Chocolate

Antonio N¨²?ez, Chocolate, tiene su estilo de comportamiento en un escenario, evidentemente, y pretender que se conduzca de otra manera parece una batalla perdida. En esta ocasi¨®n comenz¨® muy puesto, serio, y cant¨® bastante bien; incluso dir¨ªa que muy bien, en algunos estilos, pero al final perdi¨® algo los papeles, con lagunas en las letras y cosas as¨ª. Pecados veniales, en todo caso, que salv¨® como -malamente- pudo.Cant¨® extenso y en general bien. Brill¨®, para mi gusto, en la siguiriya de Manuel Torre, y no tanto en la de Cagancho. Claro, alg¨²n nost¨¢lgico recordaba c¨®mo Chocolate hac¨ªa ese mismo cante 20 a?os atr¨¢s, y la conclusi¨®n fue que los a?os no perdonan. Pero aun as¨ª el cantaor tuvo momentos de gran flamencura, de mucha queja jonda. Brill¨® tambi¨¦n en sus fandangos, los que ¨¦l mismo llama fandangos chocolateros.

Malague?as, soleares, tarantos, romeras, son cantes en los que Chocolate se desenvuelve con solvencia, y que redondearon un recital que hubiera sido importante si al final no se hubiera perdido. Le acompa?¨® la guitarra, de gran eficacia, y a veces excelente, de Antonio Arenas.