Craxi ofrece a los italianos en su campa?a m¨¢s obras p¨²blicas que reformas
Las obras p¨²blicas son el lema de la campa?a de? l¨ªder socialista, Bettino Craxi, para las elecciones legislativas en Italia del pr¨®ximo domingo, y no la reforma de] sistema pol¨ªtico que pide buena parte de los votantes italianos. En esto, Craxi se aparta incluso de los portavoces de la Democracia Cristiana (DC), con la que, sin embargo, est¨¢ dispuesto a mantener la f¨¦rrea alianza que estructura el bloque de la mayor¨ªa desde hace 28 a?os.
Pero, en la pr¨¢ctica, su discurso es paralelo al del hombre fuerte de la DC, Giulio Andreotti. Y si las urnas no dan una sorpresa, ambos ser¨¢n, probablemente, los pr¨®ximos presidentes del Gobierno y de la Rep¨²blica, respectivamente.La sorpresa es siempre posible, como el propio Craxi ha admitido al asegurar que dimitir¨¢ de la secretar¨ªa del Partido Socialista Italiano (PSI) si ¨¦ste resulta vencido.
La estrella del fulgurante l¨ªder que presidi¨® el Gobierno de la reactivaci¨®n econ¨®mica de los a?os ochenta declina desde que, el pasado mes de junio, los italianos votaron masivamente por la reforma del sistema en vez de irse a la playa, como les hab¨ªa aconsejado Craxi. Poco despu¨¦s, las elecciones regionales de Sicilia indicaron que los socialistas ya no crecen a costa de la crisis del comunismo.
La llamada al voto de protesta por parte de la Liga Lombarda y del Partido Republicano en el norte de Italia puede hacer mella en un PSI que ha tenido en esa zona su plaza fuerte y que ahora es denunciado como el paradigma de la partitocracia por el democristiano Mario Segni, promotor del refer¨¦ndum de junio.
Veto a los ex comunistas
Para remontar la pendiente, Craxi ha enterrado, por un lado, los proyectos de unidad de la izquierda hasta que vengan tiempos mejores, seg¨²n dice, y ha combatido a los ex comunistas, a los que, afirma, vetar¨¢ la entrada en el pr¨®ximo Gobierno.Pero su arma m¨¢s eficaz puede ser similar a la que utiliz¨® con gran ¨¦xito electoral como primer ministro, entre 1983 y 1987: "Se avecinan tiempos duros, y hace falta un gran programa de obras p¨²blicas que absorba el desempleo creciente", ha sostenido.
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