"Los ciudadanos golpean con fuerza en una puerta donde no se les puede responder"`
La charla se desarrolla el viernes 20, en pleno puente de San Jos¨¦, en el despacho del alcalde. Se nota mucho calor y est¨¢ cansado. Pero rebosa cordialidad.Pregunta. ?Qu¨¦ hace el alcalde trabajando en pleno puente, a las nueve de la noche?
Respuesta. Los problemas del Ayuntamiento muchas veces no admiten puentes. Me he tomado el d¨ªa de san Jos¨¦, pero hab¨ªa muchas cosas acumuladas. He tenido comisi¨®n de gobierno por la ma?ana; y por la tarde he aprovechado para hablar con mis colaboradores. Es bueno el puente porque permite el sosiego, sin el agobio y las llamadas de otros d¨ªas.
P. Pero ¨¦se es uno de los problemas de muchos pol¨ªticos: pasan tanto tiempo trabajando, que pierden el contacto con la calle.
R. Justamente lo hablaba ahora con un teniente de alcalde. Un pol¨ªtico municipal no puede caer en esa trampa. Yo hago muchas horas de calle, lo ¨²nico que no hago son horas de descanso. Pero soy consciente de que los pol¨ªticos deben conocer los Problemas a trav¨¦s de la gente.
P. Y tiene usted que acudir a muchas recepciones, actos protocolarios, inauguraciones... ?No podr¨ªa prescindir de ellas?
R. Pues no puedo prescindir. Yo asisto a muchos actos como consecuencia de la representaci¨®n que tengo. No voy a ninguno al que no me hayan invitado. Y todos los d¨ªas dejo tres o cuatro sin asistir. La semana que viene llega el jefe del Estado de Israel, despu¨¦s hay otra visita de un jefe de Gobierno latinoamericano... y tengo que estar, igual que cuando se inaugura un congreso internacional, o en los actos de Madrid 92... Siempre hay alguna raz¨®n.
P. En uno de esos actos, precisamente, sufri¨® usted un incidente...
R. ... En la salida de una carrera de coches antiguos...
P. ... Era la huelga de cuidadoras domiciliarias y le increparon.
R. Siempre se arriesga uno a correr con el gasto de alguien que no est¨¦ conforme. Lo que pasa es que en ese caso estuvo muy preparado negativamente. Qu¨¦ le vamos a hacer. Frente a eso, centenares de actos han transcurrido sin problemas.
P. La huelga de cuidadoras [durante la que murieron por desnutrici¨®n e inanici¨®n dos ancianos de los que ellas atend¨ªan] fue su primer conflicto grave...
R. Tambi¨¦n la huelga de jardineros, pero en este caso de los ancianos se jugaba con la salud de las personas.
P. Y fueron 22 d¨ªas de huelga. ?No fue posible lograr en ese tiempo que los ancianos estuvieran atendidos?
R. Hubo unos servicios m¨ªnimos que no se cumplieron.
P. Eso ha pasado m¨¢s veces.
R. S¨ª, y demuestra que hace falta una norma que regule los conflictos colectivos, que evite poner en riesgo la vida, la salud o la paciencia de todos los dem¨¢s. Es el momento de regular este problema. Es absurdo decir que esa regulaci¨®n pone en entredicho los derechos de los sindicatos. La regulaci¨®n debe responder al derecho de mejora sobre la posibilidad de que no exista orden. Si no, parece que lo que no est¨¢ regulado est¨¢ permitido.
P. Luego, vino la huelga de los autobuses, y la del metro. Los ciudadanos se enfrentaron solos a ellas, sin que ustedes difundieran anuncio alguno sobre los servicios m¨ªnimos o establecieran alternativas.
R. Los ciudadanos estuvieron defendidos y atendidos. Intent¨¦ hacerles llegar la situaci¨®n real del conflicto; a la semana, adem¨¢s, publicaba un bando...
P. ...S¨ª, pero a la semana.
R. Es que al principio tampoco tuvimos consciencia de lo que significaba el tema, aun cuando pusimos en conocimiento de los peri¨®dicos desde el primer d¨ªa las l¨ªneas y las circunstancias de la huelga. Pero es que nos fue sorprendiendo la situaci¨®n de la propia huelga. Perdimos pocos d¨ªas... Yo, inmediatamente, estaba lanzando un bando... De todas formas, el transporte depende del Consorcio Regional [comunidad y Ayuntamiento, ¨¦ste en minor¨ªa], y es ah¨ª donde debieron tomarse las medidas.
