Cartas desde la c¨¢rcel
Reclusos en libertad condicional gestionan una empresa de mensajer¨ªa en Madrid
"Es la ¨²nica posibilidad que tenemos para no volver a la marginaci¨®n". Quien as¨ª se expresa es Carlos M. J., uno de los seis presos en libertad condicional o con permisos de fin de semana que comparten uno de los dos pisos de acogida para reclusos de Madrid. Se trata de un proyecto de reinserci¨®n puesto en pie hace cinco a?os por iniciativa de ?ngeles P¨¦rez -"una mujer com¨²n," como ella misma se define-, que tambi¨¦n ha organizado una empresa de servicios de mensajer¨ªa, gestionada por los propios presos, con una subvenci¨®n de la Comunidad de Madrid.
Desde hace m¨¢s de cinco a?os, en Madrid, el proyecto de pisos de acogida se ha granjeado el respeto y el apoyo de algunos jueces, y, sobre todo, de la poblaci¨®n reclusa. La idea surgi¨® de ?ngeles P¨¦rez, que guiada por su compromiso religioso, decidi¨® recabar fondos entre los feligre ses de su parroquia. A esto hay que a?adir un nuevo proyecto ideado con el mismo prop¨®sito: la primera empresa de servicios dise?ada y gestionada por los presos que comparten los pisos. Para la puesta en marcha de esta empresa, ?ngeles P¨¦rez ha conseguido una subvenci¨®n de nueve millones de pesetas, a cargo del Servicio de Inserci¨®n de la Comunidad de Madrid.
"La empresa ya est¨¢ registrada, tenemos licencia fiscal, una asistente social, y los chicos que van a trabajar, que son algunos de los que viven en los pisos", se?ala. La actividad de la empresa se diversifica en una amplia gama de servicios de manera ininterrumpida las veinticuatro horas del d¨ªa: mensajer¨ªa, servicios de comidas, facilitar entra das para espect¨¢culos, compra de medicinas, entre otros.
"En definitiva, se trata de cubrir un espacio tan amplio como necesidades tenga el cliente, aunque la principal actividad ser¨¢ la mensajer¨ªa" apostilla V¨ªctor N., uno de los reclusos que participa en el equipo que trabaja en la nueva mensajer¨ªa.
"La importancia de este nuevo proyecto es, que por fin se va a materializar una v¨ªa real de inserci¨®n para los expresidiarios, algunos de ellos cumpliendo a¨²n condena en tercer grado, es decir, que han pagado una parte importante de la condena entre rejas y ahora gozan de permisos de salida semanales o est¨¢n en libertad condicional", recalca ?ngeles P¨¦rez.
"Todo el mundo defiende en teor¨ªa que los presos tienen derecho a una oportunidad, pero del dicho al hecho hay un largo trecho. Sin una salida econ¨®mica no es posible hablar de reinserci¨®n, y ¨¦se es nuestro objetivo. No pretendemos hacer un balance econ¨®mico al final de cada a?o, lo que buscamos es un balance social", concluye.
Ambos proyectos han alcanzado tal magnitud que numerosos presos de las 60 c¨¢rceles que hay en Espa?a se dirigen a ?ngeles o a Manuela Carmena, juez de vigilancia de la prisi¨®n, de Carabanchel, para que se hagan cargo de sus casos y solicitar una plaza en alguno de los pisos de reinserci¨®n. "Yo he pasado por varias c¨¢rceles", interviene Joaqu¨ªn S. V.; "en todas ellas, cada vez que un interno se refiere a la se?ora ?ngeles o a la juez Manuela Carmena, lo hace llam¨¢ndolas santas". "J¨®venes que entraron con 18 a?os y ahora salen con 10 m¨¢s y enfermos de sida. El 65% de los internos es portador del virus. ?Qu¨¦ piensa hacer el Estado y la sociedad por esta gente que ya ha pagado su delito? ?Por qu¨¦ s¨®lo se preocupan por reinsertar a los presos pol¨ªticos? La gente deber¨ªa pensar en esto; as¨ª nos entender¨ªan cuando decimos que no tenemos ninguna oportunidad", concluye Joaqu¨ªn.
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