Para tirarlo a la basura
Un reglamento que nada m¨¢s estrenarse -ayer se estrenaba- permite lo que permiti¨®, es para tirarlo a la basura. No deben de impacientarse los aficionados: a lo mejor pueden tirarlo a la basura antes de lo que piensan. Desde luego, este reglamento reci¨¦n estrenado no va a durar los 30 a?os del anterior. Con este reglamento, la fiesta no durar¨ªa ni la cuarta parte. Con este reglamento, la fiesta, abolida, es como est¨¢ m¨¢s guapa.Con este reglamento y lo que ampar¨® ayer en Valencia, los eurodiputados que pretenden abolirla tienen toda la raz¨®n del mundo. Una fiesta que consiste en que sale un torito con cara inocente, se pone a pegar volteretas pues las canillas le fallan, irrumpe un energ¨²meno montado en gigantesco jamelgo y le amenaza con una pica, y encima un bigardo se dedica a poner gallardas posturas ante sus tundidas carnecillas; una fiesta as¨ª -dec¨ªamos- es un disparate, desde el punto de vista de los humanos, y desde el punto de vista de los bovinos, una canallada.
Domecq / Jocho, Chamaco, Carri¨®n
Novillos de Santiago Domecq, desiguales de presencia, primero y sexto sospechosos de pitones, inv¨¢lidos salvo cuarto y quinto, nobles.Jocho II: estocada corta (aplausos y salida al tercio); pinchazo bajo y estocada corta ca¨ªda (palmas y tambi¨¦n pitos cuando saluda). Chamaco: pinchazo y estocada (silencio); estocada baja. Manolo Carri¨®n: pinchazo y estocada (escasa petici¨®n y vuelta); estocada (oreja). Plaza de Valencia, 13 de marzo. Primera corrida fallera. Media entrada.
As¨ª de inconsecuente y brutal fue la novillada en cuatro de sus cap¨ªtulos. En los otros dos, en cambio, ya ofrec¨ªa mejor aspecto. En los otros dos, aparecieron novillos enterizos que no se ca¨ªan, y esta ins¨®lita manifestaci¨®n de fortaleza animal la celebr¨® la afici¨®n con grandes muestras de alborozo (es decir, uno que se abraz¨® al vecino de al lado y la verdad es que ¨¦ste no sab¨ªa c¨®mo interpretar tanta efusi¨®n). De los dos novillos enterizos, el corrido en cuarto lugar tom¨® cuatro varas en regla m¨¢s dos picotazos de propina, y a pesar de que se mostr¨® manso acab¨® embistiendo como la seda.
Al de la seda le hizo Jocho II una faena aburrid¨ªsima. Quiz¨¢ menos aburrida que las de Chamaco. Los novilleros han aprendido del arte de torear la versi¨®n insulsa; o sea, ejecutarlo echando la pierna atr¨¢s (y el pico delante), lo cual imposibilita el toreo arreun¨ªo que gusta al p¨²blico en general, a los aficionados llena y encandila a los militares sin graduaci¨®n. Y pues los novillos caen desfallecidos en cuanto les ponen un trapito delante, tampoco hay all¨ª emoci¨®n.
Mal servicio les hacen a los novilleros. Primero, por ense?arles la versi¨®n ap¨®crifa del toreo; segundo, por sacarles ganado moribundo. No cabe duda que as¨ª lo tienen f¨¢cil para salir airosos, pero no es menos cierto que, en cuanto han salido, s¨®lo se acuerda de ellos la familia.
Les ocurri¨® a Jocho y Chamaco: en cuanto hab¨ªan puesto el pie en la calle X¨¤tiva ya les hab¨ªa olvidado la afici¨®n (el de lo abrazos). Jocho con su toreo pinturerito echando el paso atr¨¢s, Chamaco sin ideas e incluso sin personalidad, no dejaron ni un lance para el recuerdo. Manolo Carri¨®n los dio con mayor denuedo y aseo, ten¨ªa adem¨¢s muchos partidarios con pancartas repartidos por la plaza, y eso le vali¨® el peque?o triunfo que nadie le va a negar.
El p¨²blico (por lo menos el que no llevaba pancarta) se aburri¨® a conciencia. Es l¨®gico. Una corrida de toros sin toros puede ser una pantomima, pero si salen toros y se desploman constituye un esc¨¢ndalo. Antes, con el reglamento antiguo, adem¨¢s de esc¨¢ndalo, ten¨ªa la consideraci¨®n de fraude punible y estaban previstas sanciones. Desde ayer, sin embargo, cuenta con las necesarias bendiciones y favorables pronunciamientos para legitimarse sin ning¨²n problema. Algo irritante para la afici¨®n conspicua, no cabe duda. Ahora bien, la afici¨®n conspicua no deber¨ªa hacer nada irreparable (por ejemplo, quemarse a lo bonzo). Ya llegar¨¢ la ocasi¨®n de tirar a la basura ese bodrio, que da satisfacci¨®n a cuatro taurinos mangantes, mientras a la afici¨®n, lo ¨²nico que le da, es morcilla.
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