P. Quiz¨¢s es ¨¦se uno de los problemas: los grandes temas dependen de un consorcio: el transporte, los realojamientos, Madrid 92... Al final, parece que nada es de nadie.
R. Por eso defiendo yo la necesidad de una ley especial de Madrid, que no haga preciso un consorcio cada vez para el reparto de competencias, sino que esa distribuci¨®n se produzca de un modo autom¨¢tico. Ahora lo que ocurre es que la gente pide en una puerta que no tiene suficiente capacidad para responder. La gente golpea con fuerza en la puerta del Ayuntamiento, y aqu¨ª no tenemos todas las soluciones; y yo tengo que decirles: "Un momento, que voy a preguntar". Y eso no tiene sentido. La gente busca la puerta m¨¢s cercana. Y el poder local cada d¨ªa tiene m¨¢s sensibilidad para sus problemas. No hay tanta sensibilidad en el Estado, por ejemplo. Y nos perdemos en soluciones intermedias, los gobernantes buscan la soluci¨®n en las autonom¨ªas... En Espa?a era m¨¢s urgente un pacto local que un pacto auton¨®mico.
P. Al final, la huelga del Metro les sali¨® muy bien a los trabajadores: un 8,1% de aumento,muy por encima del 5,5% que recomienda Carlos Solchaga.
R. Hicieron un buen convenio.
P. ?Y no le dio a usted mala conciencia?
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"Tal vez a Brice?o o Pablo Rodr¨ªguez les sigue la gente porque piden lo imposible"
Viene de la p¨¢gina 1R. Yo no gestiono el Metro. Cada cual, su responsabilidad.
P. Pero al presidente del metro lo nombra usted. Al final, al ciudadano se le traslada un mare m¨¢gnum de responsabilidades.
R. Lo del consorcio es muy dif¨ªcil de explicar. Y yo siempre digo que lo que es dif¨ªcil de explicar es que es dificil de por s¨ª.
P. Los sindicatos le est¨¢n dando la batalla... ?habr¨¢ sido s¨®lo el recibimiento que le han dispensado?
R. No quiero confundir mis deseos con la realidad, pero espero que s¨®lo sea el recibimiento. Esto no puede durar demasiado. He conversado con los dirigentes de los sindicatos... Y les pregunt¨¦ que ad¨®nde vamos. Creo que hemos de mantener buenas relaciones con ellos, incluso para no entendernos.
P. Un motivo de esa pugna son las privatizaciones: los polideportivos, quiz¨¢s la EMT...
R. La privatizaci¨®n no debe ser un arma arrojadiza. Y es distinto una privatizaci¨®n en el ¨¢mbito del Estado que en el del Ayuntamiento, cuando se refiere a servicios p¨²blicos. En este caso, la forma de gesti¨®n no se hace directamente, sino a trav¨¦s de una concesi¨®n. Y en mi caso, por ejemplo... Promadrid [empresa de promoci¨®n tur¨ªstica]. La puedo privatizar, la puedo... porque no estoy prestando un servicio p¨²blico, porque se crea para un objeto social que no es obligatorio. Pero cuando la empresa desarrolla un servicio p¨²blico, yo no puedo quitar el servicio p¨²blico. Puedo prestarlo directamente o a trav¨¦s de una concesi¨®n. Lo que buscamos es que sea eficaz. Al ciudadano le tiene que dar igual que el autob¨²s que le lleva sea p¨²blico o privado. Lo que quiere es que sea bueno y puntual. Si privatizamos las instalaciones deportivas, no estamos vendiendo nada. Decimos a la empresa: "Repres¨¦ntenme en ese ejercicio durante este tiempo y con esa concesi¨®n". Y si no cumplen las condiciones, se les retira. El planteamiento de contestaci¨®n que se est¨¢ haciendo desde los sindicatos es absolutamente innecesario.
P. Todo esto me vuelve a recordar la huelga de cuidadoras, servicio que es una concesi¨®n municipal. Ustedes dec¨ªan entonces que no era un problema suyo, sino de las empresas.
R. Claro, porque lo que se planteaba eran las relaciones laborales dentro de la misma empresa. Que unas se?oras quer¨ªan ganar equis dinero y tener equis horario. Yo no organizo la empresa. Yo les digo: usted me tiene que limpiar la calle, o cuidar a los ancianos... Organ¨ªcese usted como quiera, p¨¢gueles usted a sus trabajadores lo que quiera ' haga los turnos que desee... Y yo le doy esta cantidad. Pero cuando el conflicto que surge es interno, deben resolverlo. Si no, me dar¨ªa igual prestarlo yo directamente. Si busco la f¨®rmula de un mediador es para que asuma los problemas de responsabilidad personal y de organizaci¨®n. Si eso lo tengo que hacer yo, le quitar¨¦ la concesi¨®n.
