"El Gobierno toma esta medida con preocupaci¨®n"
Pregunta. El decreto de recorte del desempleo pretende resolver el desequilibrio financiero del Inem. Seg¨²n el decreto, el d¨¦ficit se ha producido porque se ha moderado la creaci¨®n de empleo y sobre todo por el aumento de la rotaci¨®n de trabajadores de la contrataci¨®n temporal. Lo que no se entiende es por qu¨¦, en vez de corregir la eventualidad origen del problema, se recorta la cuant¨ªa del subsidio.Respuesta. Las razones que justifican el decreto son ¨¦sas. Estamos ante una moderaci¨®n del crecimiento econ¨®mico. Se genera menos empleo que en meses pasados, y eso afecta a los ingresos. La rotaci¨®n del mercado de trabajo hace aumentar tambi¨¦n los gastos. El aumento a un a?o del periodo m¨ªnimo de contrato de fomento de empleo simplemente va a reducir en alguna medida la alta rotaci¨®n. No esperamos que eso conduzca a una soluci¨®n del desequilibrio financiero, y por eso hay que modificar las cuant¨ªas de las prestaciones a los desempleados. No se puede esperar tampoco que de una mejor¨ªa del mercado de trabajo se derive un alivio de la situaci¨®n financiera del desempleo, porque el sistema actual no se adapta al ciclo econ¨®mico. ?Qu¨¦ nos dice la experiencia del pasado? Que junto a una reducci¨®n de 600.000 parados desde 1987 se ha producido un incremento de m¨¢s de 400.000 beneficiarios del desempleo. Eso conduce a que tambi¨¦n haya que abordar otras medidas como son la reducci¨®n de las cuant¨ªas de las prestaciones.
P. Pero esta reducci¨®n de las cuant¨ªas va frontalmente en contra del programa electoral que ustedes presentaron en 1989, que dec¨ªa textualmente: "Nuestro objetivo es aumentar sustancialmente la protecci¨®n a los desempleados a trav¨¦s de medidas que combinen la mejora de las prestaciones econ¨®micas con programas de fomento del empleo y de formaci¨®n profesional, dando prioridad a las medidas de acci¨®n positiva".
R. Eso ha ocurrido as¨ª. Se ha mejorado la protecci¨®n a los desempleados porque ha aumentado considerablemente la tasa de cobertura; es decir, el porcentaje de parados que reciben subsidio. El Gobierno socialista recoge una tasa de cobertura del 26% en el a?o 1982 y la trasladamos en 1992 al 62%. Pero no s¨®lo eso. Ha habido tambi¨¦n prestaciones que, se han mejorado de acuerdo con el compromiso de nuestro programa electoral; en concreto, de la modalidad asistencial. Hay que decir claramente una cosa que tiene mucha importancia. Lo que ha ocurrido, sobre todo en los dos ¨²ltimos a?os, es que el sistema contributivo tiene d¨¦ficit. Eso quiere decir que el Estado tiene que financiarlo con impuestos generales de los ciudadanos. Un hecho, desde mi punto de vista, y desde el punto de vista del Gobierno, escasamente progresista.
P. El programa socialista tambi¨¦n hablaba de la necesidad de aumentar la lucha contra el fraude en el desempleo.
R. Yo no creo que se pueda atribuir al fraude la exclusiva responsabilidad de la desviaci¨®n en el gasto por desempleo. No hay ning¨²n sistema de protecci¨®n que no sea susceptible de conductas irregulares, y la maduraci¨®n de las leyes da lugar a recovecos que son utilizados tanto por trabajadores como empresarios para comportamientos fraudulentos.
P. Todo esto tiene una cierta l¨®gica. Pero el procedimiento empleado ha irritado a sindicatos y despertado muchas sospechas. Cuando ustedes presentaron los presupuestos de 1992, ya conoc¨ªan el agujero del Inem. ?Por qu¨¦ no plantearon el problema entonces?
