Los nuevos propietarios
La reconversi¨®n de la vieja industria se dibuja como la gran inc¨®gnita de la privatizaci¨®n checoslovaca
En 1948, el Partido Comunista Checoslovaco dio un golpe de Estado con el apoyo de una gran parte de la poblaci¨®n. En pocos meses, Checoslovaquia se convirti¨® en un pa¨ªs sin propietarios privados. Cuarenta a?os despu¨¦s, los dirigentes del Gobierno federal buscan los procedimientos para encontrar miles de empresarios que sustenten una econom¨ªa de mercado. Quien haya visitado Praga hace pocos a?os y haya vuelto en los ¨²ltimos meses habr¨¢ percibido un impulso de adecentamiento y renovaci¨®n de una de las ciudades m¨¢s hermosas del mundo. Los checos lo explican: antes se dejaban los andamios meses y meses porque las empresas del Estado cobraban las obras al Estado al empezarlas. Ahora, cuando se ha finalizado la llamada peque?a privatizaci¨®n (subasta de tiendas, restaurantes, peque?as empresas), los nuevos due?os tienen que arreglar cuanto antes sus posesiones para conseguir una cierta ventaja respecto a sus competidores. Las obras, ahora, se terminan. Y los checos dicen de s¨ª mismos que han cambiado.
Miles de checoslovacos inician una nueva vida de pequefios propietarios, una nueva clase social que el Gobierno quiere convertir en la base socia e su pol¨ªtica futura. V¨¢clac Havel, el presidente de la Rep¨²blica, ironizaba en los tiempos del comunismo sobre el letrero que un verdulero colocaba entre un tomate y una cebolla: "Proletarios de todos los pa¨ªses, un¨ªos". Hoy, en justa correspondencia con aquel mensaje defensivo dirigido a las autoridades comunistas, los nuevos propietarios se han afanado en eliminar en un tiempo r¨¦cord cualquier vestigio del r¨¦gimen anterior y muestran una habilidad enorme para embellecer sus escaparates o hacer acogedoras las mesas de sus tabernas.La gran privatizaci¨®n es otra cosa. El Gobierno puso en marcha a finales de 1991 un ambicioso plan de retorno del patrimonio nacional a los ciudadanos: cada checo tiene derecho a adquirir por 1.000 coronas (unas 3.500 pesetas) un bono que podr¨¢ invertir en el futuro en las nuevas empresas por acciones que surjan del gran proceso privatizador. Al principio, el plan fue acogido con un considerable escepticismo. Los bonos no se El castillo de Praga. vend¨ªan. Pero la llegada de una serie de sociedades de financiaci¨®n provoc¨® un cambio brusco de panorama. Los fondos de inversi¨®n ofrec¨ªan hasta 10 veces e incluso 15 veces el valor de un bono. El salario medio en Checoslovaquia es de 4.000 coronas. Una oferta de 15.000 por bono es, por tanto, una cifra m¨¢s que considerable para una econom¨ªa dom¨¦stica.
En cuesti¨®n de semanas, mas de ocho millones de checoslovacos cubrieron su derecho de suscripci¨®n, pagando un total superior a los 12.000 millones de coronas al Estado. Casi ning¨²n checo sabe qu¨¦ hacer con su bono. Hanna, una camarera, dice que lo invertir¨¢ en basura, que es el ¨²nico negocio seguro, mientras se r¨ªe abiertamente. Vasek, un actor, dice que lo invertir¨¢ en cristal, una de las pocas industrias fiables. Y nadie contesta cuando se le pregunta si lo vender¨¢ a una sociedad de fondos de inversi¨®n. Lo previsible es que, a la vista de la oferta y de las incertidumbres de la econom¨ªa, una buena parte de los checos vendan su bono a los fondos, lo que crear¨ªa de inmediato poderosos grupos con capacidad para controlar sectores enteros de la econom¨ªa.
Capital sin capitalistas
Alexander K., un alem¨¢n experto en auditor¨ªas, resume el conflicto en el que se ven envueltos Gobierno y ciudadanos: "Para crear una econom¨ªa de mercado hay que tener capitalistas, y los checos no han podido culminar un proceso de acumulaci¨®n de capital. El reparto de bonos s¨®lo puede provocar un efecto en este terreno si los administra una entidad profesionalizada y capaz de reunir lo suficiente como para emprender una estrategia empresarial adecuada. El resto lo tendr¨¢n que poner o el capital extranjero o el Estado".
La agrupaci¨®n de cristaleros de Bohemia ha puesto en marcha su propia empresa de captaci¨®n de bonos. Para los empresarios extranjeros presentes en Checoslovaquia, el cristal continuar¨¢ siendo uno de los sectores din¨¢micos de la producci¨®n del pa¨ªs. Los planes empresariales dise?ados por los actuales directivos de las f¨¢bricas culminar¨¢n en uno de los grupos m¨¢s poderosos de la econom¨ªa checa, con ramificaciones en el sector financiero.