P. ?Y lo va a hacer en alg¨²n caso?
R. Puede ser.
P. Ha habido problemas con los sindicatos, pero tambi¨¦n con l¨ªderes at¨ªpicos, como el dirigente vecinal Nicanor Brice?o, y el de los conductores, Pablo Rodr¨ªguez Pe?a. ?Eso es culpa de la izquierda, que siempre control¨® esos sectores?
R. Alguna responsabilidad ha tenido. Lo que ocurre es que tal vez por reivindicar lo imposible les ha seguido la gente. El que pide lo imposible a veces es m¨¢s atractivo. Si la sociedad estuviese bien vertebrada, ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil distinguir esto.
P. Sin embargo, Brice?o ha conseguido lo imposible: paralizar los realojamientos de los gitanos en Villaverde.
R. [Larga pausa. Y con media sonrisa]: Me abstengo.
P. ?Tampoco es competencia de ... ?
R. ... Es que la simplificaci¨®n conduce a la demagogia. Los problemas reales se resuelven, y los irreales se puede decir que se resuelven o no. Yo creo que los problemas graves est¨¢n en el cauce de resolverse.
P. Los aparcamientos. El Supremo ha dictado una sentencia contra la ORA y parece que no hubiera existido.
R. La sentencia se refiere a un caso concreto. No pone en tela de juicio la normativa. Se refiere a ese expediente. El que quiera saber si su expediente est¨¢ bien o mal tramitado, pues... le cuesta ocho a?os, al final de los cuales nos dir¨¢n si estaba bien o mal. No es un fallo con efecto general.
P. Pero tambi¨¦n, aparte de la interpretaci¨®n jur¨ªdica, cabe una interpretaci¨®n pol¨ªtica.
R. El Supremo s¨®lo habla del procedimiento. Yo consegu¨ª que la ORA, que estaba regulada en un decreto mal hecho, cambiase. Lo recurr¨ª y lo gan¨¦. Y entonces se regul¨®. Y a partir de ah¨ª s¨ª que hay basamento legal. Otra cosa es que despu¨¦s el tr¨¢mite administrativo se haga bien o mal.
P. Seg¨²n datos municipales, la velocidad del tr¨¢fico ha disminuido un 5% en el centro.
R. ?sos son datos de la oposici¨®n. Los m¨ªos no son ¨¦sos.
P. ?Cu¨¢les son los suyos?
R. Lamento no tenerlos aqu¨ª. No es verdad que disminuyera la velocidad. Es m¨¢s, en navidades se ha circulado mejor que otros a?os como consecuencia de no aceptar las medidas de la oposici¨®n. El tr¨¢fico mejora, no empeora.
P. Por tanto, ?no hay nada que arreglar?
R. Hay much¨ªsimo que hacer.
P. ?Por ejemplo?
R. Lo que se decidi¨® en el reciente pleno... Lo que pasa es que aqu¨ª- los que dan lecciones son los que estaban antes haci¨¦ndolo sin acertar. Tanto IU como el PSOE han sido responsables del tr¨¢fico. Pero ahora estamos en el camino de arreglarlo.
P. Una de sus intenciones anunciadas es trasladar a las prostitutas que pueblan el centro.
R. Yo creo que la prostituci¨®n deb¨ªa ejercerse dentro de locales, y no en la calle. Y nadie quiere decir qu¨¦ hay que hacer... En fin, el mundo es como es; y, respetando el derecho de cada uno, hay que evitar que ese ejercicio cause tensiones a los dem¨¢s. La calle no es el lugar adecuado.
P. ?C¨®mo se puede conseguir eso? ?Con qu¨¦ ley?
R. Ese es un problema en el que las Administraciones, una vez m¨¢s, tienen que ponerse todas de acuerdo.
P. ??Y habr¨¢ que crear un consorcio para eso tambi¨¦n?!
R. No, no. [Se r¨ªe]. Para conseguir una reordenaci¨®n [se r¨ªe mientras habla] ?estar¨ªa bueno que cre¨¢ramos el Consorcio para la Prostituci¨®n!
P-. Su bando antidroga ha tenido algunos efectos, por la actuaci¨®n policial. Ha disminuido la presencia de yonquis en el centro, pero no en la periferia.