R. Esto no es as¨ª exactamente, porque el Gobierno env¨ªa el presupuesto a la C¨¢mara el 30 de septiembre. En los tres ¨²ltimos meses del a?o ocurre lo que el Gobierno no preve¨ªa, que fue un enfriamiento del mercado de trabajo y se produce el mayor incremento del gasto por desempleo de todo el a?o 1991. En los dos primeros meses de 1992 se sigue incrementando esa desviaci¨®n de gasto del Inem. De manera que o bien volv¨ªamos a recortar gastos en determinados programas, como infraestructuras, educaci¨®n, o volv¨ªamos a incrementar los tipos de cotizaci¨®n o reduc¨ªamos los gastos. Ten¨ªamos estas tres posibilidades, y la posici¨®n del Gobierno est¨¢ muy clara en el decreto. Ha sido la de reducir. los gastos.
P. ?Y por qu¨¦ no se ha optado por aumentar las cuotas al desempleo de traba adores y empresarios?
R. No juzgamos conveniente para la econom¨ªa espa?ola el proceder a un nuevo incremento de los costes laborales por esa v¨ªa. Tendr¨ªa que ser adem¨¢s de una cuant¨ªa considerable para aliviar el desv¨ªo del gasto del Inem.
P. ?Cu¨¢nto? ?Dos o tres puntos?
R. Exactamente estamos hablando de desviaciones de 330.000 millones de pesetas en 1991.
P. Todos estos razonamientos se comprenden bien. Pero da la sensaci¨®n de que ustedes han hurtado este debate en el Parlamento.
R. En primer lugar, nosotros no hemos hurtado el debate al Parlamento. La acusaci¨®n que se nos hizo en octubre es que era un presupuesto electoralista y que abandon¨¢bamos los intereses generales para atender intereses partidistas. De manera que si hicieramos caso de las cr¨ªticas...
P. La mayor parte del presupuesto se destina a subsidios, mientras que la promoci¨®n de empleo ha registrado un descenso. ?Es que piensan que era excesivo ese dinero?
R. Pues mire: la situaci¨®n econ¨®mica est¨¢ en tales circunstancias y, salvo que tengamos el objetivo insensato de no reducir el d¨¦ficit, hay que reducir algunos programas de empleo para incrementar los gastos en prestaciones. Ahora podemos reordenar la estructura de financiaci¨®n del Inem como consecuencia del real decreto-ley y modificamos tanto las pol¨ªticas activas, de fomento del empleo, como las pasivas. Vamos a dirigir todos esos recursos, y algunos m¨¢s, para fomento del empleo, como pueden ser las escuelas-taller o las convenios Inem-corporaciones locales.
P. ?Cu¨¢nto se van a ahorrar con estas medidas?
R. No es que no quiera dar una cifra; es que no la puedo dar porque no tenemos criterios concretos para saber cu¨¢l va a ser la moderaci¨®n del gasto. Depende de la evoluci¨®n del mercado de trabajo en los meses que restan del a?o y de si el incremento a 12 meses del contrato de fomento del empleo es una medida eficaz y contribuye a disminuir la rotaci¨®n en el mercado.
P. ?Tampoco han calculado las personas afectadas por el recorte en la cuant¨ªa o en la duraci¨®n del subsidio?
R. Tambi¨¦n es imposible calcularlo. Yo lo que s¨ª puedo garantizar es que no hay ninguna raz¨®n para que se reduzca la tasa de cobertura, situada en estos momentos en el 62%.
P. En relaci¨®n con el dinero dedicado a formaci¨®n profesional, ?qu¨¦ balance hace usted de esas medidas de fomento de empleo?
R. En estos momentos no tiene sentido esa distinci¨®n entre pol¨ªticas activas y pasivas, pon. que una parte de lo que se denomina pasivas -es decir, una parte de los gastos en protecci¨®n por desempleo- financia el empleo. Ha contribuido en algunos sectores donde era necesario un ajuste a proporcionar medidas sociales a los excedentes laborales. Tambi¨¦n est¨¢n sirviendo para aliviar situaciones coyunturales en sectores con problemas transitorios y que est¨¢n siendo financiados o aliviados por los gastos del Inem.
P. ?Por qu¨¦ funciona tan mal el Inem? Los empresarios dicen que nunca encuentran los trabajadores que precisan y los parados tampoco encuentran empleo.
