Isaac Asimov, el escritor m¨¢s popular de la ciencia-ficci¨®n moderna, fallece en Nueva York
El autor de 'Yo, robot' y de la serie 'Fundaci¨®n' deja una huella indeleble en el g¨¦nero
La ciencia-ficci¨®n ha perdido a uno de sus padres. Isaac Asimov (Petrovichi, Rusia, 1920), fallecido ayer en el University Medical Center de Nueva York a causa de una insuficiencia coronar¨ªa y renal, compon¨ªa, con Arthur C. Clarke y Ray Bradbury, la trilog¨ªa de los grandes maestros cl¨¢sicos del g¨¦nero a¨²n en activo. Millones de lectores de todo el mundo -y tambi¨¦n, por qu¨¦ no suponerlo, todos los robots, esas criaturas que fueron uno de los puntales de su fabulaci¨®n- est¨¢n hoy de luto. Asimov, autor de Yo, robot y de la serie Fundaci¨®n, era sin duda el m¨¢s popular de los escritores de ciencia-ficci¨®n. Con la lectura de sus obras se han introducido en el g¨¦nero la mayor¨ªa de los aficionados y han aprendido a respetarlo y amarlo.
El estado de salud de Isaac Asimov, que portaba un by pass, era muy delicado desde principios de a?o. La intensa medicaci¨®n que recib¨ªa le hab¨ªa dejado postrado e incapaz de cumplir con sus numerosos compromisos de colaboraci¨®n en distintas publicaciones. Autor de centenares de libros, Asimov fue un hombre de intereses demasiado amplios para ce?irse a un g¨¦nero. En su copiosa, copios¨ªsima bibliograf¨ªa, figuran no s¨®lo esos relatos y novelas que le han dado fama, sino tambi¨¦n innumerables ensayos cient¨ªficos -una de sus obsesiones era la popularizaci¨®n de la ciencia-, libros de historia, antolog¨ªas de ciencia-ficci¨®n y hasta cuentos de misterio.
Asimov igual escrib¨ªa sobre el antiguo Egipto que sobre la extinci¨®n de los dinosaurios; sobre robots y sobre George Washington. Su af¨¢n enciclop¨¦dico no conoc¨ªa de fronteras. Para ¨¦l, el conocimiento humano era uno e indivisible, sin compartimentos. Tama?a actitud, acompa?ada por una falta de modestia absolutamente asombrosa, casi imp¨²dica, que llegaba a ser simp¨¢tica, le granje¨® algunas cr¨ªticas feroces (David Pringle lo catalog¨® como el Agatha Christie de la ciencia ficci¨®n). Es cierto que sus libros de historia, por ejemplo, adolecen de un exceso de simplificaci¨®n, lo contrario de los de divulgaci¨®n cient¨ªfica, pero ello no empa?a la nobleza del prop¨®sito original de poner a disposici¨®n de un p¨²blico muy amplio una informaci¨®n b¨¢sica. Ese motivo central queda muy bien sintetizado en uno de sus libros de no ficci¨®n m¨¢s populares: Cien preguntas b¨¢sicas sobre la ciencia.
Isaac Asimov naci¨® en Rusia en 1920, pero a los tres a?os se traslad¨® con su familia a Estados Unidos, donde adquiri¨® la ciudadan¨ªa en 1928. Seg¨²n la tradici¨®n del g¨¦nero -sustentada en declaraciones del propio Asimov-, su inter¨¦s por la cienciaficci¨®n naci¨® de la lectura de las revistas que su padre, due?o de una tienda de golosinas, vend¨ªa en el mismo comercio. El joven no mantuvo demasiada relaci¨®n con el vivo mundo de los aficionados (fandom) de la ¨¦poca, aunque s¨ª, explican las enciclopedias, form¨® parte de la asociaci¨®n Futurians, que contaba en sus filas con Frederik PohI, quien luego publicar¨ªa los primeros relatos de Asimov. El joven Asimov empez¨® a escribir con vistas al mercado a los 18 a?os y ya desde entonces contact¨® con John Cambell Jr., editor de Astounding Science Fiction, que lo anim¨® y orient¨®. Su primera historia publicada fue Marooned off Vesta (1939), y la primera novela Guijarros en el cielo (1950)
Las biograf¨ªas de Asimov destacan su precocidad intelectual. Graduado en Qu¨ªmica por la Universidad de Columbia, Asimov se dedic¨® a la ense?anza de la bioqu¨ªmica en la Universidad de Boston hasta 1958, cuando dej¨® el mundo acad¨¦mico para dedicarse totalmente a escribir.
En la ingente producci¨®n del autor, premiado en m¨²ltiples ocasiones, destaca Yo, robot (1950), una serie de relatos sobre esas m¨¢quinas con la originalidad de que est¨¢n unidos por un tema com¨²n, las famosas tres leyes de la rob¨®tica. Son unas normas ¨¦ticas impuestas a los robots por sus fabricantes para asegurar su fidelidad a la humanidad. Los problemas causados por las excepciones a estas leyes constituyen la trama de las historias. La otra obra magna de Asimov es la serie Fundaci¨®n, iniciada en 1942 con la novela del mismo t¨ªtulo y continuada. en principio como trilog¨ªa (Fundaci¨®n e Imperio y Segunda Fundaci¨®n). Se trata de una obra grandiosa en su concepci¨®n: la historia de un plan gal¨¢ctico de desarrollo de la humanidad.
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