Fujimori suprime la democracia en Per¨² por decreto y con apoyo militar
Cinco carros de combate rodeaban el Congreso peruano al caer la noche de ayer. La calma de los fusiles y los militares reinaba en Lima y en el conjunto de Per¨² horas despu¨¦s del golpe de Estado institucional del propio presidente de la Rep¨²blica, apoyado por los militares. Alberto Fujimori, de 54 a?os, anunci¨® la disoluci¨®n "temporal" del Parlamento, la formaci¨®n de un Gobierno de emergencia, la "reorganizaci¨®n" del poder judicial y la preparaci¨®n de una nueva Constituci¨®n, que deber¨¢ ser aprobada por plebiscito.
Tras 20 meses de una presidencia marcada por conflictos permanentes con los poderes legislativo y judicial, Fujimori anunci¨®, en un mensaje a la naci¨®n pronunciado en la noche del domingo (seis de la madrugada del lunes, hora peninsular espa?ola), unas medidas que transforman al presidente en un dictador civil.
Entre los detenidos tras el golpe se encuentra el corresponsal de EL PA?S en Lima, Gustavo Gorriti.
Fujimori justific¨® las medidas por su voluntad de moralizar la justicia, modernizar la Administraci¨®n y pacificar el pa¨ªs reprimiendo el terrorismo y el narcotr¨¢fico. Acus¨® a todas las instancias de poder de bloquear todas sus propuestas de cambio.
El rey Juan Carlos manifest¨® ayer su "preocupaci¨®n" por los sucesos y expres¨® su deseo de que Per¨² resuelva sus problemas "dentro del marco de la democracia". Por su parte, el escritor Mario Vargas Llosa, que disput¨® la presidencia a Fujimori en 1990, prometi¨® luchar para que "el usurpador y sus c¨®mplices" sean castigados.
Al menos dos polic¨ªas murieron en la ma?ana de ayer en Lima, en el primer atentado tras el golpe de Estado.
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El Ej¨¦rcito apoya el golpe institucional en Per¨²
Viene de la primera p¨¢gina
"Per¨² no puede continuar postergando indefinidamente cambios socioecon¨®micos fundamentales y necesita no un parche o una reforma parcial, sino una profunda transformaci¨®n", concluy¨® Alberto Fujimori para justificar sus medidas de fuerza.
El presidente peruano recibi¨® de inmediato el apoyo de las Fuerzas Armadas. Los comandantes en jefe del Ej¨¦rcito, de la Marina, de la Aviaci¨®n y de la Polic¨ªa hicieron p¨²blico un comunicado en el que le mostraban su "m¨¢s decidido respaldo y apoyo". "Ante la situaci¨®n que vive el pa¨ªs, estamos absolutamente convencidos de que, para corregir la crisis institucional en los poderes legislativo y judicial, se requiere tomar medidas inmediatas de emergencia con el fin de lograr la reconstrucci¨®n del pa¨ªs", se?alaba el texto. "Estamos convencidos", prosegu¨ªan los jefes militares, "de que los procedimientos considerados en la legislaci¨®n actual no permiten la eliminaci¨®n de la corruptela, la ineficiencia y los intereses de las c¨²pulas encaramadas en ambos poderes".
El golpe institucional no tom¨® por sorpresa a las Fuerzas Armadas. Antes incluso del discurso presidencial, patrullas militares empezaron a desplegarse por las calles de Lima. Poco despu¨¦s de ¨¦ste, ocuparon las sedes de los principales diarios y agencias de informaci¨®n extranjeras, oficialmente con la intenci¨®n de "asegurar su protecci¨®n", e impusieron una f¨¦rrea censura. El control se extendi¨® a los informativos de radio y televisi¨®n, que se limitaron a difundir los comunicados oficiales emitidos por el Gobierno y las Fuerzas Armadas. La ¨²nica emisora que logr¨® propalar informaci¨®n abiertamente cr¨ªtica hacia el golpe, Radio Antena Uno, fue clausurada por, efectivos militares. La calma, sin embargo, parec¨ªa total en las calles de la capital.
?scar de la Puente, un abogado de 52 a?os, fue nombrado ayer nuevo primer ministro del "Gobierno de emergencia y reconstrucci¨®n nacional" peruano, instituido el domingo por Fujimori, en sustituci¨®n de Alfonso de los Heros, que present¨® ayer su renuncia. Un gran n¨²mero de parlamentarios peruanos declar¨® ayer vacante la jefatura del Estado y propusieron como nuevo presidente al actual primer vicepresidente, M¨¢ximo San R¨®m¨¢n. Por otra parte, el subsecretario de Estado norteamericano para Asuntos Interamericanos, Bernard Aronson, que se encuentra de visita en Per¨², decidi¨® ayer cancelar una reuni¨®n prevista con Fujimori y regresar a Washington.
Seg¨²n algunas informaciones, varios dirigentes pol¨ªticos se encontraban, entrada ya la noche, en detenci¨®n domiciliaria. Era el caso del presidente del Senado, Felipe Osterling, quien proclam¨® que "Ios peruanos tiene ahora el derecho a la insurgencia", y anunci¨® su intenci¨®n de convocar, a pesar de todo, al Congreso. La misma suerte corr¨ªa el presidente de la C¨¢mara de Diputados, Roberto Ram¨ªrez del Villar.
Las informaciones eran contradictorias, en cambio, respecto del l¨ªder de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) y ex presidente de la rep¨²blica, Alan Garc¨ªa. Un miembro de su guardia de seguridad declar¨® que el antecesor de Fujimori se encontraba libre, mientras un portavoz del APRA se?alaba que Garc¨ªa hab¨ªa escapado de su detenci¨®n domiciliaria y "pasado a la clandestinidad". Ayer se supo que los tres hijos de Garc¨ªa (el mayor de 3 a?os y el mayor de 16) se encontraban bajo vigilancia militar.
Popularidad del APRA
Muchos observadores, recalca el corresponsal de la agencia Efe en Lima, Francisco Figueroa, consideran, de hecho, que el APRA constituye uno de los objetivos principales de este virtual golpe de Estado. Las dificultades encontradas por Fujimori desde su llegada a la presidencia han devuelto al partido fundado por Victor Ra¨²l Haya de la Torre gran parte de la popularidad que hab¨ªa perdido durante el mandato de Alan Garc¨ªa, entre 1985 y 1990. En estas condiciones, el APRA empezaba a aparecer otra vez como una posible alternativa frente al cada vez m¨¢s desgastado Fujimori. Los intentos de involucrar a Garc¨ªa ante la justicia en manejos ?legales de fondos p¨²blicos tambi¨¦n fracasaron.
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