R. Yo no puedo admitir una afirmaci¨®n tan contundente. El Inem no funciona todo lo bien que queremos porque tiene una escasa dotaci¨®n de medios personales.
P. Que el Inem no funciona lo reconoce hasta el propio ministro de Econom¨ªa, y dice que en la nueva etapa va a ser precisa la colaboraci¨®n de las empresas privadas de colocaci¨®n.
R. A lo que el ministro de Econom¨ªa se refiere es a la posi
"El Gobierno no preve¨ªa un enfriamiento del empleo como el del ¨²ltimo semestre"
bilidad de regular las empresas de trabajo temporal.P. De todas formas es incomprensible que con casi 2,5 millones de parados y un Inem que no sirve para buscarles trabajo, el Gobierno empiece por recortar el subsidio.
R. Yo no puedo aceptar en modo alguno que el decreto sea s¨®lo eso. Hay un cap¨ªtulo primero que existe y que va a suponer m¨¢s de 200.000 millones de pesetas en fomento del empleo.
P. Ustedes, en el programa electoral de 1989, hablaban de un plan de prospecci¨®n de mano de obra y de necesidades del mercado de trabajo.
R. En eso estamos trabajando.
P. Esto era en 1989, ?c¨®mo no se ha realizado?
R. No hemos estado desde entonces sin hacer nada. Estamos trabajando en la prospecci¨®n de la mano de obra, que es una medida indispensable para poner en relaci¨®n las ofertas y las demandas de empleo.
P. ?Por qu¨¦ no se ha empezado por ah¨ª y por la reforma del servicio p¨²blico de empleo?
R. Porque ninguna medida de ese tipo puede reducir a corto plazo el problema del desequilibrio financiero del Inem, que es muy considerable. Si no se atajaba a muy corto plazo habr¨ªa que haber revisado otros programas de gasto.
P. El 90% del empleo se crea en las pyme. ?Por qu¨¦ no hay ning¨²n plan. espec¨ªfico de ayuda al empleo en las pyme? Parecido al plan Cresson de Francia.
R. En la realidad europea hay distinciones por raz¨®n del tama?o en la empresa, cosa que no ocurre en la realidad espa?ola. Eso nos ha dado buenos resultados, porque no creo que los datos del mercado de trabajo desde 1984 a 1991 se puedan discutir. Ning¨²n pa¨ªs de la OCDE tiene mejores resultados.
P. ?Por qu¨¦ en la reforma de la contrataci¨®n temporal no tienen en cuenta el informe de los expertos encargado por el Ministerio de Trabajo?
R. ?En qu¨¦ no lo hemos tenido en cuenta?
P. En reducir la duraci¨®n m¨¢xima de los contratos temporales desde tres hasta dos a?os.
R. Cuando redactaron el informe hab¨ªa una directiva comunitaria que reduc¨ªa los contratos a dos a?os. Lo que pasa es que esa directiva est¨¢ en discusi¨®n todav¨ªa, y el periodo m¨¢ximo ahora ya no son dos a?os, son tres.
P. Hay m¨¢s recomendaciones. Que se proh¨ªba expl¨ªcitamente el encadenamiento de contratos temporales.
R. Eso lo estamos discutiendo.
P. ?Por qu¨¦ no lo han incluido? Es el nervio de todo el debate en el pa¨ªs con m¨¢s contratos temporales y at¨ªpicos de Europa.
R. At¨ªpicos, no. El mayor n¨²mero de contratos temporales, s¨ª. Y, por cierto, con mayor protecci¨®n en los derechos de los trabajadores.
P. Si usted razona que unaparte del aumento del gasto del Inem se debe a la rotaci¨®n de los trabajadores y al abuso del contrato temporal, ?por qu¨¦ no se ponen l¨ªmites?
R. En el decreto-ley hemos reformado ¨²nicamente la ley 84, y se justifica por razones de urgencia. Hay que ser muy cuidadosos con las cuestiones que se incluyen en un decreto-ley. Aquellas cuestiones que van a modificar el Estatuto de los Trabajadores dif¨ªcilmente se pueden incluir en ¨¦l. Eso no quiere decir que el Gobierno no tenga voluntad de modificar el Estatuto en algunos de sus art¨ªculos, justamente para introducir algunas de las recomendaciones de la comisi¨®n de expertos. Lo vamos a hacer, y pronto.
