Un programa muy atractivo en el Festival de J¨®venes Orquestas

ENRIQUE FRANCO Como suele suceder cada a?o, el XI Festival de J¨®venes Orquestas se desarrolla en l¨ªnea ascensional, tanto por la calidad de las actuaciones como por la asistencia de p¨²blico. Se llen¨® el teatro Romea, de Murcia, en la tarde del martes por la coincidencia de la Orquesta de la Escuela Superior de Graz, que dirige Christos Polyzoides, y la Coral Universitaria de Murcia, que conduce Enrique Gonz¨¢lez Semitiel, el que fuera primer director del certamen, hoy llevado con an¨¢logo tino por Juan Gonz¨¢lez.

El programa, plagado de atractivos, ofrec¨ªa el Concierto para cuatro violines en re mayor, de Vivaldi, y el de Dos violines en re menor, de Juan Sebasti¨¢n Bach. Naturalmente, los solistas forman parte del conjunto, fiel reflejo de la prestigiada ense?anza que se practica en las escuelas superiores de m¨²sica austriacas.

En la parte coral-instrumental se sucedieron tres ejemplos dieciochescos, inclinados unos al barroco estructural, como es el caso de Zelenka, y m¨¢s libres otros en su continuo cantar, tal como sucede en Pergolesi y Vivaldi, lo que no quiere decir superficialidad, ni mucho menos.

Ni facilidad ni galanter¨ªa

Pergolesi canta tan hondamente el Magnificat como Zelenka, aunque lo haga desde otro pensamiento musical. Ni uno ni otro ceden un punto a la facilidad, ni siquiera a la galanter¨ªa, y eso que Zelenka (1679-1745) pisa ya la dudosa luz del tiempo galante. Para terminar, el Credo de Vivaldi, directa expresi¨®n de fe sin problemas.

Los cantores universitarios actuaron con estrecha cohesi¨®n y buen estilo. De sus filas salieron los solistas para los dos Magnificat y tambi¨¦n Enrique Gonz¨¢lez Semitiel para recoger los aplausos al lado del competente y human¨ªsimo maestro griego Polyzoides.

El d¨ªa anterior, lunes, un grupo de j¨®venes instrumentistas de Bratislava dio ejemplo de buen hacer en la Sinfon¨ªa de c¨¢mara opus 110, de Dimitri Shostakovich, obra de procedencia cuartet¨ªstica, nada f¨¢cil de ejecuci¨®n ni interpretaci¨®n. El concertino de violonchelos Jiri Kobac exhibi¨® belleza sonora y elegante fraseo en la parte protagonista del Concierto en si bemol de Luigi Bocherini. Janazek, con la Primera suite, y Suk, con la expresiva Meditaci¨®n, completaron la sesi¨®n recibida con gran entusiasmo, sobre todo tras la versi¨®n de la obra de Shostakovich, lo que indica buen juicio por parte de un p¨²blico en gran parte juvenil.