Cr¨®nica familiar
La abuela lleg¨® de Alemania: es una jud¨ªa de acero, que ha formado a base de despotismo y malos tratos la familia consecuente: una hija tartamuda de miedo; otra infantiloide; uno cobarde para siempre; otro mat¨®n, g¨¢ngster. Menos mal que la sociedad norteamericana no es como la definen sus dramaturgos, desde O'Neil hasta nuestros d¨ªas. Pero algo se debe ver real y v¨¢lido cuando una obra como ¨¦sta, Perdidos en Yonkers, tuvo el Pulitzer el a?o pasado y sigue represent¨¢ndose en Nueva York. Ellos sabr¨¢n por qu¨¦. Quiz¨¢ por los modismos y caracter¨ªsticas de la familia jud¨ªa, quiz¨¢ por una extraordinaria interpretaci¨®n, tal vez por un montaje especial.Aqu¨ª no se dan esas condiciones, ni se refiere a nada que conozcamos bien, a no ser ¨¦l residuo autoritario de madre jud¨ªa y castrante que queda en algunas de nuestras familias. La primera generaci¨®n fue la de los emigrantes duros y rapaces; la segunda, la de sus hijos castrados; la tercera puede ser la de los ni?os que conducen la obra y que van hacia el futuro, que son los j¨®venes actores David Zarzo y C¨¦sar Lucendo, que merecen estar a la cabeza del reparto, y no s¨®lo por orden de intervenci¨®n sino por naturalidad y frescura. Claro que ellos no tienen que hacer los tipos teratol¨®gicos de sus compa?eros mayores; buenos actores, claro, pero llevados hacia lo melodram¨¢tico.
Perdidos en Yonkers
De Neil Simon. Adaptaci¨®n de Juan Jos¨¦ de Arteche. Int¨¦rpretes: Carmen Bernardos, Ana Marzoa, Jaime Blanch, Juan Meseguer, Teresa Cort¨¦s, David Zarzo, C¨¦sar Lucendo. Iluminaci¨®n: Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez. Escenograf¨ªa y vestuario: Toni Cort¨¦s. Direcci¨®n: ?ngel Garc¨ªa Moreno. Teatro F¨ªgaro". Madrid, 28 de abril.
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