P. Pero lo primero de todo recortan y despu¨¦s toman medidas para proteger.
R. Primero ha habido que tomar las medidas que son necesarias para hacer frente a una desviaci¨®n que hay que financiar a fin de mes. Y cr¨¦anme que ha sido dificultoso en los tres primeros meses del a?o encontrar financiaci¨®n para la n¨®mina del desempleo. Eso explica el calendario de las medidas, y no otra cosa.
P. Si no se hubiera tomado ninguna medida y se hubiera seguido el ritmo del gasto de desempleo, ?qu¨¦ desviaci¨®n habr¨ªa en 1992?
R. Hubiera superado con creces los dos billones de pesetas.
P. Por tanto, habr¨ªa una desviaci¨®n de 400.000 millones respecto a lo presupuestado.
R. Bueno eso es dif¨ªcil de prever. De 1983 a 1988, los gastos de desempleo crecen en 563.000 millones de pesetas, y de 1989 a 1992 pasan de un bill¨®n a m¨¢s dos billones de pesetas si no hacemos frente a esa desviaci¨®n.
P. ?No se puede producir un. desplazamiento de los contratos de fomento del empleo al ser el ¨²nico en el que se aumenta a un a?o la duraci¨®n m¨ªnima.
R. Esta cuesti¨®n tendremos ocasi¨®n de discutirla si es que los grupos parlamentarios deciden tramitar como proyecto de ley el decreto-ley. Es dificil de prever si el aumento a un a?o de esos contratos va a producir en algunas actividades la desviaci¨®n a otros tipos de contratos. Algunos empresarios han dicho que la ampliaci¨®n a un a?o hace que no sea utilizable ese tipo de contratos. Yo estoy abierto a producir algunas modificaciones.
P. ?Qu¨¦ posibilidad hay de modificar el recorte del subsidio en el debate parlamentario?
R. Cuando decimos que somos partidarios de que se tramite como proyecto de ley es porque impl¨ªcitamente hacemos p¨²blica la voluntad de discutir el contenido del decreto.
P. ?El Gobierno contaba con la posibilidad de que esa medida provocara una huelga general?
R. Cr¨¦anme que el Gobierno no toma esta medida alegremente, la toma con una cierta preocupaci¨®n. Cuando decidimos las medidas concretas, despu¨¦s de una discusi¨®n bastante profunda en relaci¨®n con muchas alternativas que barajamos, lo hicimos con preocupaci¨®n, porque somos conscientes de que modificamos una ley que tiene incidencia social en colectivos que van a ver reducidas sus prestaciones. Pero hemos encontrado un equilibrio entre la incidencia social y el resultado econ¨®mico, y la satisfacci¨®n que puede producir es que frente a ese desequilibrio financiero no dejamos a ninguna persona desprotegida.
P. Pero se quedan con un subsidio de 40.000 pesetas.
R. No, es exactamente el 75% del salario m¨ªnimo, que son 42.300 pesetas.
P. ?Al Gobierno no le preocupa una nueva huelga general y un duro enfrentamiento con los sindicatos?
R. ?sa es una decisi¨®n sindical. Y el Gobierno lo que va a hacer, y yo en concreto, es defender el decreto y explicarlo.
P. ?Ustedes creen que, ante el desv¨ªo de gasto del Inem, los sindicatos no hubieran entendido el problema para abrir un periodo de consultas?
R. No, los sindicatos siempre han considerado que el problema del gasto del Inem ven¨ªa de una mala presupuestaci¨®n y que las aportaciones del Estado estaban reduci¨¦ndose desde 1987. Las aportaciones del Estado no son s¨®lo las que figuran en los presupuestos, sino las que figuran en la liquidaci¨®n de los mismos.
