Ligera ventaja de los conservadores brit¨¢nicos, que pierden la mayor¨ªa absoluta
Las elecciones de ayer abrieron una era de incertidumbre en la pol¨ªtica brit¨¢nica. Ni los conservadores ni los laboristas obtuvieron los esca?os necesarios para formar un Gobierno s¨®lido, seg¨²n las estimaciones de las cadenas brit¨¢nicas de televisi¨®n (BBC y ITN), lo que deja abiertas todas las opciones, entre ellas la de un nuevo proceso electoral en octubre o noviembre. El primer ministro, John Major, convirti¨® en realidad la leve recuperaci¨®n de votos que se?alaban las encuestas de ¨²ltima hora, remontando la desventaja con que empez¨® la campa?a, pero eso s¨®lo le vali¨® para situar a su partido ligeramente por encima del laborista.
Los tories, que hasta ayer dispon¨ªan de 375 esca?os, perdieron entre 60 y 70 de ellos. Seg¨²n la oposici¨®n, ese fuerte descenso equival¨ªa a una derrota. Seg¨²n las primeras prospecciones, los laboristas ganan un n¨²mero similar al que pierden los conservadores.Los sondeos realizados a la salida de los colegios, y el escrutinio final en las primeras circunscripciones, indicaban que los conservadores pod¨ªan lograr hasta 309 esca?os, frente a 292 de los laboristas y 22 de los liberales-dem¨®cratas. La mayor¨ªa absoluta, para la que hacen falta al menos 326 esca?os, quedaba lejos del alcance de cada uno de los partidos. Jack Cunningham, coordinador de la campa?a laborista, afirm¨® que estos resultados equival¨ªan a una "derrota moral" del Gobierno y pidi¨® la dimisi¨®n de John Major. Pero ni el primer ministro ni su principal contrincante, el laborista Neil Kinnock, hab¨ªan comparecido", en p¨²blico al cierre de esta edici¨®n (dos de la la madrugada).
Tanto conservadores como laboristas ten¨ªan motivos para sentirse derrotados. John Major perdi¨® la mayor¨ªa absoluta que su antecesora, Margaret Thatcher, mantuvo durante tres elecciones consecutivas, y su permanencia en el n¨²mero 10 de Downing Street depende ahora de un dificil¨ªsimo juego de alianzas con los unionistas norirlandeses.
Los colegios electorales cerraron a las diez de la noche (once de la noche, hora peninsular espa?ola) tras una jornada sin m¨¢s incidentes que un confuso intento de manipulaci¨®n de las urnas en Belfast (Irlanda del Norte) por parte de militantes del Sinn Fein, el brazo pol¨ªtico del IRA.
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Kinnock no logra convertir a los laboristas en la primera fuerza del Parlamento brit¨¢nico
Viene de la primera p¨¢gina
Neil Kinnock no s¨®lo se mostr¨® incapaz de obtener la "victoria completa" que hab¨ªa prometido a sus votantes, sino que ni siquiera convirti¨® a los laboristas en la primera fuerza del Parlamento. La posici¨®n de Major y Kinnock como l¨ªderes de sus respectivos partidos ha quedado muy expuesta a las cr¨ªticas.
El d¨ªa fue tibio y soleado en todo el pa¨ªs, por primera vez desde que lleg¨® el invierno, y los primeros c¨¢lculos estimaban una alta participaci¨®n. Fuentes del Partido Laborista dijeron que se hab¨ªa superado la participaci¨®n de 1987, a?o en que vot¨® el 74,6% del electorado, compuesto por 42,3 millones de personas.
La jornada estaba abierta a las sorpresas. Y la primera de ellas se la llevaron los lectores del Financial Times, el m¨¢s prestigio so diario econ¨®mico de Europa. El comentario editorial de dicho peri¨®dico, que se reconoce "m¨¢s pr¨®ximo al Partido Conservador que a ning¨²n otro", acababa con una recomendaci¨®n completa mente inesperada: "Si en estas elecciones se tratara simplemente de escoger entre los l¨ªderes, Major ser¨ªa preferible. Pero no se trata de eso. Los peligros de perpetuar en el poder a un debilitado y err¨¢tico Partido Conservador, junto a los progresos que el Partido Laborista ha hecho por modernizarse, justifican por un estrecho margen los riesgos del cambio". El Financial Times, por primera vez en su historia, ped¨ªa el voto para los laboristas.
Apostadores tard¨ªos
Otra sorpresa se produjo en las casas de apuestas. La incertidumbre sobre el resultado estimul¨® a los apostadores tard¨ªos, que se inclinaron en su gran mayor¨ªa por una victoria completa de los conservadores (la opci¨®n m¨¢s improbable, seg¨²n las encuestas, y por tanto la mejor retribu¨ªda).
El primero de los l¨ªderes pol¨ªticos que acudi¨® a votar, poco despu¨¦s de las 7 de la ma?ana, fue el liberal-dem¨®crata, Paddy Aslidown. "El d¨ªa de las elecciones siempre me pone nervioso", declar¨® a los reporteros. Pero a?adi¨® que se sent¨ªa "totalmente confiado".
Tambi¨¦n dijo estarlo el primer ministro y l¨ªder conservador, John Major: "Me siento muy confiado, de verdad. Este va a ser un superd¨ªa. Creo que tengo la suerte de cara".
No pod¨ªa ser menos Neil Kinnock, el l¨ªder laborista: "Creo que estamos en la mejor posici¨®n para ganar la carrera de hoy", afirm¨®. Kinnock asegur¨® que el resfriado que le ha perseguido durante toda la campa?a se hab¨ªa curado de repente: "Estoy completamente en forma y podr¨ªa jugar otros 90 minutos", dijo, haciendo un s¨ªmil futbol¨ªstico. Los redactores y fot¨®grafos que le han seguido durante las ¨²ltimas semanas, aparentemente convencidos de una victoria laborista, se dirig¨ªan a ¨¦l como "primer ministro" cuando le ped¨ªan poses o declaraciones.
Aunque los l¨ªderes aparentaran confianza y tranquilidad, los nervios afloraban entre los subalternos. Lord Orr-Ewing, parlamentario conservador en la C¨¢mara de los Lores, lanz¨® un agrio ataque contra la BBC, la televisi¨®n p¨²blica, afirmando que hab¨ªa sido "totalmente parcial" en la campa?a y hab¨ªa favorecido a los laboristas. Orr-Ewing se quejaba de que en el informativo matutino del lunes pasado, el carism¨¢tico ministro Michael Heseltine no hab¨ªa aparecido "a las 8 de la ma?ana, que es la hora de m¨¢xima audiencia, sino a las 8,20, cuando todo el mundo est¨¢ de camino al trabajo".
Tambi¨¦n hubo cr¨ªticas, contra el programa especial de Spitting Image en la televisi¨®n privada, emitido el mi¨¦rcoles por la noche. Los humoristas de Spitting Image se burlaron cruelmente de Major, Kinnock y Ashdown, como de costumbre. Los partidos consideraban que la v¨ªspera de las elecciones no era' "el momento apropiado para este tipo de s¨¢tira".
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