Vida y muerte de un director de teatro
?lvaro Custodio volvi¨® del exilio y no encontr¨® su puesto. Nunca. Como le pas¨® a Jos¨¦ Estruch, aunque ¨¦ste pudo morir en olor de adoraci¨®n por sus disc¨ªpulos. El teatro arrasa a sus gentes en cuanto se levantan del asiento. ?lvaro Custodio ven¨ªa de una familia de artistas de las artes gr¨¢ficas:todav¨ªa algunos libros que editaron son rarezas bibliogr¨¢ficas; su hermana, Ana Mar¨ªa, fue "la mujer m¨¢s bella de su tiempo", seg¨²n hombres de su generaci¨®n, la del 27, y una actriz muy destacada; se la puede ver en las viejas pel¨ªculas. Tampoco recuper¨® nada de lo que dej¨®. Gentes de la Rep¨²blica.?lvaro tuvo una especial dedicaci¨®n a los cl¨¢sicos; en M¨¦xico, lugar de su exilio, cre¨® la Compa?¨ªa de Teatro Cl¨¢sico y mont¨® numerosas obras, muchas de ellas con una adaptaci¨®n propia; como escribi¨® tambi¨¦n sus obras sobre mitos y leyendas aztecas. Tambi¨¦n llev¨® all¨ª obras de autores contempor¨¢neos espa?oles, y las pase¨® por Am¨¦rica. De nada le vali¨®. Cuando volvi¨®, le ignoraron. 0 pidieron su colaboraci¨®n; en letra peque?a, como la adaptaci¨®n de La vida es sue?o, de Calder¨®n de la Barca, que ha dirigido Jos¨¦ Luis G¨®mez (que siempre le estim¨® mucho) en el teatro de Europa, en Par¨ªs.
A pesar de todo, nunca dej¨® el teatro; en El Escorial, donde residi¨® muchos a?os, apartado ya de Madrid, manten¨ªa una compa?¨ªa de aficionados que representaban el mejor teatro en la salita del Carlos III; tampoco, que yo sepa, se les dio ocasi¨®n de venir a Madrid, ni nos decidi¨® a muchos a ir a sus estrenos. El exilio, en algunos, dura hasta la muerte.
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