Hay otro tipo de propietarios que son menos asequibles. Se trata de los nobles que vieron incautadas sus haciendas despu¨¦s de 1948. Uno de los principales asesores. de Havel ha recibido tres castillos y un buen pu?ado de hect¨¢reas de tierra al hacer valer sus derechos. La Iglesia, que permanece prudentemente agazapada, no ha reclamado la devoluci¨®n de sus propiedades, que significaban una cuarta parte de las tierras del pa¨ªs, porque la expropiaci¨®n se produjo por un decreto anterior al a?o 1948, fecha desde la que es v¨¢lida la reclamaci¨®n.
Y las primeras compa?¨ªas multinacionales han hecho su aparici¨®n amparadas en leyes de 1986 y 1990, sobre joint ventures o simplemente inversiones directas. El Gobierno procedi¨® a vender a la Volkswagen alemana las acciones de Skoda (la f¨¢brica checa de autom¨®viles). Volkswagen ha constituido a su vez una filial en Eslovaquia, Volkswagen Bratislava. Una firma suiza se ha hecho con el control de Aluminium Decin y capital holand¨¦s ha hecho ya acto de presencia en hosteler¨ªa. A finales de 1991 hab¨ªa ya 2.000 empresas participadas por capital extranjero.
Armas, acero y cine
El problema m¨¢s importante consiste en saber qui¨¦n se va a quedar con las empresas que tienen una dudosa posici¨®n en el mercado. "No queremos dinero, queremos tecnolog¨ªa", es una frase en boca de los nuevos directivos checoslovacos. Hay una cierta exageraci¨®n en ella, pero el fondo es cierto: ?c¨®mo reconvertir una industria obsoleta como la del acero sin ayuda tecnol¨®gica? Y ?c¨®mo encontrar mercados para industrias que antes parec¨ªan florecientes?
En Eslovaquia se preguntan qu¨¦ hacer con la industria de armas, una de las m¨¢s desarrolladas. ?A qui¨¦n puede venderle armas un pa¨ªs que ha ingresado en la democracia y que presume de su cambio ¨¦tico? Egon Slarisky ironiza: "Es un sue?o pensar que se puede vender armas a pa¨ªses democr¨¢ticos y respetuosos con los derechos humanos".
En todo caso, Lansky ampl¨ªa el problema: "Ya no se trata de las armas, se trata del acero". Sobra acero, falta energ¨ªa. Los directivos checos de empresa se mueven por el Tercer Mundo intentando ven der sus productos. Los vecinos ya no quieren lo que antes compra ban. Y la ex URSS no paga en d¨® lares ni tiene mucho que ofrecer aparte del petr¨®leo.
Los eslovacos ven, sin tener que exagerar su pesirri?smo, que su nivel de desempleo puede llegar al 20% en este a?o. Los stocks se acumulan y las ventas a los nuevos mercados occidentales no crecen. Muchos eslovacos, alentados por el populista Meciar, dirigente de? Partido por una Eslovaquia Democr¨¢tica, y por el democristiano Jan Carnogursky, dicen que ser¨ªa mejor romper la federaci¨®n y alejarse de la estrategia com¨²n checoslovaca.
Carnogursky fija la hora de la independencia en el a?o 2000, cuando la Rep¨²blica Federal se integre en la Europa comunitaria. El presidente Havel, por su parte, ha reaccionado con irritaci¨®n ante estas pretensiones, y lleg¨® a proponer el refer¨¦ndum decisorio. En todo caso, la previsible coalici¨®n gobernante que surgir¨¢ de las elecciones de mayo exigir¨¢ un acuerdo entre el partido de Klaus, el Partido Democr¨¢tico C¨ªvico, al que las encuestas dan como ganador, y alguno de los grandes partidos nacionalistas eslovacos, presumiblemente el de Meciar.
Espa?oles en Checoslovaquia
Hay un empresario espa?ol que re¨²ne las claves para el inversor en aquel pa¨ªs: Artemio Precioso. En torno a su profundo conocimiento de Checoslovaquia. se han cerrado las mayores operaciones espa?olas en el pa¨ªs. Precioso es un buscador de inversores, pero un buscador escrupuloso. Ama Checoslovaquia, su pa¨ªs de adopci¨®n, y rechaza a quienes buscan el dinero r¨¢pido o pretenden instalar empresas contaminantes. Pero se desespera con la escasa capacidad de los espa?oles para afrontar una experiencia nueva. Est¨¢ orgullosode una empresa: SP, un grupo mallorqu¨ªn que ha instalado el primer hipermercado de Praga, que se ha convertido en el lugar de moda de la capital checa. Los checos acuden all¨ª a experimentar algo incre¨ªbles e compran en un solo sitio multitud de art¨ªculos a precios competitivos. Hay algunos m¨¢s: los fabricantes de tragaperras CIRSA, los Hermanos Pascual y la empresa p¨²blica INI Export, que roza la posibilidad de instalar una f¨¢brica de material de construcci¨®n en Eslovaquia. El Gobierno espa?ol ha financiado un centro de negocios para empresarios espa?oles en el. que ya se han instalado Sercobe y un grupo de empresarios catalanes. Ram¨®n Vizca¨ªno instala una empresa frigor¨ªfica, y hay presencia ya de distribuidores de frutas y verduras. "Hacen falta muchas cosas, pero, sobre todo, bienes de consumo y empresas de distribuci¨®n", es la recomendaci¨®n de Precioso.
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