Bolsa y 'aleph'

El profesor de Econom¨ªa Fernando Quintana explicaba en una de sus clases hace unos a?os que la distancia que separa Jap¨®n, Estados Unidos y Europa era una garant¨ªa contra el desorden burs¨¢til. Con buena pedagog¨ªa, el profesor ven¨ªa a decir que los horarios de las diferentes bolsas se convert¨ªan para el inversor en una especie de garant¨ªa contra el descalabro. Las operaciones de arbitraje comprando aqu¨ª y vendiendo all¨¢ ser¨ªan el ejemplo de las ventajas que supone la existencia de distintos mercados.Ayer, como otros d¨ªas, un operador de mercado cont¨ªnuo de Barcelona estuvo pendiente del cierre de Tokio por la ma?ana y empalm¨® con la apertura de Nueva York, a las tres de la tarde, mientras su compa?ero segu¨ªa la marcha de Londres. "Todo a la vez", dec¨ªa gr¨¢ficamente el operador, conectando de un plumazo con El aleph, descrito magistralmente por Jorge Luis Borges como el momento en que todo se produce a la vez. Todo a la vez, pero sin pasado cabr¨ªa a?adir, aunque la t¨¦cnica burs¨¢til del caminar aleatorio (random walk) analice el comportamiento pasado de los precios para adivinar por d¨®nde ir¨¢ la Bolsa con la ayuda de la ley de los grandes n¨²meros.