Siete meses, y todo desgracias

Bruno naci¨® hace siete meses con mal pie. Su madre le abandon¨® en el mismo hospital de La Paz tras dar a luz. No quiso quedarse con su beb¨¦ mong¨®lico, que tendr¨ªa que pasar cinco meses en el hospital. En enero lleg¨® a un centro de la Comunidad, su nueva madre, pero no termin¨® febrero sin sufrir m¨¢s percances: se cay¨® al suelo de cabeza. La Comunidad dice que Bruno se desliz¨® de los brazos de una ni?a traviesa que le sac¨® de la cuna en un descuido de un educador. Ha vuelto al hospital.

El ¨²ltimo d¨ªa de febrero, Bruno estaba en su cuna, en una habitaci¨®n con otros beb¨¦s. Hab¨ªa m¨¢s ni?os mayores en aquel cuarto del Colegio Residencia Concepci¨®n Arenal, de la Comunidad de Madrid, un centro donde viven los peque?os abandonados o que est¨¢n bajo la tutela del Gobierno regional por otros motivos.Una cr¨ªa de ocho a?os -"muy traviesa, que le gusta mucho jugar con los ni?os que est¨¢n en la cuna", comenta la vicepresidenta de la Comisi¨®n de Tutela de la Comunidad, Dolores Abad- lo cogi¨® en brazos. Cuando se quisieron dar cuenta, Bruno estaba en el suelo. A la ni?a se le hab¨ªa deslizado de los brazos.

Era la ¨²ltima desgracia en la corta biograf¨ªa del beb¨¦. Hace siete meses, el ni?o, con s¨ªndrome de Down (mong¨®lico), naci¨® en La Paz. Su madre le abandon¨® formalmente; es decir, renunci¨® por escrito a hacerse cargo de su hijo. La Comunidad le tutel¨®, le coloc¨® dos apellidos comunes y le dio un nombre, aunque Bruno no pudo abandonar el hospital. Padec¨ªa diarreas cr¨®nicas que le debilitaban. A primeros de enero, por fin, pudieron trasladarle al centro de acogida, aunque su salud sigui¨® siendo muy d¨¦bil.

El m¨¦dico que visita el colegio orden¨® que Bruno fuese evacuado al Gregorio Mara?¨®n, tras la ca¨ªda. "Ten¨ªa un mal estado de salud, por las diarreas que sufr¨ªa desde que naci¨®", comenta Dolores Abad. El beb¨¦ ingres¨® por urgencias en el hospital el s¨¢bado por la noche y los neurocirujanos se hicieron cargo de ¨¦l.

Reci¨¦n nacidos y sanos

Los m¨¦dicos observaron que ten¨ªa un golpe en un lateral de la cabeza, en la zona parietal, y una peque?a fisura en los huesos de la ¨®rbita. Se le hinch¨® el ojo, pero no hubo que operarle. "No sufri¨® problemas cerebrales", dicen fuentes del centro, "el tratamiento ha sido antiinflamatorio". Adem¨¢s, los m¨¦dicos le han cambiado la dieta en estos d¨ªas y sus diarreas han remitido. Volver¨¢ al colegio hoy o ma?ana, "su alta es inmediata", comentan en el Gregorio Mara?¨®n. Los m¨¦dicos no observaron que Bruno hubiera sido maltratado.La Comunidad no ha investigado los hechos ni ha pedido responsabilidades. "Un ni?o se le puede caer a cualquiera", asegura Abad, "lo que le ha ocurrido a Bruno no es un accidente grave que se tenga que esclarecer".

Cuando vuelva el beb¨¦, y si ning¨²n desgraciado accidente se vuelve a cruzar en su camino, la Comunidad tendr¨¢ serios problemas para que una familia se haga cargo de ¨¦l. "La gente prefiere ni?os reci¨¦n nacidos, blancos y sanos", comenta gr¨¢ficamente Abad, "y probablemente, Bruno tendr¨¢ que pasar mucho tiempo en el centro". Un m¨¦dico, un psic¨®logo y un asistente social, adem¨¢s de los educadores, ser¨¢n sus padres accidentales; y sus hermanos, los otros 85 ni?os menores de ocho a?os que est¨¢n en su misma situaci¨®n. En Madrid, 1.840 peque?os permanecen bajo la responsabilidad de la Comunidad. El beb¨¦ ni siquiera es un candidato a la adopci¨®n, de momento, por estar ingresado en el hospital. "Hay gente especial", dice Abad, "que, por razones ideol¨®gicas o religiosas, acoge en su familia ni?os mong¨®licos o con otras taras". Quiz¨¢ alguien se acuerde de Bruno.