La rebeli¨®n los fetos

Nacida en Francia, pero educada en B¨¦lgica, la realizadora Marion H?nsel tiene una peculiar relaci¨®n con Espa?a. Su tercer largometraje, Les noces barbares (1987), gana el Premio Europa en el festival de Barcelona, y el cuarto, Il maestro (1989), el Premio del P¨²blico en el Festival de San Sebasti¨¢n. Esto le lleva a montar su siguiente pel¨ªcula Entre el cielo y la tierra, en coproducci¨®n con Espa?a, donde los elementos m¨¢s visibles de nuestra aportaci¨®n, son Carmen Maura, la protagonista absoluta, y Josep M. Civit, el director de fotograf¨ªa.Durante los a?os cincuenta y sesenta est¨¢n de moda las denominadas "pel¨ªculas con mensaje" aquellas donde todo gira en torno a una idea que debe transmitirse al p¨²blico. Entre el cielo y la tierra narra una historia de ciencia ficci¨®n y, como en las realizadas en Estados Unidos en plena guerra fr¨ªa advirtiendo sobre el peligro de las pruebas nucleares, est¨¢ montada sobre la idea de que nuestro actual mundo es inhabitable. La historia de la reportera de televisi¨®n embarazada que descubre que los fetos de todas las madres del mundo se han rebelado y han decidido no nacer porque no les gusta el mundo donde van a tener que vivir, es original, y en alguna medida brillante, pero est¨¢ transmitida de forma en exceso elemental y directa.

Su fallo estriba en que est¨¢ articulada sobre una an¨¦cdota pobre, que hubiese podido dar lugar a un buen cortometraje, pero hace que en largo genere un relato lento y repetitivo en exceso. S¨®lo da lugar a un ¨²nico personaje, la angustiada madre, en torno al que giran leves sombras sin consistencia. Y, adem¨¢s, su directo realismo anula cualquier posibilidad de que la historia sea un producto de su imaginaci¨®n provocado por su soledad en un pa¨ªs extranjero.

Sin embargo, esto permite a Carmen Maura crear un s¨®lido personaje de espa?ola perdida en B¨¦lgica a partir de muy pocos elementos. Los guionistas le han dado una m¨ªnima informaci¨®n sobre ¨¦l; y, adem¨¢s, se apoya en largos soliloquios con un feto al que los espectadores ven, en una especie de homenaje a 2001, una odisea del espacio (1968), pero ella no. En cualquier caso, resulta imprescindible verla en versi¨®n original para comprobar que es tan buena actriz hablando en franc¨¦s como en castellano.