Fracaso del distrito compartido universitario, en su primer a?o de aplicaci¨®n

El balance del primer a?o de aplicaci¨®n del distrito compartido para el acceso a la Universidad (los alumnos pod¨ªan te¨®ricamente solicitar plaza en cualquier Universidad con independencia del distrito en que hubieran hecho el COU y la selectividad) ha resultado un fracaso. S¨®lo 1.498 de los 10.000 alumnos que en principio se acogieron a esa v¨ªa de ingreso acabaron matricul¨¢ndose efectivamente en el centro solicitado.

La v¨ªa del distrito compartido para el ingreso en la universidad empez¨® a aplicarse con efectos del presente curso. Consiste en que cada universidad ofrece a todos los estudiantes que lo deseen, con independencia del distrito en que hayan cursado los estudios preuniversitarios, un porcentaje de las plazas de ingreso de que dispone para los de su propio distrito. Planteado inicialmente por el ministerio con el ambicioso objetivo de posibilitar, tal y como prev¨¦ la vigente Ley de Reforma Universitaria, el ejercicio del derecho a la movilidad de los estudiantes, el distrito compartido acab¨® limit¨¢ndose, en su primer ensayo pr¨¢ctico, a una oferta de un 5% de las plazas de nuevo ingreso de cada centro y ello sobre un tope m¨¢ximo de 100.La causa de esa timorata puesta en marcha de la iniciativa fue la fuerte oposici¨®n de las universidades catalanas y del propio Gobierno de la Generalitat, que vio en esa f¨®rmula una amenaza para el proceso de normalizaci¨®n del idioma catal¨¢n en el sistema educativo de aquella comunidad aut¨®noma.

La experiencia, por otra parte, no puede ser menos alentadora. Se acogieron a esta nueva v¨ªa de ingreso 10.000 estudiantes de todos los distritos. Cada alumno pod¨ªa solicitar plaza en tres centros distintos de una misma universidad. Ello supon¨ªa que en realidad entraban en juego 30.000 opciones o plazas. Sumadas todas las que ofrecieron los distintos centros con arreglo al cupo del 5%, la oferta final result¨® ser de 5.431. Pues bien, seg¨²n un estudio recientemente concluido por el Consejo de Universidades, se concedieron 3.774, y s¨®lo 1.498 solicitantes llegaron a matricularse en el centro solicitado.

La diferencia entre la cifra de la oferta inicial (5.431) y la de las plazas concedidas (3.744) puede tener su explicaci¨®n en el hecho de que los solicitantes no superaron la llamada nota de corte (la calificaci¨®n del ¨²ltimo alumno de los del propio distrito admitido en cada centro); pero la cantidad de plazas despreciadas (exactamente 2.246) s¨®lo puede explicarse, seg¨²n las fuentes consultadas, porque fall¨® la organizaci¨®n.

Inicialmente se barajaron dos f¨®rmulas: que cada universidad se hiciera cargo de la tramitaci¨®n de las solicitudes que se dirig¨ªan a ella, o crear una oficina central que tramitara todo los expedientes y depurase las duplicaciones e incluso triplicaciones de concesi¨®n de la plaza solcitada, que es lo que seguramente ha sucedido. Se opt¨® por la primera, y el resultado es que ni siquiera esa m¨ªnima oferta de poco m¨¢s de 5.000 plazas lleg¨® a cubrirse.

Para el Consejo de Universidades parece claro que el sistema ha de ser el segundo, y ¨¦sa es la f¨®rmula que la Comisi¨®n Acad¨¦mica del Consejo est¨¢ estudiando ahora mismo ante la inminencia del ¨²ltimo trimestre del a?o acad¨¦mico, durante el cual se sustancia tradicionalmente la ordenaci¨®n de la oferta de plazas de nuevo ingreso en la universidad para cada curso siguiente. Ser¨¢ el propio Consejo de Universidades, pues, la instancia a la que deber¨¢n dirigirse los alumnos que se acojan al distrito compartido para ingresar en la universidad el pr¨®ximo curso.