Sevilla da un paso de gigante

Es dif¨ªcil hacer una defensa puramente racional de las exposiciones mundiales, tales como la Expo 92 de Sevilla, reci¨¦n inaugurada. No venden mercanc¨ªas, aunque pueden promover el comercio; no versan sobre arte, aunque pueden dar ocasi¨®n a que nazca; no nacen para el entretenimiento, pero pueden divertir. Tienen algo que ver con los sue?os, pero son operaciones pr¨¢cticas, caras, reales. Sin embargo, aunando todos estos elementos en un tremendo esfuerzo, pueden aspirar a cambiar y dejar su huella en la historia. Por ahora el objetivo pr¨¢ctico de la aventura espa?ola radica en la creaci¨®n de una vasta infraestructura en Andaluc¨ªa, designada para atraer a la industria y la investigaci¨®n a un ¨¢rea relativamente poco desarrollada. Se ha dicho que la Expo traslada la regi¨®n en un salto desde el siglo XIX hasta el XXI sin pasar por el XX. ( ... )Pero tambi¨¦n se pretenden objetivos m¨¢s amplios. La Expo celebra el retorno de Espa?a a la familia de naciones europeas, tras las d¨¦cadas de aislamiento y pobreza subsiguientes a la guerra civil y la dictadura. Simboliza adem¨¢s el renacimiento del pa¨ªs desde que adoptara la democracia y se uniera a la CE. ( ... ) Las exposiciones universales nacen en medio de la controversia y a menudo acaban en el desencanto y las deudas. ( ... ) La de Sevilla, que ha sido acusada de malgastar dinero y da?ar la ciudad, tiene ahora la ocasi¨®n de demostrar que sus cr¨ªticos no ten¨ªan raz¨®n.

21 de abril