La alarmante cr¨®nica negra en Albania

Algunos ejemplos de la cr¨®nica negra de Albania: "Gazmend Mucha fue alcanzado por m¨¢s de 30 balas en una calle c¨¦ntrica de Tirana en pleno d¨ªa. Tres viandantes fueron heridos gravemente". "Asaltada la casa de Mar¨ªa Nesti por una banda de desconocidos en Berati. Despu¨¦s de tres d¨ªas se descubri¨® su cad¨¢ver escondido en el jard¨ªn". "Violeta Drini, de 19 a?os, fue violada por tres j¨®venes y est¨¢ en coma". "Hallado el cad¨¢ver de un oficial de Marina en Durresi. Fue asesinado mientras iba al trabajo". "G. D. dispara siete veces contra su ex prometida".

Es s¨®lo una m¨ªnima parte de las cr¨®nicas negras de la televisi¨®n y los peri¨®dicos albaneses sobre la criminalidad, un fen¨®meno cada vez m¨¢s floreciente en un pa¨ªs cada d¨ªa m¨¢s pobre y en ruinas. Es una llaga que atormenta la vida diaria y nocturna de sus ciudadanos, que desaf¨ªa la nueva y fr¨¢gil democracia que triunf¨® en el pa¨ªs de las ¨¢guilas. Muchos albaneses, reprimidos durante casi 50 a?os por la dictadura m¨¢s feroz del Este, "al parecer, comprenden la democracia como libertad para hacer lo que se les antoje: robar, asaltar o matar", dice el vicepresidente del Tribunal Supremo y diputado Fehmi Abdiu.Seg¨²n datos recientes del Ministerio de Orden P¨²blico, el ¨²ltimo mes fueron asesinados m¨¢s de 70 albaneses por delincuentes o bandas de criminales. Otros 25 perdieron la vida en accidentes de tr¨¢fico. M¨¢s de 100 fueron heridos con armas de fuego o blancas... Hubo miles de robos, asaltos y cr¨ªmenes m¨¢s leves.

"Es s¨®lo la punta del iceberg del crimen", declara a EL PA?S el portavoz del Ministerio de Orden P¨²blico, Isuf Baca. Miles y miles de personas no denuncian otros cr¨ªmenes y amenazas por miedo o por haber perdido la confianza en la polic¨ªa. Esto no es casual. De ah¨ª la afirmaci¨®n de Dritan Qendro y Drini Kryeziu, ambos estudiantes: "El trabajo de la polic¨ªa es nulo. Hemos visto con nuestros propios ojos a tres bandidos j¨®venes que asaltaron un coche extranjero delante de la comisar¨ªa. Hab¨ªa cinco o seis polic¨ªas que lo ve¨ªan todo y ninguno intervino. Se hac¨ªan los ciegos". Hay rumores de que a veces los polic¨ªas colaboran con los criminales o roban ellos mismos.

Justificaci¨®n policial

La polic¨ªa y sus jefes se justifican. El viceministro de Orden P¨²blico, Robert Gjylametaj, declara que la polic¨ªa hace todo lo posible para combatir el crimen. "El problema", matiza, "es que nos faltan los medios m¨¢s elementales, incluso las esposas, los papeles para multas, las pistolas y hasta la uniforme". Mientras tanto, el n¨²mero de cr¨ªmenes graves se ha triplicado o cuadruplicado en los ¨²ltimos 12 meses.Dos o tres albaneses pierden diariamente la vida v¨ªctimas de las armas de fuego de los criminales y sus bandas, que ya est¨¢n organiz¨¢ndose seg¨²n el modelo mafioso calabr¨¦s. Para un peque?o pa¨ªs como Albania, ¨¦sta es una cifra alarmante; y lo peor es que tiende a aumentar. "La situaci¨®n del orden es desesperante", se queja un pensionista en Shkodra, Dervish Leli. "Los bandidos, los g¨¢nsteres, los asesinos, est¨¢n haciendo estragos. ?No es eso casi una guerra civil?".

Respecto a los criminales ha habido, por lo menos hasta ahora, una misericordia absurda de los ¨®rganos de la investigaci¨®n, la fiscal¨ªa y los juzgados. Tal actitud no sirve, sino que compromete tremendamente la nueva democracia albanesa. Muchos nost¨¢lgicos del comunismo se frotan las manos y propagan: "Mira lo que consiguen el pluralismo y la democracia a la occidental, cortar la vida a la gente. Eramos pobres y est¨¢bamos aislados, pero ten¨ªamos la vida asegurada. Hab¨ªa una tranquilidad absoluta". Adem¨¢s, muchos albaneses amenazados e inseguros se han hecho o est¨¢n haci¨¦ndose con armas de fuego. Unos compr¨¢ndolas, otros rob¨¢ndolas, y los dem¨¢s, produci¨¦ndolas clandestinamente. "Nadie puede decir cu¨¢ntos albaneses poseen armas clandestinamente", asegura Agran Sala, comisario de polic¨ªa en Tirana, seg¨²n el cual, en los ¨²ltimos nueve meses han sido robadas en las unidades militares al menos 10.000 armas de fuego, incluso ametralladoras".

Conscientes de las alarmantes proporciones de la criminalidad, el presidente Sali Berisha y el nuevo Gobierno democr¨¢tico consideran la lucha contra ella la "prioridad de prioridades".