Alfredo Kraus cree que la ¨®pera est¨¢ condenada a desaparecer
El tenor act¨²a estos d¨ªas a teatro lleno en el Covent Garden londinense
Alfredo Kr¨¢us canta en Londres estos d¨ªas. Luciano Pavarotti cancel¨® sus compromisos con la Royal Opera, y Kraus fue contactado para sustituirle. El tenor canario acept¨®, "porque es la Royal Opera de Covent Garden, porque me gusta Londres y porque me sienta muy bien el clima h¨²medo". Su creaci¨®n en L?¨¦lisir d?amore, de Donizetti, ha obtenido enorme ¨¦xito. Kraus, a sus 64 a?os, se mantiene entre los grandes tenores internacionales. Y est¨¢ dispuesto a durar, aunque es pesimista ante el futuro de la ¨®pera: "Parece condenada a desaparecer", dice.
Por otra parte, el cantante no ha olvidado su pol¨¦mica con otros grandes tenores espa?oles, como Jos¨¦ Carreras y Pl¨¢cido Domingo: "Despu¨¦s de todo lo que ha pasado, no puede haber afecto", afirma.Kraus se aloja en un elegante apartamento cercano a Hyde Park, y procura aprovechar su estancia en Londres: "He ido a ver el musical Carmen Jones, que me ha gustado mucho, y paseo por esta ciudad, que es una de mis preferidas". Por la noche, se pone en la piel del joven enamorado Nemorino y, durante tres horas, hace una interpretaci¨®n "impresionante en su contenida elegancia e impecable estilo", en palabras del cr¨ªtico de The Daily Telegraph. El teatro se llena y las entradas cuestan hasta 20.000 pesetas. Sin embargo, la Royal Opera pierde dinero.
"Yo creo", dice Kraus, "que todas las circunstancias est¨¢n a favor de la extinci¨®n de la ¨®pera. Me parece condenada a desaparecer, porque es car¨ªsima. En la Royal Opera, trabajan cada d¨ªa unas 4.000 personas. Algunos dicen que los cantantes ganamos demasiado. (Kraus recibe unos siete millones de pesetas por cuatro representaciones), pero nuestro cach¨¦ es s¨®lo una peque?a parte de los gastos generales".
Para Alfredo Kraus, est¨¢ muy claro lo que es ¨®pera y lo que no, lo que es cultura y lo que no. "La ¨®pera es cultura, y la cultura cuesta dinero. En un pa¨ªs como Espa?a, la ¨®pera depende de las subvenciones estatales, y languidece. Que se apruebe de una vez una ley de mecenazgo, como la de EE UU, que permita a las empresas contribuir a la m¨²sica a cambio de desgravaciones, y el panorama mejorar¨¢. Desgraciadamente, parece que est¨¢n muy ocupados con los triunfalismos del 92 y no tienen tiempo para minucias".
Los conciertos multitudinarios, en cambio, no son cultura: "Existen debido a la crisis de la ¨®pera. Hay gente que piensa que eso es cultura, pero no lo es. Son manifestaciones populares, grandes espect¨¢culos, pero no ¨®pera. La ¨®pera s¨®lo est¨¢ en el teatro
Alfredo Kraus se reconoce exquisito en sus gustos. Y vanidoso: "Todos los cantantes lo somos. El cantante es un ser privilegiado, porque es an¨®malo. Ocupa un lugar destacado en la sociedad, es un intelectual que gana dinero. Es humano y, por tanto, se endiosa". Ocurre que, a veces, la vanidades, de estos dioses menores chocan entre s¨ª y se crean pol¨¦micas como la que ha enfrentado a Kraus, Jos¨¦ Carreras y Pl¨¢cido Domingo. "Cuando nos encontremos los tenores, no creo que nos demos abrazos. Yo estoy dispuesto a un saludo cordial, pero no m¨¢s. No puede haber afecto despu¨¦s de todo lo ocurrido".
Todo empez¨® cuando el tenor catal¨¢n Jos¨¦ Carreras, director de la Olimpiada Cultutral barcelonesa, excluy¨® a AIfredo Kraus de la programaci¨®n. Carreras justific¨® la exclusi¨®n por las cr¨ªticas de Kraus al concierto de los tres tenores (Luciano Pavarotti, Pl¨¢cido Domingo y el propio Carreras),en Caracalla, Roma. "Es sano que exista rivalidad. Pero odios, e intentos de hacer da?o, no.
Arte y 'marketing'
A?ade Alfredo Kraus: "Han intentado perjudicarme profesionalmente, y tengo pruebas de ello. No es s¨®lo el caso de Barcelona, sino otros muchos m¨¢s, que denunciar¨¦, en el caso de que la pol¨¦mica se reabra. Pero yo ya no quiero seguir con esta disputa. Es mejor achacar la culpa de todo", dice el cantante riendo, "a los periodistas".Sin embargo; Kraus no pierde la ocasi¨®n de afirmar que Espa?a no est¨¢ tan bien provista de grandes cantantes como a primera vista pudiera parecer. "Lo que tenemos es cuatro o cinco figuras muy populares, porque hemos, utilizado muy bien el marketing, el star system. Y eso es lo que cuenta hoy d¨ªa: la publicidad. En concierto o con los discos, se llega a un p¨²blico masivo, que no cabe en los teatros". Pero, como repite Kraus, lo que no est¨¢ en un teatro no es ¨®pera.
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