Mendigos colombianos eran asesinados para vender sus cad¨¢veres a una Facultad de Medicina
Personas vinculadas a la Universidad Libre de Barranquilla (Colombia) asesinaban a indigentes para vender luego sus cad¨¢veres a los estudiantes de medicina. Un recogedor de desechos, Rafael Hern¨¢ndez, que logr¨® escapar con vida dio la voz de alarma el pasado lunes. "El s¨¢bado, en la noche, yo pasaba por la universidad recogiendo latas de cerveza cuando un celador me llam¨® y me invit¨® a recoger unos cartones que estaban en el patio de atr¨¢s de la universidad. Cuando entr¨¦, dos hombres me golpearon con garrotes y me dieron un tiro. Yo me hice el muerto" cont¨® Hern¨¢ndez. El mendigo, a quien los asesinos ya hab¨ªan puesto en formol, logr¨® escapar en la madrugada del domingo y dar aviso a la polic¨ªa.
Nada m¨¢s conocerse la noticia, la polic¨ªa allan¨® la sede universitaria. Diez muertos se encontraban en el dep¨®sito de cad¨¢veres, entre ellos el de El Cartagenero, un hombre de 40 a?os, y el de Diana Leiva, La Chupichupi, una joven de 16 a?os, retrasada mental, que viv¨ªa hac¨ªa unos a?os con los recogedores de basuras. Tambi¨¦n se hallaron los restos de otras 12 personas. Ayer, las autoridades colombianas de Medicina Legal hicieron p¨²blico su veredicto: seis de ellos murieron a golpes, dos por arma de fuego y s¨®lo los dos restantes por muerte natural. "Es irregular la presencia de estos cad¨¢veres en la universidad", asegur¨® a la emisora de Radio Caracol el director de la oficina regional de Medicina Legal, Pedro Carre?o. "Jam¨¢s se puede utilizar con prop¨®sitos cient¨ªficos cad¨¢veres de personas que hayan muerto en forma violenta", a?adi¨®.Las declaraciones de Carre?o complican a¨²n m¨¢s la s¨ªtuaci¨®n de la direcci¨®n del claustro universitario. Alfonso Tamayo, senador y presidente de la Fundaci¨®n Universidad Libre, insiste en que la noticia es falsa. "A¨²n la universidad no puede explicar la presencia de los cad¨¢veres, porque Barranquilla est¨¢ paralizada por el carnaval; cuando se normalice la situaci¨®n se aclarar¨¢n las cosas", dijo el senador a la misma emisora. Pero hay contradicciones en las informaciones dadas por las autoridades acad¨¦micas.
Venta de ¨®rganos
Tambi¨¦n afirman que los indigentes fueron a robar a la universidad y que por eso fueron atacados con garrotes por los celadores. Hasta ahora, han sido detenidos siete celadores y ha sido llamado a declarar el s¨ªndico gerente. Personas cercanas al claustro universitario han revelado detalles del macabro hecho. Los cad¨¢veres eran vendidos completos o por partes. Completos ten¨ªan un precio de 130.000 pesos (unas 20.000 pesetas).
Un h¨ªgado, por ejemplo, costaba 30.000 pesos, y un brazo, 20.000. Muchos indigentes han desfilado por el juzgado que investiga el caso. Sus testimonios son siempre iguales: los celadores de la universidad los invitaban para que fueran despu¨¦s de las once de la noche a recoger cartones y desperdicios. Los que hoy cuentan la historia se salvaron porque les dio miedo o porque se les olvid¨® la cita. Ellos aseguran que muchos de sus compa?eros han desaparecido en los ¨²ltimos meses y dan algunos nombres: El Chivas, D¨¢vila, Castro... Todos recogedores de basuras a los que de un d¨ªa para otro no volvieron a ver m¨¢s.
Y mientras se aclaran completamente los hechos, estudiantes y licenciados universitarios han organizado protestas frente a las instalaciones educativas. Gritan consignas contra los responsables acad¨¦micos. "Ellos no pueden estar al margen de lo que ocurre en la Facultad de Medicina", afirm¨® ayer un estudiante. No es la primera vez que en Colombia se habla de matanzas colectivas de mendigos. El a?o pasado, las llamadas limpiezas sociales fueron noticia de primera p¨¢gina. Las cifras revelan que s¨®lo entre agosto y septiembre de 1991, 60 desechables, como despectivamente se les llama, fueron asesinados en las calles de Bogot¨¢, Manisales y Pereira. En estas matanzas fueron implicados miembros de la polic¨ªa. El caso de la Universidad Libre ti ene horrorizado al pa¨ªs: es la primera vez que un claustro universitario se ve implicado en el macabro comercio de la muerte.
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