P. Lo que pregunto es si creen que los sindicatos no iban a aceptar alg¨²n tipo de negociaci¨®n.
R. Si usted va a la p¨¢gina 28 del Pacto Social de Progreso, que el Gobierno intent¨® negociar con los sindicatos en junio de 1991, se encontrar¨¢ con que se habla de la posibilidad de negociar modificaciones en la pol¨ªtica de empleo, y la rechazaron los sindicatos.
P. Eso no justifica que ahora se haga un recorte por decreto.
R. Por decreto-ley. El decreto tiene un apellido, que es ley, y tiene que sufrir un tr¨¢mite parlamentario.
P. S¨ª, pero ya est¨¢ en vigor.
R. S¨ª, y tiene que sufrir un tr¨¢mite parlamentario para su convalidaci¨®n y para convertirlo en ley.
P. Se dice que es una medida ideada por el ministro de Econom¨ªa, Carlos Solchaga, con la que usted no est¨¢ de acuerdo.
R. Yo estoy totalmente de acuerdo con la medida porque soy el responsable del Inem. Es cierto, y no tengo problema en reconocerlo, que esta medida ha sido profusamente discutida entre Econom¨ªa y Trabajo, pero no ha habido discrepancias en la necesidad del decreto.
P. La medida recorta el Estado del bienestar, ahonda en la sociedad dual y crea un terrible abismo para los menores de 35 a?os afectados por el paro y la eventualidad.
R. No creo que produzca ning¨²n efecto de esa gravedad. Insisto: sigue habiendo protecci¨®n para todos los trabajadores a partir de los tres meses de contrato. Adem¨¢s acerca el sistema de protecci¨®n espa?ol a los comunitarios.
P. Est¨¢bamos en la media.
R. Por encima de la media. Por otra parte, no es la primera vez que un Gobierno socialista se enfrenta a una medida de esa naturaleza. En el 1985 hubo que tomar medidas para reconducir el sistema de pensiones p¨²blicas.
P. La reforma del subsidio se critica por el fondo y por la forma. Se hace por decreto
R. Por decreto-ley. Hay margen todav¨ªa para discutir su contenido.
P. ?En ning¨²n caso se va a retirar el decreto?
R. No, porque la medida se toma para hacer frente a un desequilibrio serio.
P. De todas formas, no es una medida aislada. Est¨¢ tambi¨¦n la ley de huelga, y usted ha dicho que no se va a negociar.
R. Es una vieja batalla si se va a negociar o a intercambiar puntos de vista. En cualquier caso, yo me voy a ver con las centrales sindicales y con la patronal, y voy a aceptar aquellas cuestiones que me parezcan coherentes con el contenido que el Gobierno cree que debe estar incluido en un proyecto de ley de huelga.
P. Las dos medidas unidas dan sensaci¨®n de que se aplica una pol¨ªtica de imposici¨®n, no de di¨¢logo.
R. De imposici¨®n, en modo alguno. Imposici¨®n es lo contrario a que yo haya tenido dos reuniones con la patronal y voy a tener cuantas reuniones hagan falta con los sindicatos. ?Se puede llamar a eso imposici¨®n?
P. Como ministro de Trabajo, ?qu¨¦ le dir¨ªa usted a los j¨®venes parados?
R. Yo les dir¨ªa que la modificaci¨®n del subsidio no deja desprotegido a nadie. En segundo lugar, lo que quiero transmitir a los parados, a las personas que buscan un empleo y no lo encuentran, es que redoblen sus esfuerzos por encontrarlo, que utilicen en la mayor medida de sus posibilidades los servicios p¨²blicos de empleo. Que les exijan la mejor atenci¨®n en su caso particular. Que hagan esfuerzos para mejorar su cualificaci¨®n, su formaci¨®n profesional, por la v¨ªa del sistema ocupacional o reglado.
P. ?Est¨¢ preparado el Gobierno para enfrentarse a una larga conflictividad?
R. El Gobierno debe estar preparado para enfrentarse a cualquier circunstancia que se pueda producir socialmente. Lo que creemos es que no se dan condiciones para que se pueda dar esa larga conflictividad, y adem¨¢s tenemos la seguridad de que la sociedad espa?ola no va a entrar en un proceso de inestabilidad social como consecuencia de un conjunto de medidas que no dejan desprotegido a nadie.
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