Del 'green' a la eternidad

El golf suele ser calificado como uno de los deportes m¨¢s dif¨ªciles de practicar, si no como el que m¨¢s. Las razones que se argumentan para ello convergen en una evidente: sus circunstancias siempre son distintas. Como acostumbra a decir Severiano Ballesteros, no se trata del tenis, con unas dimensiones espec¨ªficas para sus pistas, o del atletismo o la nataci¨®n, en los que las marcas previas se hacen despu¨¦s buenas. Los mejores jugadores, como ¨¦l, prueban serlo por su regularidad en los puestos de honor, pero no porque tengan garantizada ninguna victoria concreta. "En realidad, no ganamos m¨¢s que el 12% o el 13% de los torneos en que intervenimos", resume. Esta incertidumbre es precisamente una de las grandezas de su Grand Slam, las cuatro competiciones m¨¢s importantes y que van a ser ofrecidas por Canal +: el Masters de Augusta, desde hoy hasta el domingo; el Open de EE UU, del 18 al 21 de junio; el Open Brit¨¢nico, del 16 al 19 de julio, y el Campeonato de la PGA norteamericana, del 13 al 16 de agosto. Nadie ha sido capaz de anot¨¢rselos en un mismo a?o.El australiano Greg Norman, en su mejor temporada, la de 1986, demostr¨®, bien que a su pesar, la imposibilidad de emular, por ejemplo, a los tenistas. ?l se present¨® ante la cuarta y ¨²ltima vuelta de cada uno de los cuatro cert¨¢menes grandes como l¨ªder. Pero la presi¨®n y la terrible competencia le derribaron de su pedestal en tres de ellos: s¨®lo pudo adjudicarse finalmente el Open Brit¨¢nico. Recientemente, en 1990, el ingl¨¦s Nick Faldo consigui¨® hacer el doblete en el Masters y el british, pero de ah¨ª no pudo pasar. Todos deben conformarse, en definitiva, con el sue?o, en poqu¨ªsimos casos realizable, de coleccionar todos los t¨ªtulos a lo largo de su carrera. En este sentido, el legendario Oso Dorado estadounidense, Jack Nicklaus, ha marcado un hito al lograr tres completas, ya que venci¨® en el Masters en 1963, 1965, 1966, 1972, 1975 y 1986; en el Open de EE UU, en 1962, 1967, 1972 y 1980; en el Open Brit¨¢nico, en 1966, 1970 y 1978, y en el Campeonato de la PGA norteamericana, en 1963, 1971, 1973, 1975 y 1980.

Cualquier golfista que se precie sabe que los ¨¦xitos en estas citas son los que, verdaderamente, imprimen car¨¢cter. El gal¨¦s Ian Woosnam no pudo por menos que confesar 12 meses atr¨¢s que toda la fama y el dinero que hab¨ªa acumulado por medio de sus dem¨¢s triunfos no eran comparables con la gloria sentida en un solo segundo al llevar a su palmar¨¦s el Masters. Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal, de quien, por su juventud, 26 a?os, se puede esperar todo, a¨²n anda desazonado porque no ha podido anotarse uno de los torneos del Grand Slam, esos que lanzan hasta el infinito a sus campeones.