R. Yo creo que en la periferia tambi¨¦n. Se ha visto que era v¨¢lido para la lucha contra la droga. Y la Ley de Seguridad Ciudadana ha incorporado muchas de sus medidas.
P. Madrid 92. ?Cu¨¢l es el acto que m¨¢s le ha gustado?
R. Me ha gustado mucho la exposici¨®n de arte mic¨¦nico, la exposici¨®n sobre el Madrid pintado [y prosigue con una larga lista de actos] (... ) Ah, y la zarzuela. Es curioso que s¨®lo ha habido un peque?o retraso, y se produjo un esc¨¢ndalo, y no se resalta lo que sale bien.
P. ?Quiz¨¢s la prensa no est¨¢ trasladando adecuadamente todo lo que es el Madrid Cultural?
R. Nos falta dar m¨¢s conocimiento de lo que se hace. No somos capaces de trasladarlo. La gente en general no est¨¢ teniendo conocimiento de lo que est¨¢ pasando en el Madrid 92.
P. Usted ha tenido algunas desconexiones en su equipo, por ejemplo con ?ngel Matanzo. Y ha mostrado alguna tarjeta amarilla, pero ninguna roja.
R. ?En qu¨¦ partido no es necesario sacar alguna tarjeta amarilla? Pero no ha habido ninguna necesidad de tarjeta roja. Cuando ha habido alg¨²n problema, hablo con ellos y reflexionamos.
P. ?Y ha reflexionado con Matanzo?
R. Much¨ªsimas veces. Y con las reflexiones conjuntas se aclaran los malos entendidos. Todos tenemos un d¨ªa mejor que otro, y yo tengo la obligaci¨®n de armonizar el conjunto.
P. Usted, en la campa?a, prometi¨® congelar los impuestos...
R. ... Y no sabe usted los problemas que me ha dado. El presupuesto ha sido muy dificultoso, y me dec¨ªan mis colaboradores: "Con este presupuesto es imposible llegar a fin de a?o. Es m¨¢s f¨¢cil subir los impuestos, podr¨ªamos dar razones que lo justificasen... ". Pero estaba en el programa electoral.
P. Sin embargo, han subido los impuestos, porque en el a?o electoral no se increment¨® lo que correspond¨ªa y ahora han recuperado ustedes de golpe dos a?os de inflaci¨®n.
R. Yo eso lo expliqu¨¦ en la campana, pero ya veo que las cosas que se explican en la campa?a dan igual. Siempre dije que ¨ªbamos a absorber el coste de la vida. De todas formas, eso s¨®lo ha ocurrido en un impuesto, el de bienes inmuebles. Ahora tenemos el problema del impuesto de actividades, que es t¨¦cnicamente muy complicado y nos hace correr el riesgo de no cubrir lo presupuestado.
P. ?Est¨¢ sufriendo el derroche del equipo CDS-PP en el a?o electoral?
R. Es verdad, hicimos un esfuerzo grande. Siempre hab¨ªamos previsto, internamente, que tendr¨ªamos la ayuda del Estado. No ha sido as¨ª, y las grandes inversiones las hemos tenido que sufragar solos. Pero eran unas inversiones necesarias para los ciudadanos. Ahora debemos afrontar una econom¨ªa dura, con rigor presupuestario. Y, si acudimos a t¨¦rminos comparativos, tengo que estar muy tranquilo.
P. Perm¨ªtame que concluya la entrevista record¨¢ndole algo que ya es una an¨¦cdota. Usted, entonces en la oposici¨®n como portavoz de UCD, pidi¨® en 1982, en un pleno, la dimisi¨®n de Enrique Tierno ...
R. i ... No todo el mundo se acuerda!
P Usted acudi¨® antes al despacho del alcalde y le puso sobre aviso de lo que iba a decir, lo que permiti¨® a Tierno responderle con un? magn¨ªfico discurso. Fue un gesto de caballerosidad que puede definirle.
R. Lo recuerdo. Ocurri¨® en este mismo despacho. Me pareci¨® que era importante hacer aquello por la figura del alcalde de Madrid, que merece un respeto independientemente de qui¨¦n la encarne. Y en este mismo sitio, Enrique Tierno me dijo: "Hay que ver, joven, as¨ª llegar¨¢ usted a muy pocos sitios en la pol¨ªtica". Y ya ve usted: hombre, de momento, con esos procedimientos, al parecer tan poco eficaces, soy alcalde de Madrid.
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